El presidente Iván Duque extendió la cuarentena hasta el 27 de abril y el cierre de colegios y universidades hasta el 31 de mayo. Y postergó su plan de hacerla ‘inteligente’.
La decisión del presidente Iván Duque de extender la cuarentena obligatoria otras dos semanas, hasta el 27 de abril, aunque no de manera “inteligente” como había insinuado que lo haría, es una decisión responsable dado que los epidemiólogos tienen tres criterios para modificar una cuarentena y Colombia no había logrado ninguna.
Los criterios son que se aplane la curva de la pandemia; que se maximice la capacidad de detectar los los casos mediante la aplicación de pruebas; y que el sistema de salud esté listo para atender el pico de casos.
“El Presidente ganó tiempo para las tres”, dijo el investigador médico Camilo Prieto, quien dirige un grupo de médicos de diferentes especialidades en Bucaramanga, Medellín y Bogotá que están trabajando en la documentación epidemiológica del Covid-19, (ver su video ‘¿Cuándo levantar una cuarentena’?).
La cuarentena ‘inteligente’ que no fue
El domingo en entrevista con El Tiempo y ese mismo día en su programa diario sobre el coronavirus en la noche, el presidente Duque explicó que el siguiente paso en la cuarentena sería el “aislamiento preventivo inteligente” para lograr el equilibrio entre aplanar la curva de contagios y evitar el colapso de la economía.
Básicamente, como lo explicó un artículo de Portafolio al día siguiente, su idea era (¿o es?) mantener el aislamiento de niños y adultos mayores hasta finales de mayo o un mes más; mantener el cierre de conciertos, bares y grandes eventos hasta junio; mantener cerrado el transporte aéreo internacional y la llegada de cruceros hasta el 30 de mayo; y comenzar a abrir las actividades productivas en los más de mil municipios donde no hay un solo contagio, sin permitir el transporte intermunicipal así como la apertura de otras industrias.
Aunque no dio una fecha, a una semana de que terminara la cuarentena inicial, quedó la impresión que estaba ambientando la decisión a partir del 13 de abril e inmediatamente reaccionaron en contra alcaldes y gobernadores que tendrán que lidiar directamente con las insuficiencias del sistema de salud.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que ha sido la contraparte más visible del Presidente en el manejo de la emergencia, criticó la posible flexibilización de la cuarentena.
Según dijo, ella se había reunido con Duque dos veces la semana pasada para exponerle las proyecciones que su equipo tiene para Bogotá, que dicen que por los datos sobre infectados, muertos y ocupación de unidades de cuidados intensivos la cuarentena en la ciudad debería extenderse por lo menos hasta la primera semana de mayo.
De hecho, López alcanzó a criticar en un trino que Duque no hubiera revelado el sustento científico para flexibilizar la cuarentena, y agregó el enlace a las proyecciones que ha venido haciendo para varios países la consultora privada gringa Boston Consulting Group sobre los periodos que deberían tener las cuarentenas, que para Colombia recomienda terminarla entre finales de junio y finales de julio (aunque después de publicada esta historia, la consultora se comunicó con La Silla Vacía y aseguró que las proyecciones se hicieron sobre una empresa, de un sector específico, a la que están asesorando y no sobre Colombia en general).
Un trino que borró después cuando el Presidente extendió la cuarentena, para reemplazarlo por un video felicitandolo (y cobrando de ladito su recomendación). “Coordinación es lo que hay!”, escribió.
Duque tomó la decisión de ampliar la cuarentena durante las primeras horas de ayer y en la tarde comenzó a informarlo a varios sectores. Por ejemplo, supimos que citó a media tarde en Palacio a Sandra Forero, directora de Camacol y del consejo gremial nacional, para contarle la ampliación y pedirle que la apoyara públicamente.
En la noche, la empresaria anunció en Caracol Radio su respaldo a la medida y así lo hicieron otros gremios, como los agricultores agremiados en la SAC.
La decisión de extender la cuarentena
Dentro de las medidas que anunció Duque anoche están la de extender hasta el 31 de mayo las clases virtuales en colegios y universidades (porque son focos de contagio y los niños pueden transmitir el virus a los mayores); campañas para que haya cuidados preventivos para personas entre 30 y 60 años con problemas cardiovasculares o de diabetes (porque 24 de los 32 fallecidos están en ese rango de edad); y ampliar de cuatro a seis el grupo de trabajadores que pueden salir para garantizar el abastecimiento de alimentos y la fabricación de material médico.
Igualmente, exceptuó de la cuarentena a los trabajadores de empresas que fabriquen masivamente tapabocas, jabones, geles antibacteriales y ropa hospitalaria; y a los constructores de hospitales, colegios, albergues y carreteras.
Tres fuentes que saben de las decisiones del Presidente de primera mano (un funcionario de Palacio y dos científicos que escucha) nos dijeron, por aparte, que nunca hubo intención de levantar la cuarentena. “Hubo una malinterpretación en lo que dijo”, nos dijo uno de ellos.
“Nunca se pensó en abrir la cuarentena. Levantarla no habría sido inteligente. Se piensa es en cómo seguirla haciendo de forma sostenida y hacer una apertura hacia la gente que hace ropa hospitalaria y tapabocas, por ejemplo. O no tiene sentido mantener los colegios abiertos, por ejemplo”, nos dijo el médico infectólogo Carlos Álvarez, exdirector de la Asociación Colombiana de Infectología y uno de los expertos científicos que asesoran al Presidente.
Según supo La Silla Vacía, desde la semana pasada, epidemiólogos y científicos le habían planteado al Presidente, en reuniones con el Gobierno y la Alcaldía de Bogotá, mantener otras dos semanas más la cuarentena.
También pesaron las consideraciones de la Organización Mundial de la Salud, que había advertido que levantar los aislamientos antes de tiempo podría generar contagios masivos, como ocurrió en Holanda .
Pero la razón principal es que el gobierno no tiene la foto completa del comportamiento del virus en estos días, el primero y principal criterio para modificar una cuarentena.
El gobierno aún no sabe cómo va el contagio
Los 1.579 casos confirmados hasta el cierre de esta historia corresponden a personas que fueron contagiadas hace alredor de dos semanas, que es el tiempo promedio en el que el virus se manifiesta, se demoran en hacer las pruebas, y dar los resultados.
“Nuestra recomendación era prolongar el término adicional de 14 días porque hemos llevado ciclos de 14 días conociendo el ciclo del virus”, dijo el ministro Ruíz.
Las proyecciones del Ministerio de Salud y epidemiólogos del INS, que arrancaron hace dos semanas, mostraban que para el 4 de abril habría 5.483 casos, tres veces más de los 1.500 que tienen registrados oficialmente; que habría 129 hospitalizados en cuidados intensivos, pero ahora solo hay 57; y que habría 35 muertes y ahora hay 32.
Por lo que, si bien las cifras que tienen indicarían que la curva se está aplanando, todavía no existe suficiente evidencia para determinar con claridad el efecto que ha tenido la cuarentena dado el tiempo de incubación de la enfermedad.
Tampoco la tienen porque el país carece todavía de la capacidad necesaria para hacer pruebas, el segundo criterio para modificar una cuarenta.
Aún no está instalada la capacidad de hacer pruebas
Otro de los pendientes clave para los cuales Duque compró tiempo con su decisión de ampliar la cuarentena, es aumentar la capacidad de Colombia de hacer más pruebas, que ha sido una recomendación de la OMS a los países y es un asunto en el que el Instituto Nacional de Salud, en palabras sencillas, se desbordó.
El INS ha venido recibiendo, para procesar y diagnosticar, las muestras de todo el país, pues cuando estalló la pandemia no existía capacidad diagnóstica en las regiones.
De esa manera, el Instituto excedió su capacidad instalada diaria y empezó a tener que dejar muestras represadas para los días siguientes.
Hay 57 laboratorios -entre privados y públicos- que levantaron la mano para declarar que también podían procesar y hacer diagnósticos de Covid-19 y de ellos, 40 ya firmaron un convenio con el INS para ser certificados y autorizados. Pero hasta ahora apenas 14 están arrancando su operación.
Adicionalmente, esos 14 laboratorios autorizados (cuatro en Valle, cuatro en Antioquia, uno en Atlántico, uno en Bolívar, uno en Córdoba, uno en Cesar y dos en Bogotá, que se suman al propio INS y al laboratorio distrital) tienen, por protocolo, que enviar sus primeros grupos de muestras a Bogotá para que el INS las verifique y luego de pasar ‘ese exámen’ sí puedan seguir haciéndolas autónomamente. Pero aún ninguno lo ha pasado.
Es decir, en la práctica el descentralización de las pruebas no se ha materializado.
Esto ha aumentado el represamiento y generado quejas públicas de mandatarios locales como, por ejemplo, los de Bolívar (el gobernador Vicente ‘Vicentico’ Blel y el alcalde cartagenero William Dau), quienes este fin de semana sacaron un comunicado conjunto pidiendo celeridad al INS en la entrega de resultados para ellos como autoridades poder hacer el control efectivo de los contagiados.
Hacemos junto a la @GobDeBolivar un llamado al Instituto Nacional de Salud @INSColombia , solicitando celeridad en la entrega de resultados de Covid-19 en Cartagena y Bolívar. pic.twitter.com/zAzl4HeUoA— Alcaldía Cartagena (@AlcaldiaCTG) April 5, 2020
Según Blel y Dau dijeron en su comunicación, en Bolívar, hay más de 200 muestras represadas que se enviaron desde antes de que empezara a operar el laboratorio de Medicina Tropical de la Universidad de Cartagena, que es uno de los autorizados para hacer diagnósticos.
En igual sentido, se pronunció también la Dirección Territorial de Salud de Caldas que, también este fin de semana, se quejó de estar esperando el diagnóstico de 307 pruebas remitidas al INS desde el pasado 26 de marzo.
Averiguamos en las regiones que cubrimos y así se repiten casos similares en casi todas.
Con datos hasta ayer, en Nariño están a la espera de que Bogotá mande el resultado de 252 pruebas; en Antioquia de 600; en Cundinamarca de 504; en Huila de 140 enviadas hace tres días al INS; en Chocó de 12 que mandaron desde la semana pasada; en Santander nos informaron de 318; y en Putumayo de 14.
Hoy en Colombia se están haciendo en promedio entre 1.800 y dos mil pruebas diarias.
Una vocera del Instituto que habló oficialmente le dijo a La Silla Vacía que si los 57 laboratorios que han declarado tener capacidad para hacer diagnósticos de Covid-19 entraran a operar, el país podría sumar unas 15 mil pruebas diarias, una cifra que se acerca un poco a lo que están haciendo países como Corea del Sur, que tiene un número de habitantes similar a Colombia (51 millones) y le está ganando la batalla al coronavirus con una estrategia que ha incluido hacer hasta 20 mil pruebas al día.
Eso, sin embargo, no es claro cuándo podrá suceder, debido a que los 43 laboratorios restantes, distintos a los 14 ya autorizados y entrando en operación, tienen que ser evaluados y aprobados técnicamente por el INS. Y aunque algunos ya están en el proceso, otros, como por ejemplo el de la universidad Eafit, tienen por delante retos de mediano plazo como adecuar infraestructura.
”El Presidente ganó tiempo”
“Lo que ha dicho la directora del Instituto es que espera que todos puedan estar operando a mediados de abril”, nos dijo la vocera con la que hablamos.
La fuente agregó que el INS ha dicho que, sin importar si hay diagnóstico, cualquier persona que tenga síntomas o sospecha de tener Covid-19 debe aislarse.
En sentido parecido, un exministro de Salud que prefirió hablar sin ser citado agregó por su lado que “hacer pruebas por hacer pruebas” no conduce a mucho si no se da la respectiva vigilancia epidemiológica estricta, como hizo Corea con seguimiento a los contagiados con tecnología, como cámaras y seguimiento de sus tarjetas de crédito.
Otros expertos como Prieto consideran que, aunque en una epidemia de este tipo jamás se sabrán los contagios exactos, maximizar el diagnóstico aumenta la detección temprana y el seguimiento y disminuye la tasa de hospitalización y la mortalidad.
Lo que lleva al tercer criterio para levantar una cuarentena, y que tampoco se ha logrado, y es que el sistema de salud esté en la capacidad de atender los casos que le llegarán sin desbordarse como sucedió en Italia, en Guayaquil y comienza a suceder en Nueva York.
El sistema de salud aún no está listo para atender un pico de contagios
La Silla Vacía le hizo un seguimiento a los anuncios del presidente Duque en materia de salud y quedó claro que aunque existe la voluntad política y el gobierno ha dado los primeros pasos, antes del primero de mayo no van a estar listos los asuntos estructurales que se requieren para evitar el colapso del sistema de salud como la compra de ventiladores, la compra de Unidades de Cuidados Intensivos para duplicar la capacidad actual y el giro del dinero para dotar a los hospitales.
La única compra grande que ha anunciado el Gobierno es de 2.100 ventiladores. De esos, 1.510 los anunció hace más de una semana y La Silla supo que aunque la orden de compra se hizo con chinos y gringos, la entrega está supeditada a disponibilidad y las fechas de entrega son inciertas dada la competencia mundial que hay por estos equipos.
A nivel regional, la situación es igual de alarmante. Como mostró este artículo de La Silla Vacía ayer, solo el 42 por ciento de las camas UCI proyectadas en las 12 de las 15 regiones que revisamos (en tres no hay proyecciones) están aseguradas.
Tal y como está el panorama en estos momentos, por ejemplo, en Norte de Santander y Valle, o incluso en Bogotá, hay una distancia por encima del 300 por ciento entre lo que esperan comprar y lo que saben con certeza que llegará.
Pese a que el Ministerio de Hacienda anunció que el país tendría $14,8 billones para atender la pandemia, esa plata aún no ha empezado a llegar a las regiones. Ni siquiera es claro cómo será distribuida.
Por eso, en estos momentos son claves los recursos que están destinando departamentos y municipios de sus propios presupuestos para prepararse, pero hay varios gobernadores y alcaldes que no quieren desfinanciar sus proyectos bandera y están sentados esperando el cheque para comenzar a adecuar hospitales.
En conclusión, aunque el golpe de esta decisión para millones de familias que viven del diario, en la informalidad o acaban de perder o perderán el empleo es muy duro, la alternativa de haber levantado la cuarentena ya habría costado muchas vidas. La pregunta es si los 20 días de cuarentena que quedan por ahora, cuarentena serán suficientes para hacer todo lo que falta, y por otro lado, si el Gobierno podrá asumir las medidas que se requieren para evitar el colapso económico y los efectos sociales, mentales e incluso de orden público.
Nota: después de publicada esta historia, se comunicó con La Silla Vacía la consultora Boston Consulting Group pidiendo hacer una aclaración sobre el trino que publicó (y borró) la Alcaldesa de Bogotá. Incluimos su respuesta en el párrafo en el que los mencionamos.
