La capital guajira vive una mala hora producto de la inestabilidad de su Alcaldía que dentro de poco podría tener un quinto mandatario en menos de dos años.
Después de seis meses Riohacha todavía no encuentra el norte. La captura en enero de su alcalde Fabio Velásquez por irregularidades en la contratación del Programa de Alimentación Escolar, PAE, dejó sumida a la capital guajira en una parálisis administrativa que no la ha dejado ejecutar este año ni un solo peso de los asignados por el Sistema General de Regalías.
Tampoco se libra de las presiones políticas, ya que detrás del primer puesto del Distrito hay una puja en la que juegan los intereses de los partidos Cambio Radical, La U, el Gobierno Nacional y el rector de Uniguajira, Carlos Robles, quien, como contamos en La Silla Caribe, es el poder oculto detrás del detenido alcalde Velásquez.
Desde el pasado 23 de abril la Alcaldía de Riohacha está en cabeza de Tatiana Barros, designada por el presidente Juan Manuel Santos con la mediación del representante guajiro Alfredo Deluque, quien es la punta de lanza de La U en su departamento y del grupo Nueva Guajira, que lidera el cuestionado exgobernador Jorge Pérez Bernier.
Su designación fue vista por muchos políticos riohacheros como una afrenta a Cambio Radical, partido que ganó las elecciones en 2015 con el cuestionado Velásquez, que ya presentó una terna al Gobierno y espera que el Presidente nombre prontamente a un encargado mientras se resuelve la situación judicial de Velásquez.
Esto hace que hoy en la Alcaldía de Riohacha reine la incertidumbre, ya que la estabilidad del gobierno de Barros se tambalea entre una decisión política y otra judicial.
La política parte de la terna de Cambio Radical y la voluntad del Gobierno en seleccionar un nuevo encargado, la cual es poca porque, de acuerdo a dos fuentes consultadas, una de Cambio y otra de La U que nos lo contaron por aparte, Santos prefiere dar continuidad los designados que puso en Riohacha y La Guajira, donde Wilder Guerra también ejerce como gobernador interino.
La judicial se desprende del proceso de Fabio Velásquez el cual aguarda una audiencia de pruebas que debe surtirse en septiembre y una decisión de la Corte Suprema de Justicia sobre el traslado del proceso de Riohacha a Bogotá a petición de la Fiscalía.
Si es absuelto, Velásquez regresaría a la Alcaldía. De ser condenado antes de terminar el año se cumpliría una falta absoluta del Alcalde y en Riohacha deberán repetirse las elecciones. Si el proceso se dilata y es fallado el otro año en contra, Cambio Radical quedaría con la titularidad de la Alcaldía y el ternado ungido terminará uno de los períodos más convulsos que se recuerden en la capital guajira.
La mala hora de Riohacha
En tan solo tres meses (entre enero y abril) Riohacha tuvo tres alcaldes encargados. Miguel Pitre, secretario de Obras de la cuerda de Robles, quien duró en el poder poco menos de un mes al quedar encargado durante el periodo de vacaciones que solicitó Velásquez justo antes de ser capturado.
Juan Aguilar Deluque, secretario de Gobierno, también cercano a Robles y Velásquez, quien asumió el cargo el 27 de febrero pero lo desempeñó con funciones limitadas ya que asumió por orden de precedencia (era el secretario de más alto rango después del Velásquez) después de configurarse un vacío temporal del alcalde electo, lo que le impidió tener funciones de ordenador del gasto. Y la actual alcaldesa Tatiana Barros.
Esta inestabilidad no le ha permitido a ningún funcionario comenzar siquiera a atender la grave situación de pobreza que vive la ciudad (y dicho sea de paso el departamento que es el segundo más pobre del país).
Sobre la pobreza, ésta se ubica en 45,5 por ciento, convirtiendo a Riohacha en la segunda capital más pobre después de Quibdó (Chocó). El desempleo está en 13, 7 por ciento. Esta última cifra representa un aumento de 0.6 puntos porcentuales con respecto al índice de desempleo de 2016 en la ciudad, que es del país con menos personas trabajando.
Según el Departamento Nacional de Planeación Riohacha es la entidad más rezagada de las 22 que ejecutan regalías en La Guajira –entre las que se encuentran los 15 municipios, la Gobernación y entidades descentralizadas como la CRA– y está calificada con un “desempeño crítico” que la ubica en el puesto 984 entre las 1196 entidades ejecutoras de proyectos de regalías en el país.
Esta situación viene desde el año pasado, cuando aún bajo al dirección de Velásquez el Distrito falló en reportar con suficiencia los informes de ejecución de los proyectos de regalías, algo que se extendió durante el primer trimestre de este año con los cambios constantes en la Alcaldía.
Eso valió para una sanción provisional impuesta en junio pasado por el DNP, la cual le significó a la ciudad un mes (fue levantada en julio) en el que no recibió recursos de regalías ni pudo presentar proyectos de inversión.
Así los riohacheros viven en la incertidumbre de no saber qué va a pasar con su Gobierno, el cual puede estar ad portas de cambiar por quinta vez en menos de dos años. Mientras tanto sus principales retos en obras e inversiones luego de haber sido reconocida hace dos años como Distrito Especial y Turístico, nada que arrancan.
Otro punto álgido del momento que vive la capital guajira son las presiones políticas al interior de su Alcaldía, en la que los poderosos a la sombra de la administración de Velásquez luchan por mantener su control sobre varias secretarías.
Deluque se fortalece y Robles pierde influencia
Pese a no contar con experiencia en cargos públicos, Barros llegó a la Alcaldía con el respaldo de Deluque, quien presentó su hoja de vida al presidente Santos, de acuerdo a dos fuentes de La U que lo supieron de primera mano.
Deluque y Barros se conocen desde sus épocas escolares pero fortalecieron su relación durante las legislativas de 2010, cuando el Representante hizo su primera campaña al Congreso y la alcaldesa perteneció a los comités de juventudes y de profesionales de su equipo.
La actual alcaldesa es una ingeniera de medio ambiente, egresada de la Universidad de La Guajira y por 15 años se desempeñó en diferentes cargos dentro de la ONG Cámara Junior Internacional (JCI por sus siglas en inglés), una de las organizaciones de juventudes más grandes del mundo, la cual llegó a presidir a nivel nacional en 2015.
Barros llegó a la alcaldía acompaña de un equipo de funcionarios de su “entera confianza”, como le dijo a La Caribe, pero sus cambios los ha hecho progresivamente.
Los actuales titulares de las secretarías de General (Katine Olarte), Privada (Gina Sarmiento), Servicios Públicos (Eugenio Benjumea), Desarrollo Rural (Leandro Mejía) y los asesores de despacho Dean Martin –quien entró a reforzar la secretaría de Planeación– y Danilo Araújo, actualmente encargado de la dirección de contratación; llegaron a la administración junto con la nueva alcaldesa.
Esto le ha dado a Barros margen de maniobra y ha restado espacios a Robles, quien pese a mantener varias de las fichas que logró reorganizar después de la captura de Velásquez, perdió su principal carta, el exsecretario de Hacienda Miguel Pancieda Di Zoppola, a quien la alcaldesa reemplazó por Olarte, que es de su entraña.
Una fuente al interior de la alcaldía nos dijo fuera de micrófonos que el cambio de Pancieda se debió a la presión que este ejercía en las demás secretarías, en especial las que responden políticamente a Robles, por lo que se había convertido en un “palo en la rueda” para la nueva alcaldesa.
Sin embargo, alguien que trabajó en la Alcaldía durante la administración de Velásquez y que pidió no ser citado nos contó que Robles “sigue moviendo sus hilos, lo que pasa es que ya no son tan largos”.
El rector todavía tiene cuotas en las secretarías de Salud (Ana Barón), Educación (Pedro Mengual Sierra), Desarrollo y Turismo (Óscar Juco Rodríguez) y en la dirección de rentas (Guillermo Camargo). También se mantienen los dos exalcaldes encargados Miguel Pitre – quien fue carta del rector en la primera terna presentada por Cambio Radical para la Alcaldía, en Obras e Infraestructura–; y Jairo Aguilar Deluque, miembro de Fuerza Viva, el grupo que eligió a Velásquez.
Sin embargo, los secretarios en Riohacha y en La Guajira ya no tienen tanto poder. Esto se debe a que desde el mes de febrero los dos entes territoriales están intervenidos por el Gobierno Nacional, quien determina el gasto en los sectores de Educación, Salud y Agua Potable.
La misma fuente al interior de la Alcaldía nos dijo que la gente de Robles se ha quedado porque la alcaldesa no pretende buscar una confrontación directa con el rector y que esos funcionarios “le han caminado” con la dinámica que pretende implementar en la administración, la cual ha dado un paso adelante al viabilizar 31 mil 777 millones de pesos para cuatro proyectos aprobados en la Ocad Distrital del pasado 31 de julio, la cual se llevó a cabo después de levantada la sanción del DNP.
Pero el fantasma de la terna ronda y amenaza con terminar en cualquier momento el mandato de Barros.
Cambio Radical de terna
Al interior de Cambio Radical están reventados con respecto a la terna, entre lo que dicen los dirigentes nacionales y lo que quieren los militantes locales, que no se sienten tomados en cuenta para conformarla, olvidando que fueron ellos los que pusieron los votos y se sudaron la campaña.
Como contó La Caribe, la primera terna presentada por los dirigentes nacional de Cambio Radical incluía al politólogo Gerson Castillo Daza, la trabajadora social Sirlene Posada Zubiría y el ingeniero Civil Miguel Pitre Ruiz.
Esta fue impugnada por Adalberto Redondo, presidente del vargasllerismo en Riohacha, alegando que dos de los ternados no militaban en el partido y el otro estaba inhabilitado. Eso obligó a las directivas nacionales a conformar una nueva terna que entregaron al Gobierno el 28 de julio.
Esa nueva terna está conformada por Gerson Castillo Daza (que se mantiene de la terna pasada), Alexa Henríquez y Miguel Pugliese. Una de las particularidades de estos nombres es que ninguno tiene una relación directa con el rector Robles, algo en que coincidieron por aparte seis fuentes conocedoras de las movidas políticas de la ciudad. Por el contrario señalaron que los pesos pesados en esta terna son los nombres promovidos por Jorge Enrique Vélez, director nacional de Cambio, y el senador sucreño Antonio Guerra, el más votado del partido en La Guajira.
La otra particularidad es que en ella también juega la casa Char, estandartes del vargasllerismo en el Caribe, con dos candidatos.
El único ternado que se mantiene es Gerson Castillo Daza, un politólogo riohachero que desde 2013 trabaja en el Ministerio de las Tics en Bogotá. Él es la carta del senador Antonio Guerra De la Espriella, aunque lo relacionan en la Riohacha política con el grupo Nueva Guajira, y con el representante Alfredo Deluque (Partido de La U).
La cercanía de Guerra y Castillo, que también es profesor de la Universidad del Rosario, se hace evidente en el twitter del funcionario, en donde cuelga regularmente trinos del Senador y ha manifestado públicamente su apoyo a este en las recientes vinculaciones que le hizo la Fiscalía dentro del caso Odebrecht.
La entrada de Alexa Henríquez se da por recomendación del exsupernotariado y hoy presidente de Cambio Radical, Jorge Enrique Vélez, quien la nombró secretaria de Planeación Departamental cuando estuvo de gobernador encargado de La Guajira el año pasado.
En 2011 Henríquez fue candidata al concejo de Riohacha por el MIO y durante el Gobierno de Rafael Ceballos (Partido Liberal) era directora de la Oficina de la Mujer.
La cercanía con Vélez es tal que después de haberla nombrado en la Gobernación se la llevó a trabajar con él a Bogotá en la Superintendencia de Notariado y registro donde todavía labora.
Un exdirigente de Cambio Radical en La Guajira la reconoció, a diferencia de Castillo o Pugliesse, como una militante del partido que estuvo apoyando la campaña de la destituida exgobernadora Oneida Pinto, puesto al que llegó en 2015 con el aval de Cambio Radical.
La llegada de Pugliese a la terna tomó por sorpresa a más de un conocedor de las movidas políticas en la ciudad, ya que no se le identifica fácilmente como miembro de alguna de las fuerzas que pujan por la primera silla del Distrito.
La Silla Caribe logró establecer que Pugliese viene con la venia de la casa Char de Barranquilla y que es una de las dos cartas que tienen dentro de la terna (la otra sería Alexa Henríquez), como nos lo contó alguien de las entrañas de ese grupo.
Pugliese viene del sector privado, donde se ha desempeñado como coordinador de proyectos arquitectónicos de la constructora Macuria Inversiones y Construcciones. Pero también pasó por lo público ya que en 2008 fue nombrado por el exalcalde Jaider Curiel Choles (Conservador) como su secretario de Obras Públicas, el cual contó con el apoyo de Nueva Guajira cuando fue alcalde.
Al final, el presidente Santos es quien tendrá la última palabra sobre la titularidad de una alcaldía que pese a tener las manos atadas por la intervención estatal a parte de sus recursos, sigue representando un importante espacio de poder y burocracia ad portas de un nuevo proceso electoral.
Es incierto cuándo ocurrirá esto ya que pese a que el proceso para designar un reemplazo ante la suspensión temporal de un Alcalde se encuentra en Ley 1475 de 2011, la norma no no define un término al Presidente para que haga esta designación una vez reciba la terna del partido que ganó las elecciones.
Mientras tanto, los riohacheros no solo viven preguntándose quién será su alcalde, sino que ven como a sus problemas de empleo, seguridad, obras de infraestructura e impulso al sector turístico siguen sin ser resueltos.