Los problemas de salud y el debilitamiento de su estructura política hicieron que Roberto Gerlein renunciara a su candidatura al Senado. Su salida potencializa el proyecto político de los Char.

 

Ayer, a tempranas horas de la mañana, el casi octogenario senador Roberto Gerlein  despertó al país con la noticia de que renunciaba a su undécima aspiración al Senado. Su salida de la contienda electoral le allana el camino a los Char que ahora tienen más chances de cumplir su deseo de tener una bancada propia en el Congreso.

El senador con más años en el Senado contó, en una entrevista con El Heraldo, que los 16 ‘stents’ (un dispositivo que ayuda a que la sangre circule mejor por las venas y arterias) que tiene en el corazón, más los consejos que le hicieron los médicos de que no volviera a subir a Bogotá, fueron las causas principales de su retiro.

Sin embargo, más allá de los quebrantos de salud que sufre, su campaña al Senado estaba enredada por el debilitamiento que ha sufrido su estructura política en el último año.

La principal pérdida fue el apoyo de su hermano, el megacontratista dueño de Valorcon, Julio Gerlein que, como contamos en La Silla Caribe, decidió desde el año pasado que no apoyaría la candidatura de su hermano.

En cambio, apoyará a la ex fórmula de Roberto, la actual representante Aída Merlano -con quien guarda una cercana amistad desde hace ya varios años-, que, al no ser ungida por Roberto como la heredera de su movimiento, optó por lanzarse por su cuenta.

Merlano estuvo, junto con Jorge Gerlein Otálora (sobrino del Senador, hijo del difunto exrepresentante Jorge Gerlein Echeverría) y Alberto Borelly (yerno del Senador), en la baraja de posibles herederos del gerleinismo. Sin embargo, al ver que ninguno de los dos familiares demostró ser un aspirante político viable y que Merlano no aceptó que Roberto Rodríguez (un alfil del senador en Baranoa) fuese su fórmula a la Cámara, Roberto decidió volverse a lanzar y, así, terminó perdiendo una pieza fundamental en su estructura política: su hermano Julio.

Mientras su otro hermano Jorge era quien mantenía el movimiento político en Barranquilla en los días en que él estaba en el Congreso, Julio era quien, desde hace más de 40 años, financiaba sus campañas. Una pequeña prueba de ello es que, en el 2014, aportó 23 de los 346 millones que registró su campaña en el CNE.

Con el objetivo de fortalecer la candidatura de Merlano, Julio Gerlein y la actual representante buscaron el apoyo del grupo de los Char, liderados por el empresario Fuad y su hijo, el alcalde de Barranquilla, Álejandro.  Allí, pactaron que Merlano recibiría votos en otros departamentos y financiación de parte de los Char a cambio de que ella apoyara, por debajo de la mesa, a la aspirante a la Cámara de Cambio Radical, Lilibeth Llinás.

Con Merlano, se fueron también los principales alfiles que le quedaban al gerleinismo en el Atlántico y que fueron fundamentales para que Roberto Gerlein obtuviera, con 127 mil apoyos, la votación conservadora más alta del país y, con 88 mil, la más alta de un senador en el Atlántico. Estos fueron los concejales barranquilleros Aissar Castro (7.536 votos) y Juan Carlos Zamora (7.590 votos), y los diputados Margarita Balén (35.004 votos) y Jorge Luis Rangel (29.208 votos).

También hubo otros líderes que migraron a las toldas de otros políticos conservadores del departamento. Algunos de ellos son: Jackeline Reina, esposa del concejal de Soledad, Carlos Cabrera (2.166 votos), que se fue con Efraín Cepeda; el exalcalde de Palmar de Varela (3.673 votos), Galdino Orozco, que se fue con Laureano ‘el Gato Volador’ Acuña; y Nestor Mejía que en 2015 quedó, con 1.845 votos, en el tercer puesto por la Alcaldía de Santo Tomás y que se unió al grupo del concejal conservador de Barranquilla Carlos Rojano.

El hecho de que los líderes conservadores con mayores votos se hayan ido con Merlano termina favoreciendo los intereses de los Char, pues sus votos, si en efecto cumple los acuerdos pactados, engordarán la lista de Cámara de Cambio Radical.

“La renuncia de Gerlein era algo cantado en Barranquilla, su campaña era un cascarón vacío. Roberto no tenía ni la fuerza física, ni la política, ni la económica para hacer una campaña este año”, le dijo a La Silla Caribe un político del departamento que conoce de cerca la casa Gerlein.

Así, luego de más de 50 años de campañas políticas, Gerlein termina su larga carrera con una estructura política desintegrada y con su hermano apoyando el proyecto político de quienes han sido su competencia en el Atlántico por más de 20 años.

La ‘jugada Merlano’ en el ajedrez de los Char terminó siendo el jaque mate de la historia política de la familia Gerlein.

Estudié Literatura y Filosofía en la Universidad de Los Andes y de ahí salí a hacer la práctica en La Silla Vacía. Cubrí Bogotá, el Caribe y, ahora, política y Congreso. @jpperezburgos