Iván Cepeda y José Felix Lafaurie, dos rivales políticos acérrimos que hasta hace poco se trataban de “mandadero de las Farc” y aliado del paramilitarismo, se vienen reuniendo hace varias semanas en secreto. Los encuentros, en lugares privados, han tenido el propósito de avanzar en un plan para que el Gobierno de Gustavo Petro compre tres millones de hectáreas para cumplir lo pactado en el Acuerdo de Paz con las Farc.

“Estamos avanzando en un acuerdo para la compra de una tierra”, le confirmó a La Silla Vacía Lafaurie, presidente de Fedegán, la federación de ganaderos más grande del país. “Hemos tenido un diálogo institucional”, dijo sobre las reuniones con el senador del Polo.

Cepeda, por su lado, afirmó sobre las reuniones que “Estamos avanzando, se oyen pasos de animal grande”.

El diálogo entre ambos allanó el camino para que Petro y Lafaurie se reunieron la semana pasada en Casa de Nariño para hablar de los detalles de la reforma. Tras la reunión Lafaurie afirmó que “si el Gobierno compra, por qué no, se trata de ver cómo uno logra avanzar en ese frente”.

La idea de que el Gobierno compre masivamente tierras la lanzó el presidente Petro hace unas semanas, cuando afirmó desde Nueva York que para cumplir el Acuerdo se necesitaban tres millones de hectáreas: “Les vamos a comprar las tierras por títulos de deuda pública que pueden hacer exigibles en cualquier momento en el mercado secundario de títulos”.

Luego, en una entrevista con Noticias Caracol, agregó que su compra valdría alrededor de 60 billones de pesos, tres veces lo que aspira a recaudar en la tributaria.

Según le dijo a La Silla Lafaurie, quien también es esposo de Maria Fernanda Cabal, una senadora clave del uribismo, se aproxima un anuncio importante con detalles de un acuerdo que “es muy de fondo y va más allá de la sola compra de tierras. Es una reforma que busca no cometer los errores del pasado”.

Pero ni él ni Cepeda quisieron dar más detalles sobre unas conversaciones que avanzan de manera confidencial.

Cepeda sí remitió al discurso del presidente Petro de ayer en la instalación de la Csivi, la comisión entre el Gobierno y las Farc para hacer seguimiento a la implementación del Acuerdo. Ahí el presidente retomó con más detalle lo que planteó como un debate en Nueva York.

Sobre todo, volvió al tema álgido de la financiación. “Nos tenemos que enfrentar a una discusión con el Congreso de la República, las fuerzas políticas y la sociedad colombiana en general. Debemos reformar el Marco Fiscal, debemos aceptar que hay que hacer un esfuerzo presupuestal para comprar las tierras”, afirmó el presidente, “Pero implica un cambio completo de la estructura del gasto público en Colombia, que en mi opinión vale la pena”.

El Marco Fiscal es el instrumento por medio del cual el Gobierno se comprometió públicamente a bajar su déficit fiscal y su nivel de deuda pública en el futuro. Dos promesas que se verían aplazadas si Petro quiere gastar 60 billones, el equivalente a aproximadamente el 15 por ciento del presupuesto del Estado de un año.

Por eso la propuesta generó rechazo de varios economistas y centros de pensamiento. Desde Fedesarrollo y Anif han argumentado que de cara a una desaceleración económica como la que se avecina en 2023, no hay espacio para adquirir más deuda.

De hecho, el mismo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, afirmó que el Marco Fiscal debía mantenerse. Los riesgos de no hacerlo podrían impactar la confianza de inversionistas, la disponibilidad de deuda, la tasa de cambio, y, en últimas, la estabilidad macroeconómica del país.

Pero a diferencia de los economistas, tanto Lafaurie como Álvaro Uribe comentaron positivamente la propuesta de Petro. Por eso, el canal secreto entre Lafaurie y Cepeda ayuda a entender el cruce inesperado de declaraciones públicas con respecto a la reforma agraria.

“Nosotros debemos entender que hay un problema social del campo para resolver y que también hay una clase empresarial del campo con muchas dificultades que no se le puede atropellar”, dijo Uribe luego de su reunión con Petro en Casa de Nariño. “Creo que lo debemos acompañar en la compra de tierras”, agregó al resaltar que no se trata de una expropiación.

Según una persona enterada del proceso que pidió no ser identificada, la importancia de contar con el apoyo de Lafaurie, Uribe y los ganaderos es que la eventual compra de tierras sea concertada. Con eso se blindaría de la resurgencia de grupos de autodefensas patrocinadas por élites regionales en las regiones donde se otorgue a campesinos.

“Sería un gana gana”, dice otra persona dentro del Gobierno, que también pidió la reserva de su nombre para dar detalles. Por un lado, porque el mercado de tierras está dominado por narcotraficantes, y que el Gobierno sea un comprador a un precio justo es más atractivo para muchos terratenientes que tienen tierra improductiva.

Por otro lado, afirma la fuente, también se necesita el apoyo del uribismo, y esas élites ganaderas que tienen gran peso en el Congreso, para dar un apoyo político y transmitir confianza en medio de las maromas financieras que necesitaría la reforma de Petro.

La tierra es una de las “obsesiones” de Petro

Las dos fuentes por separado usaron la misma palabra para expresar lo que significa comprar estas tierras para el presidente Petro, y afirmaron que es un tema que ocupa parte importante de la atención del presidente.

Se trata de una reforma que amarra cuatro ejes fundamentales de su legado: el desarrollo del campo para transformar la economía; la soberanía alimentaria; el cambio de política de drogas; y la Paz Total.

Por eso Petro buscará, según las fuentes, el apoyo de aliados internacionales. Por un lado, del Banco Mundial, para apalancar recursos y respaldo técnico. Por otro lado, de Estados Unidos.

Se prevé que el tema esté en la agenda durante la visita de hoy entre el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, con quien Petro ya compartió un foro sobre seguridad alimentaria en Nueva York. Allá, hablándole directamente al Canciller gringo, Petro le mencionó la reforma agraria como una vía para detener el narcotráfico:

“Si el campesinado se empodera, económica, política y socialmente, Colombia, Antony, dejaría de ser narcotraficante. Es un camino diferente a la mal llamada guerra contra las drogas. Si produce más maíz, e importa menos de los Estados Unidos, produce menos cocaína”, afirmó el presidente Petro.

Los detalles de la reforma aún están en borrador al interior del Gobierno, que ha conformado un comité de reforma agraria con la ministra de Agricultura, Cecilia López, el director de la SAE, Daniel Rojas, el secretario de General, Mauricio Lizcano, y las cabezas de las agencias de temas rurales.

Pero más allá de los detalles técnicos, se trata de un tema que ocupará directamente a Petro por el resto de su mandato. “Es nuestra voluntad política, por eso, creo, nos eligieron”, dijo ayer el presidente.  

Desde el 2021 soy el editor general de La Silla Vacía. Estudié filosofía en la Universidad Nacional, luego hice una especialización en periodismo en Los Andes y una maestría en comunicación en la Universidad de Georgetown. He trabajado en TV, radio y prensa.