Este viernes explotó una bomba política de la que quién sabe si la precandidatura presidencial de Álex Char pueda recuperarse: la revista Semana publicó varias fotografías que evidencian la relación amorosa que el exalcalde barranquillero tenía con la prófuga excongresista Aída Merlano, quien lo ha señalado frente al alto tribunal, al igual que a su hermano el senador Arturo Char, de haber sido su cómplice en la corrupción electoral por la que fue condenada a 11 años en 2019
El precandidato respondió casi enseguida, reconociendo el romance, pero negando que haya tenido relación política alguna con la exrepresentante bajo el argumento de que los Char militan en Cambio Radical, mientras Merlano lo hacía en el Partido Conservador.
“¿Cómo voy a financiar una campaña? Primero, yo era alcalde de Barranquilla en el año 2018. Y ¿cómo yo voy a financiar campañas de otro partido, del partido Conservador? Eso sería una locura de parte nuestra”, dijo Char desde Soledad (Atlántico), en medio de uno de sus primeros recorridos de precampaña presidencial.
La Silla Vacía tiene documentado, desde el año 2017, el acuerdo político que el clan Char -que lidera Álex Char junto a su padre, el exsenador Fuad Char- hizo con el empresario Julio Gerlein y con Aída Merlano, para ir juntos en las elecciones legislativas de 2018, en las que está probado que ella incurrió en compra masiva de votos.
Fue una alianza informal, por debajo de la mesa, precisamente para sacarle el cuerpo a la doble militancia.
Merlano sí fue aliada de los Char
La alianza entre la casa Char y la exsenadora Aída Merlano -quien en concreto asegura que Char recibía coimas y financiaba campañas con plata de la contratación de Barranquilla- se empezó a cocinar en 2017, un año antes de las elecciones a Congreso. Merlano hacía parte de la otrora poderosa casa Gerlein, integrada por los hermanos Julio y el recientemente fallecido exsenador Roberto Gerlein, y buscaba dar el salto de la Cámara al Senado.
En esa contienda, los Gerlein se reventaron debido a que el entonces longevo senador Roberto debía retirarse del Congreso por sus quebrantos de salud, pero se negaba a cederle la oportunidad de la curul a Merlano, pues ella no pertenecía al alto círculo social de los Gerlein, sino que, como hemos contado , pasó de ser mochilera a congresista.
Roberto Gerlein y otros integrantes de la familia querían heredarle la curul a un pariente, y así garantizar que la cabeza del grupo siguiera siendo un familiar. Pero no encontraron un heredero con la suficiente fuerza política.
En un intento fallido de acuerdo con Merlano, Roberto le propuso a la representante cederle el cupo al Senado, siempre y cuando ella al menos aceptara que él eligiera el aspirante a la Cámara.
Pero Merlano no aceptó y ahí fue que la casa Gerlein quedó dividida.
El empresario Julio Gerlein y Aída Merlano -que habían tenido una relación amorosa de varios años hacia atrás- se mantuvieron juntos políticamente y decidieron sellar un acuerdo con los Char, convocados a reunión por Arturo Char.
El pacto consistió en lanzar a Merlano al Senado por el Partido Conservador, pero sin fórmula a la Cámara en el Atlántico por ese partido para que informalmente (por debajo de la mesa para no incurrir en doble militancia) ella le pusiera votos a la candidata de Cambio Radical a la Cámara: Lilibeth Llinás, hermana del entonces diputado charista Adalberto Llinás.
En la alianza se acordó que la candidata Llinás no votaría por Merlano, sino por la reelección del senador Arturo Char, punta de lanza charista en el Congreso.
A cambio de ello, Aída Merlano recibiría de los Char ayuda logística para el día de las elecciones, financiación y votos de aliados charistas en otros departamentos.
La alianza de los Char por debajo de la mesa con Aída Merlano no fue una excepción, sino el modus operandi del charismo durante las elecciones a Congreso del 2018, en las que lograron sacar una poderosa bancada regional.
En ese entonces, los Char también hicieron alianzas similares con el polémico senador conservador Laureano “El Gato Volador” Acuña y con el senador de La U Miguel Amín.
En esas legislativas, la aplanadora charista se movió con maquinaria pura, de buses y carros transportando masivamente votantes, y, en la reportería en terreno que hicimos en ese momento, también pudimos registrar que hubo compra de votos.
Como lo contamos en su momento, eso ocurrió en el municipio de Soledad, vecino a Barranquilla y conocido como “la capital mundial del fraude”, en donde vimos cómo votantes que salían de los puestos de votación eran trasteados en motocarros identificados con el logo de un águila hasta la sede de una fundación llamada “Fundación Social Únete”, que de manera extraña estaba abierta ese domingo de elecciones y tenía el lado de su puerta principal un afiche de los congresistas charistas Luis Díaz Granados y José Amar.
De allí vimos salir a un mochilero o puya ojos (como se les dice a los compradores barriales de votos de los políticos) que en una esquina les entregó unos billetes de 50 mil pesos a unas mujeres que habían llegado de votar.

Es decir que, en las mismas elecciones en las que los Char hicieron una alianza política con Aída Merlano y ella incurrió en corrupción electoral, las campañas de algunos de los alfiles de ese clan acudieron a la misma práctica.
La historia de la foto
En las fotos que explotaron ayer y obligaron a Char a reconocer el amorío que era un secreto a voces en Barranquilla, se puede ver a Aída Merlano y a Álex Char compartiendo en una velada nocturna, mirándose muy cerca y casi cruzando sus copas de vino.
La Silla Vacía conoció también la historia de la imagen, captada cuando ella era representante a la Cámara y él cumplía su segundo periodo como alcalde de los barranquilleros. De hecho, en su camisa se alcanza a ver el logo con las letras CR, de su partido Cambio Radical.
La cita se dio a propósito de una fiesta sorpresa que Char le organizó a Merlano para su cumpleaños, que es en diciembre.
El entonces mandatario mandó a recoger en camioneta a Merlano, quien, con los ojos vendados, fue trasladada a un tramo del famoso malecón que da vista al río Magdalena y que hoy es uno de los megaproyectos insignes de la era Char, aunque en ese momento se encontraba aún sin terminar (el primer tramo fue inaugurado en 2017).
Cuando la congresista llegó, encontró un camino de rosas por el que caminó mientras sonaba la canción ‘The sound of silence’.
Luego de eso, según pudimos confirmar, el hoy precandidato le dijo que de cumpleaños le regalaba el malecón por el que hoy saca pecho su grupo político.