Las cuatro P de Petro en Barranquilla

A las 6:30 pm del viernes 10 de septiembre, el candidato Gustavo Petro subió a la tarima en forma de P en la Plaza de la Paz en Barranquilla. Allí, frente a una multitud que llenaba toda la explanada y llegaba hasta la catedral María la Reina, comenzó a hablar desfilando sobre la inicial de su propio nombre.

“Caminamos sobre esta P. Esta pasarela tiene forma de P”, fue lo primero que dijo. En ese momento, el equipo de video que hacía la transmisión del evento cambió a una toma cenital con dron, en la que se pudo ver el escenario: la multitud rodeando la letra adornada con una alfombra roja e iluminada con bengalas.

Petro continuó hablando: “Es la P de Paz, es la P de Pacto”. Hizo una pausa, desde la multitud algunos gritaron su nombre y él les respondió: “Sí, también es la P de Petro”.

El evento del viernes en Barranquilla marcó el regreso de Gustavo Petro a las plazas públicas en la campaña de 2022, un escenario que fue una parte clave de su estrategia en 2018 y que esta vez había estado fuera de los planes por la pandemia y por los propios llamados de Petro a evitar aglomeraciones.

Un mes después de haber advertido que venía una nueva ola de la pandemia, el candidato ha dejado de lado el discurso de salud pública y ha decidido apostarle a una campaña en los escenarios. Ya planea eventos esta semana en Valledupar el miércoles y el viernes en Pasto.

El primero, en Barranquilla, marcó el tono de los que vienen. Estas son las cuatro P sobre las que estableció su estrategia:

Plata

El evento de Barranquilla comenzó a planearse hace un mes. La logística estuvo a cargo del senador Armando Benedetti —quien está radicado en Barranquilla coordinando la estrategia de Petro en el Caribe y enfrenta un proceso por enriquecimiento ilícito que la Corte Suprema de Justicia le abrió en marzo de 2021 — y del diputado del Atlántico Nicolás Petro, hijo del candidato.

Pocos detalles fueron casuales. El evento se programó un día después del partido de fútbol Colombia vs Chile en Barranquilla, con el objetivo de que hubiera presencia de los líderes de las barras, con quienes Petro se reunió luego el fin de semana.

La convocatoria se hizo repartiendo volantes en los barrios. También con perifoneo con megáfonos. Una fuente de la logística, quien pidió no ser citada para hablar con mayor libertad, le dijo a La Silla que se monitoreó a los voceadores por GPS para asegurarse de que efectivamente hicieran sus recorridos.

El día del gran acto hubo buses privados que transportaron a la gente de los barrios de la ciudad y de pueblos del Atlántico. También llegaron seguidores de otras ciudades del Caribe como Cartagena y Santa Marta.

La Silla le preguntó a los organizadores por la financiación de todo este evento, pero respondieron que se trataba de empresarios barranquilleros que aún no quieren que su nombre sea identificado con Petro, para evitar ataques.

Recientemente, el candidato ha buscado acercarse al poder privado en el Caribe. Ha elogiado a Tecnoglass, una firma colombiana propiedad de los hermanos Daes, supercontratistas de Barranquilla y cercanos al clan Char.

Pero el gran secreto de la logística, incluso para los seguidores de Petro, fue el diseño de la tarima: una P gigante en medio de la Plaza de la Paz.

Petro

Cuando el candidato Gustavo Petro aterrizó el viernes en el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla, le dieron los detalles de cómo sería el escenario esa noche, y alcanzó a preocuparse: está acostumbrado a hablar sobre una tarima, pero no a desfilar por ella.

El plan era que, luego de intervenciones musicales en la tarde, él hablara cerca de las 5:30 p. m., para que aún estuviera dando su discurso al anochecer y así destacara la iluminación de la tarima.

Había tres drones listos para hacer tomas panorámicas. Petro pidió estar dos horas solo para preparar el discurso. Salió cerca de las 6 hacia la Plaza de la Paz. Su intervención se retrasó porque los organizadores estaban esperando a que llegara la mayor cantidad posible de gente.

“Petro necesitaba eso, un espectáculo. La idea era no solamente llenar la plaza, sino que la gente se sienta ganadora. Hoy en Bogotá todo el mundo se siente ganador”, le dijo a La Silla una de las fuentes involucradas en la organización.

Fue un evento diseñado detalladamente para exaltar la figura individual de Petro. Esto es un cambio, pues hasta ahora los actos de campaña se habían enfocado en impulsar el Pacto Histórico, la coalición de centroizquierda que lidera para el 2022. Esta fue la primera jornada enteramente dedicada a su nombre, y esto se reflejó en su discurso:

“No vengo a ponerme bluejeans solamente para aparentar que soy alternativo. A ver si algunos jovencitos y jovencitas votan por mí. Me los pongo porque toda mi vida ha sido dedicada a la transformación de Colombia. Porque cada segundo de acción, pensamiento y palabra en mi historia personal ha sido dedicada a la transformación de Colombia”.

El nuevo énfasis de Petro muestra que, aunque ha apostado a una alianza, la prioridad sigue siendo su candidatura presidencial, lo que hace más claro el resultado de la consulta de marzo en la que se definiría al candidato del Pacto Histórico entre él, Roy Barreras, Francia Márquez, Alexander López y Arelis Guariyu.

Púlpito

La tarima con forma de P también fue por momentos un púlpito, desde el que Petro habló de Dios y del demonio.

Dos días antes del evento, comenzó a circular una cadena en Whatsapp, especialmente en mujeres mayores de 65 años, en la que se advertía que el líder de Colombia Humana iba a llevar un acto de “brujería y satanismo puro” y que quería convertir a Barranquilla “en la capital para que entren los demonios”.

Petro retomó la cadena en medio de su discurso el viernes: “No estoy proponiendo quemar iglesias, en Bogotá construimos iglesias. No puedo decir que soy ateo, tengo mis creencias. Me eduqué en un colegio católico y ahí acumulé las lecciones de dos personas: San Francisco de Asís y Camilo Torres. O de tres, si contamos a Jesús”.

Y dijo luego: “Los que sí han hecho un pacto con satanás son los que nos gobiernan. Cómo no puede ser un pacto con lo diabólico robarle el dinero público a los niños y niñas. Ordenarle a la Fuerza Pública que dispare a los ojos de los jóvenes”.

Ese énfasis religioso coincidió con la adhesión a su campaña del movimiento cristiano del Caribe Levántate, que reúne a cerca de 450 iglesias y es liderado por Alfredo Saade, un crítico público de libertades como el aborto y el matrimonio igualitario.

Este lunes, entrevistado por La W, Saade dijo que los cristianos se quitaron la venda de los ojos. “En Colombia le montaron el diablo a los hombros a Petro, y eso desvió la mirada. Y resulta que el diablo estaba en la misma Casa de Nariño, repartiendo ostias y corrompiendo al Congreso”.

No es la primera vez que Petro apela a la religiosidad para contrarrestar la prevención de sectores conservadores. En 2018, en Medellín, circuló una foto suya frente a una iglesia, sosteniendo una pulsera con un crucifijo, en la que se leía: “Petro, en vos confío”.

En esta campaña, sin embargo, adquiere una nueva connotación, porque por esa vía también comienza a posicionar el tema religioso que puede golpear de frente a su rival Alejandro Gaviria, que es un ateo declarado. Lo que no dejaría de ser una ironía dado que su marca es el progresismo.

Puerta de Oro

La decisión de iniciar la campaña de plaza pública en Barranquilla marca un giro frente a 2018. Entonces, Petro comenzó a medirse en las calles con caminatas en Soacha y Kennedy y luego saltó a las tarimas en Bogotá y en las regiones. Barranquilla fue, de hecho, uno de sus últimos escenarios.

“Esta vez la idea era confrontar en su casa a los Char”, dijo una fuente cercana a la campaña, quien pidió no ser citada para dar más detalles.

El Caribe es clave para el 2022. Fue allí, en cierta medida, donde Petro perdió la segunda vuelta contra Iván Duque hace cuatro años. Aunque en primera vuelta Petro concentró en esa región el 27 % de su votación y fue el candidato más fuerte, en segunda perdió allí por poco con Iván Duque, quien obtuvo 1.728.351 de votos, frente a 1.718.946 de Petro.

Al madrugarle a esta región para 2022, Petro marca sus prioridades, que también se reflejaron en su discurso: “Cómo es posible que el Caribe esté pagando las tarifas más altas de energía, cuando está la tierra privilegiada del sol. Acá somos hijas e hijos del sol. Por eso nuestras pieles son así. El sol, la energía solar, será el motor de mayor desarrollo en el Caribe, que puede ser la región más rica de Colombia”.

Petro aprovechó para montarse en la coyuntura, y conjugó varias veces el verbo abudinear —en referencia a la exministra de las TIC Karen Abudinen, quien renunció la semana pasada por las irregularidades del contrato para llevar internet a las zonas rurales—.

Cerró su discurso dedicándole unas palabras a esa región: “¡Viva Barranquilla! ¡Viva el Atlántico!”. Hizo una pausa, y desde la multitud se escuchó un tercer grito: “Viva Petro”.

“Eso no lo puedo decir”, respondió él. Pero ya todo estaba dicho sobre el suelo de la Plaza de la Paz.

Estudié periodismo en la Universidad de Antioquia y allí hice un diplomado en periodismo literario. Antes cubría el poder en Antioquia para La Silla. Trabajé en El Colombiano y fui subeditor del impreso de El Tiempo. En 2022 participé en el libro 'Los presidenciables' de La Silla Vacía y en 2020...