La maquinaria con la que los Gnecco van por bancada de seis congresistas

Aunque los cuestionamientos a sus miembros han aumentado, el poderoso clan del Cesar va rumbo a tener más poder botando la casa por la ventana.

De llenar las urnas como llenan las plazas, la aspiración del clan Gnecco del Cesar de conformar una pequeña bancada en el Congreso de seis legisladores (similar a la que tiene el viejo PIN) se convertirá en un hecho después de las próximas elecciones legislativas.

Esto, pese a que el año pasado uno de sus principales miembros, el exgobernador de La U Luis Alberto Monsalvo Gnecco, fue imputado por la Fiscalía de corrupción al sufragante; sumando, así, una investigación más a la lista de procesos judiciales que tiene encima esta familia, como lo hemos contado.

Su casi seguro triunfo en el 11 de marzo consolidará su poder a nivel nacional y los convertirá, junto a los Char del Atlántico, en uno de los dueños del combustible en el Caribe de la campaña presidencial de Germán Vargas, a cuyas toldas se sumaron, a pesar de haber estado militando en La U y no en el vargasllerista Cambio Radical.

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Dos niños, uno empuñando una rama y el otro a mano limpia, emprenden en juego un duelo, mientras, a cerca de cien metros, unos parlantes repiten las canciones de campaña del senador José Alfredo Gnecco Zuleta. El combate termina cuando un hombre, vestido de verde y con cachucha del Partido de la U, reposa sobre una silla plástica una canasta repleta de panes que no sólo ellos, sino todos asistentes a la redonda, corren a vaciar.

“Quiero darle un saludo a nuestra jefa natural y a la razón por la cual estamos todos acá”,  dice mientras tanto desde la tarima el candidato a la Cámara por La U, Fawzi Muvdi (heredero político de su padre, el excongresista condenado por parapolítica Pedro Muvdi). Hace una pausa, inhala y, finalmente, a través de los parlantes exhala: “A doña Cielo Gnecco”, tía del Senador Gnecco. 

La mayoría de los cerca de cuatro mil asistentes al centro de eventos Sinaltrainal en Valledupar aplaude, mientras el niño espadachín bota la rama con la que juega, coge un pan y se mete otros dos en los bolsillos.

Antes que Muvdi, los también candidatos a la Cámara del Cesar, Eloy Chichí Quintero (actual representante de Cambio Radical) y José Eliécer Salazar de La U, habían hecho el mismo gesto de mandarle, desde la tarima, un saludo a la matrona del cuestionado  clan Gnecco, que ha tenido entre sus integrantes a los hermanos de “doña Cielo”: Jorge, Nelson y Lucas; y a sus familiares: Hugo Gnecco y Rafael Bolaños. Todos ellos enredados en líos judiciales que van desde corrupción y delitos electorales hasta paramilitarismo.

Esos cumplidos fueron la antesala que daría paso a la principal carta de Cielo Gnecco para estas elecciones: el actual senador por el Partido de la U, José Alfredo Gnecco (hijo del condenado exgobernador Lucas Gnecco), que busca quedarse cuatro años más en el Senado.

En su discurso, además de mandarle un saludo a su tía, explicó lo que hizo en estos cuatro años en el Senado. Recordó que, entre otras cosas, fue uno de los autores de la ley que amplió la licencia de maternidad de 14 a 18 semanas y terminó con una frase que circula por los corredores polìticos de Valledupar y que, si no es exacta, por lo menos es aproximada a lo que pasó en 2014: “El 60 por ciento de los votos a Senado en el Cesar se va para candidatos foráneos”.

El propósito de los Gnecco este año es, justamente, evitar que esto vuelva a suceder y lograr  no sólo que José Alfredo llegue al Senado, sino que lo haga, también, el candidato vargasllerista, oriundo de Becerril pero con trabajo político reconocido en La Jagua de Ibirico, Didier Lobo. Ese será su segundo senador.

Aunque Lobo tiene un movimiento propio, hizo una alianza con ellos y el pacto es dividirse la torta electoral del departamento sin quitarse votos entre sí: los Gnecco, como contamos en esta historia de La Silla Caribe, se han centrado en hacer campaña en las 17 alcaldías que controlan y Lobo en cuatro alcaldías cercanas y con su diputado de Cambio Radical, Miguel Ángel Gutiérrez.

Además llevar tres candidatos a la Cámara: Muvdi, Quintero y Salazar (aunque Salazar es el principal), y dos senadores, este clan también se quedaría de alguna manera con la cuarta Cámara del Cesar, vía el actual representante conservador Ape Cuello.

Cuello tiene un poderoso grupo propio, pero va en alianza con los Gnecco y de hecho, como lo contamos, hace campaña con sus candidatos a Senado de frente, sin temer ser acusado de doble militancia.

Es normal encontrar en Valledupar la publicidad de José Alfredo Gneccco junto a la de Ape Cuello. Ésta se hace más visible en los eventos que los dos candidatos organizan y que han llegado a convocar hasta ocho mil personas.

Las tres cámaras que asistieron al evento de Sinaltrainal y Gnecco Zuleta (más Didier Lobo y Ape Cuello que no asistieron) son las cartas con las que Cielo Gnecco se la juega por construir una pequeña bancada en el Congreso que de constituirse convertitía a su familia en un poder con aún más influencia de la que tienen.

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Algunos buses del mega evento venían de lugares tan remotos como el municipio de Chiriguaná (a más de dos horas en carro) y, obstruyendo un carril de la calle, se parqueaban a las afueras del Sinaltrainal, que es un centro de eventos abierto del Valle.

 

Los asistentes que no llegaban en bus, lo hacían en carros que, en algunos casos, fueron contratados por los mismos líderes del grupo.

Los buses del hijo del condenado Pedro Muvdi fueron de los primeros en llegar y trancar la vía.

En efecto, un taxista nos contó que, siete días antes, cuando Ape Cuello y José Alfredo Gnecco llenaron la Plaza Primero de Mayo con cerca de ocho mil personas, los líderes del “Equipo Azul” (como se llama la campaña de Ape) del representante le pagaron hasta diez carreras por transportar asistentes.

La invitación esta vez tenía la forma física de una boleta de rifa, era numerada, y mencionaba una “gran integración”.

Cuando la gente llegaba, iba escribiendo sus datos, teléfono y dirección, en esas boletas y se las entregaba a los líderes de José Alfredo Gnecco.

Aunque la boleta tenía la foto de todos los candidatos, sólo los líderes de José Alfredo Gnecco las recibían para, luego, meterlas en una caja forrada con papel de regalo.

La mayoría pensaba que estas invitaciones hacían parte de una gran rifa que ocurriría en algún momento en medio de los discursos. 

La teoría de la rifa recorrió Valledupar e incluso hubo versiones en redes de que estas boletas fueron entregadas por miembros de la Gobernación, cuya cabeza, Francisco Ovalle, fue elegida con el respaldo de los Gnecco.

Ayer 3 cámaras y un Senado llenaron así sinaltrainal, empleados de la gober aseguran que les entregaron boletas numeradas para controlar la entrada de las 10 personas que debían llevar y las cuales eran recibidas y verificada en la entrada. Con rifa y opresión llena cualquiera. pic.twitter.com/RR2LOfu1oU

— Valledupar Entérate (@solovalledupar) 24 de febrero de 2018

La Silla Caribe no pudo comprobar que desde la Gobernación estuviesen repartiendo estas boletas, pero escuchó también estos rumores de dos curtidos periodistas de la región y un político que conoce por dentro el grupo de los Gnecco.

El aparente uso de los entes territoriales es tan abierto en el Cesar que, en una inusual entrevista con Cacica Stereo, el concejal vargasllerista de La Paz (municipio vecino al valle), Manuel Vaca, reconoció prácticamente haber cometido un delito.

Indignado, el Concejal aseguró que la alcaldesa de La Paz Andrea Ovalle no le dio a él y a otros dos concejales seis millones de pesos que les había prometido por aprobar el proyecto de concesión del tránsito en el municipio.

La razón de la alcaldesa para negar estos pagos ilegales, según el Concejal, fue que los tres concejales se abstuvieron de apoyar a sus candidatos al Congreso: José Alfredo Gnecco y Ape Cuello.

Además de eso, un contratista de La Paz que trabaja en el Hospital Marino Zuleta Ramírez, la Empresa Social del Estado del municipio, nos dijo a través de una tercera persona que sus jefes le pedían entre ocho y treinta votos por estos mismos candidatos. Como se negó, perdió su trabajo, según la fuente.

“La alcaldesa (que llegó a este puesto con la ayuda del representante conservador Cuello) hizo el compromiso con Ape Cuello de conseguirle tres mil votos a él y a José Alfredo Gnecco. La plata la está moviendo la Alcaldía para la logística y para pagarle a los líderes”, nos aseguró por aparte un líder de la comunidad que conoce de cerca el funcionamiento de la Alcaldía  y cuyo nombre, por petición suya, no será revelado.

Luego de ser consultada por La Silla Caribe, la alcaldesa Ovalle negó que esté participando en política y nos aseguró que denunciará al Concejal que la acusó de no haberle pagado una plata por no votar por los Gnecco. 

Estos supuestos movimientos de plata por debajo de la mesa para conseguir votos también ha sido denunciado públicamente por el actual representante de La U, Cristian Moreno, un viejo aliado de los Gnecco que este año se convirtió en su rival, cuando el clan decidió no apoyarlo sino respaldar principalmente a Jorge Eliécer Salazar.

“Los Monsalvo Gnecco han salido a comprar líderes. Les están ofreciendo acompañarlos y financiarlos en sus próximas campañas para que ahora apoyen a Fawzi Muvdi y Jorge Eliécer Salazar”, nos dijo ese Congresista.

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A medida que en Sinaltrainal los aspirantes a la Cámara van pronunciando sus discursos, pasa el interés que mantiene a familias enteras en un mismo lugar, especialmente porque al final no hubo rifa.

Poco a poco, parches de sillas blancas aparecen y la banda de música que tocó porro buena parte de la jornada que duró de 6 de la tarde a 7:30 de la noche desiste ante un público que lentamente se desvanece.

La tarima, que en el pasado ha hospedado los cantos de Diomedes Díaz, Martín Elías y Silvestre Dangond, este año reemplazó sus voces por las promesas de campaña de un grupo que cada vez está más cerca de convertirse en un superpoder nacional. 

Al final del día, todos se marcharon en sus buses y sus carros decorados con la publicidad de colores y, algunos, con la felicidad del refrigerio y varios pesos en el bolsillo por la logística.

Una pancarta de Vargas Lleras bordeaba el costado izquierdo del centro de eventos avisándole a los asistentes cómo se moverá esta poderosa maquinaria el día de las elecciones presidenciales.

Estudié Literatura y Filosofía en la Universidad de Los Andes y de ahí salí a hacer la práctica en La Silla Vacía. Cubrí Bogotá, el Caribe y, ahora, política y Congreso. @jpperezburgos