Según la región, hay tres candidatos distintos con mayor intención de voto para la presidencia en 2022.

Para Bogotá, el Caribe y el Pacífico, es Gustavo Petro. En Antioquia y el Eje Cafetero, es Federico Gutiérrez. Y en los Santanderes, Boyacá y Tolima ganaría Rodolfo Hernández. Estos son los resultados discriminados por región que arrojan las dos encuestas mejor calificadas en el Semáforo de las Encuestadoras de La Silla Vacía, la de Invamer y el Centro Nacional de Consultoría.

Las diferencias en las preferencias de los votantes resaltan las particularidades culturales e históricas de cada región, y muestran que la diversidad es también electoral.

Rodolfo cautiva las ciudades intermedias del centro oriente

La región Centro Oriente que, además de Santander, recoge la intención de voto de Norte de Santander, Boyacá, Arauca, Huila, Meta y Tolima no abarcan grandes capitales sino ciudades intermedias y una amplia población rural.

Eso puede ser determinante, como señala Camilo Cruz, politólogo e investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga. “En las grandes ciudades hay una valoración diferente a la de un votante local. A un votante de Medellín no le suena lo que hizo Rodolfo en Bucaramanga, mientras que otros en Cúcuta o Tunja, se sentirán más identificados”, dice.

En Santander Rodolfo Hernández ya se consolidó como gran elector tras elegir dos de siete representantes en las pasadas legislativas, y desde hace meses está cobrando fuerza un mito regionalista en torno a su candidatura de “santandereano vota santandereano”.

Más allá, las capitales de cuatro de esos departamentos tienen en común una amplia clase media y altos índices de informalidad. Eso puede conectar con parte del discurso de Rodolfo, tal y como lo explica el docente y politólogo Juan Amado. “Él es un urbanizador y vende la imagen de una persona fuerte, de pueblo, hecha a pulso, campesino, trabajador, eso le trae réditos. Es una persona bastante ordinaria y ha hecho una identificación popular”.

Justamente eso motivó a Walter Sandoval para ir a encontrarse con Hernández en su reciente visita a Cúcuta. Él es un excontratista que ya no quiere depender de los políticos para tener trabajo. Está viviendo con ahorros mientras se capacita para meterse a un negocio de enseñanza de conducción.

“Yo estoy en un grupo de Facebook del ingeniero y apenas supe que venía, me programé”, dice Sandoval. “Alcancé a tomarme una foto con él”. Él vive en San Eduardo, un barrio estrato tres de la capital nortesantandereana. Dice que está cansado de la corrupción y que quiere que Hernández le quite “la chequera a los politiqueros”, una de las frases repetitivas del exalcalde.

“Yo sí creo en Rodolfo porque es un señor que trabajó más de 50 años. El resto no han trabajado, solo han tenido puestos políticos”, dice.

En todo caso, ese triunfo de Hernández en centro oriente es cada vez más estrecho. En la encuesta de Invamer le lleva apenas 4 puntos de diferencia a Petro y en la del CNC están empatados.

Petro le quitó Bogotá al centro

No solo las encuestas muestran que Petro barre en Bogotá, en las elecciones legislativas el Pacto Histórico ganó siete curules de las 19 que hay para la Cámara y fue líder en la votación de 16 de las 20 localidades en el Senado.

Según Camilo Granada este liderazgo se explica porque Bogotá es una ciudad donde la centro izquierda ha consolidado un espacio hace años. Han gobernado figuras como Lucho Garzón, Samuel Moreno, el mismo Petro y Claudia López, de centro.

En la primera vuelta de las presidenciales de 2018 Sergio Fajardo ganó en Bogotá, y le siguió Petro. Pero en este ciclo, en el que repiten ambos, el candidato del Pacto Histórico domina antes de primera vuelta. Omar Orostegui, del tanque de pensamiento Futuros Urbanos, dice que algo que pudo influir en eso fue el estatuto de la oposición. “Petro, a diferencia de Fajardo, tuvo todos los reflectores por estar en el Senado y ser el opositor más visible de un gobierno impopular como el de Duque”. Fajardo no tuvo ese espacio.

Petro hasta hace poco también era el mayor contradictor de la alcaldesa de Bogotá Claudia López, que pasó de tener una popularidad del 80 por ciento a una impopularidad del 66, según Invamer.

El petrismo además supo capitalizar la indignación en las calles. Después de Cali, Bogotá fue una de las ciudades donde más se sintió el Paro. En una investigación que hizo La Silla sobre cómo votaron las localidades donde la protesta fue más fuerte, se encontró que ganó el Pacto Histórico y la segunda fuerza electoral fue la Alianza Verde, del centro.

“De nada nos servían esas movilizaciones, estar al sol y al agua, día y noche, si en un momento tan clave no íbamos a dar nuestros votos”, dice Johanna Castro, una profesora de colegio del Distrito que protestó por varios meses en el Portal Américas y que votó por Petro. “Necesitamos alguien que gobierne distinto a lo que tenemos ahora”, asegura.

Calar en los jóvenes es clave especialmente en Bogotá, dice Astrid Camelo, analista política y fundadora de Quien quiere ser diplomático. Es una ciudad universitaria en la que además la mayoría de la población está ubicada entre los 20 y los 34 años. “De esos más de 600 mil son jóvenes que ni estudian ni trabajan. Los discursos de Petro han estado dirigidos a esa población con falta de oportunidades”, explica.

Petro ha logrado poner agenda en los medios con temas de especial interés para los jóvenes como acabar con la explotación petrolera, la protección de las fuentes hídricas y en general del medio ambiente.

Los afros e indígenas inclinan el Pacifico hacia Petro

Gustavo Petro sacó más de 1 millón de votos en las consultas y superó a Federico Gutiérrez, el segundo con mayor fuerza en la región, por más de 800 mil. Su triunfo no es nuevo. En la segunda vuelta presidencial de 2018, su victoria en Cauca, Chocó, Nariño y el Valle del Cauca, dejó en evidencia el respaldo de la región a su proyecto político. Ahora tiene una fuerza adicional, pues supo capitalizar ese descontento social en la región.

Para Carlos Suárez, asesor político y fundador de la firma Estrategia y Poder, también pesan las enormes desigualdades sociales que existen entre las clases altas, más conservadoras, y los estratos bajos en el Pacífico. “Es innegable que ahí hay un roce de clases que se está viendo reflejado hoy en las encuestas que está favoreciendo lo que representa Petro”, dice.

Aún con las coincidencias regionales por el candidato del Pacto Histórico, el Pacífico no tiene un perfil uniforme de votantes. Para Enrique Rodríguez Caporalli, sociólogo de la Universidad Icesi, la región es heterogénea: “Creo que se ha tratado de producir como si fuera un grupo social, y creo que es lo contrario”.

Eso se nota en el mismo contexto de la región en la que conviven grupos diversos con presencia fuerte en algunas zonas. Como afros, en Chocó, campesinos e indígenas en Nariño -considerado el bastión de izquierda porque lleva 20 años votando así en presidenciales-, las tres comunidades en Cauca -un departamento con estrechas relaciones con el movimiento social e indígena-, y los desplazados, víctimas del conflicto y migrantes de los demás departamentos que llegan a Cali y Valle del Cauca.

Petro ha sabido recoger las banderas diversas de esas comunidades y grupos étnicos considerados minorías y que se ven representados en su fórmula vicepresidencial Francia Márquez, quien se reconoce como mujer, negra, feminista, empobrecida y violentada.

Según Juan Pablo Milanese, jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi, “según un trabajo de grado que estudió el rendimiento electoral de Petro, veíamos que una de las variables que intensificaban el voto por él eran las minorías étnicas”.

Más allá de la diversidad de votantes, hay algunas características que salen a la luz. Según Carlos Suárez, el perfil del votante de Petro se sitúa entre los 18 a 35 años, pertenece a un estrato socioeconómico medio-bajo, tiene formación académica y no distingue entre géneros. “Gustavo Petro representa el cambio para el departamento, conoce nuestras problemáticas, ha vivido de cerca las necesidades que tenemos como pueblo negro”, opina Mayra Caicedo, líder juvenil y gestora cultural del Chocó, quien basa su apoyo en el hecho de que Petro, desde años anteriores, le ha dado a entender a la comunidad su interés por sus necesidades. “Petro está moviendo hoy el Chocó”, remata.

“Fico” es el paisa más paisa

Federico Gutiérrez no solo dobla en intención de voto a Gustavo Petro en Antioquia y en el Eje Cafetero, también supera por un márgen aún más amplio a los otros dos candidatos antioqueños, Sergio Fajardo y Luis Pérez.

“Fico” ha ganado popularidad en Antioquia gracias a su discurso en temas de seguridad, que antes le ha funcionado a Álvaro Uribe, y que él aplicó durante su alcaldía en Medellín. Ese discurso es determinante en el departamento porque se trata de una región tradicionalmente conservadora y con una amplia población que defiende la propiedad privada. Se trata de quién mejor ha asumido el rol del “padre de familia que se encarga de los problemas y los resuelve”, como cuando fue alcalde, señala el docente y politólogo David Roldan Alzate.

Precisamente la estrategia de seguridad en Medellín de Gutiérrez es una de las razones por las que Valentina Salazar, una estudiante universitaria y víctima del conflicto, decidió apoyarlo. Considera que Colombia necesita a una persona con carácter fuerte y que “sepa atacar a los delincuentes”, como Álvaro Uribe, a quien atribuye la tranquilidad que recobró su familia.

“A mi papá le tocaba pagar vacunas a un grupo armado, no pudimos volver a la finca de mi abuelo en Andes por la delincuencia, el M-19 secuestró a un primito mío de 5 años, se pagó el rescate y aún así lo mataron, lo violaron y lo torturaron”, cuenta Salazar, añadiendo que sólo ‘Fico’ cumple con las cualidades de Uribe.

Y si bien el discurso de seguridad de ‘Fico’ ha calado en Antioquia, él también se ha valido de otras estrategias para sumar votos en esa región. En campaña ha establecido una cercanía con la gente que lo ha convertido en un “parcero” más. “Se recurre a un simbolismo, a abrazar a las personas, a bailar (…) Se comporta como un parcero, un amigo muy cercano”, señaló el académico y analista político, Francisco Cortés Rodas.

En el Eje Cafetero, si bien no está desagregado en las encuestas, la ventaja de “Fico” sería menor. En las consultas, la coalición de derecha le ganó a la de izquierda por poco más de mil votos, sumando los tres departamentos. Andrés Sampayo, candidato a doctor en Estudios Políticos de la Universidad del Rosario, piensa que esos resultados se deben a que es una región que gradualmente se ha volcado hacia candidatos alternativos, a pesar de que históricamente ha tenido una tendencia más hacia la derecha.

“Son zonas que hace rato están demandando políticas públicas diferentes a los tres debates que se han llevado en las elecciones, que son el clientelismo, el bipartidismo y la violencia generalizada. Petro es el que se está dando cuenta de ese detalle y por eso está hablando del medio ambiente, de la mujer y LGBTI”, señala Sampayo.

Incluso, si Petro gana allá no sería la primera vez que un candidato que cuestiona al establecimiento obtenga una votación significativa en esos tres departamentos. En 2018, Sergio Fajardo obtuvo la mayor votación en las tres capitales en primera vuelta, aunque en segunda vuelta Duque le ganó a Petro.

El Caribe, cansado del establecimiento, es petrista

La fuerza de Petro en el Caribe no es nueva: en la primera vuelta presidencial del 2018 triunfó en Atlántico, La Guajira, Sucre y Córdoba. El analista y director de la ONG Protransparencia Horacio Brieva señala que “en la región Caribe, a pesar del poderío que tienen las maquinarias políticas, las fuerzas alternativas tienen historia”. En las presidenciales de 1990, tras la desmovilización del M-19, Antonio Navarro fue la votación más alta en Barranquilla, por encima de César Gaviria. En 2018, Petro ganó en primera y en segunda vuelta en “la Arenosa”.

“Yo siempre voy a votar por una política de avanzada, que esté de acuerdo al tiempo. Y el programa más progresista que hay sobre el papel es el de Petro”, dice Luis Sánchez, de 69 años, que tiene una empresa de artes gráficas. Sánchez es uno de esos votantes barranquilleros que siempre han votado por candidatos alternativos: Antonio Navarro, Carlos Gaviria, Antanas Mockus y Gustavo Petro.

Por otro lado, el atraso de la región Caribe ha causado un malestar con la clase política gobernante, que hoy están apoyando a “Fico” Gutiérrez. “Hay mucha pobreza, seguimos siendo una región atrasada. Por eso, hay un gran descontento frente a esta dirigencia y la gente está entregándole un gran respaldo a opciones nuevas”, dice el analista Brieva.

Según el Dane, tres de las cuatro ciudades con mayor pobreza monetaria del país son del Caribe (Riohacha, Santa Marta y Valledupar) y solo Barranquilla está por debajo del promedio nacional.

Petro también se ha fortalecido en departamentos del Caribe que fueron bastiones uribistas, como Córdoba. En ese departamento Petro fue el candidato más votado en la consulta presidencial de marzo.

“Uno ha visto que Petro ha querido sacar al país de esta guerra, de esta pobreza, porque los pobres cada día estamos peor, cada día más pobres, sin oportunidades de trabajo”, dice la ama de casa Hayfet Doria, que vive entre Montería y San Pelayo. Ella era uribista y ahora va con Petro.

“Desde que me hice mayor de edad me incliné por el lado uribismo porque uno escuchaba que Uribe había acabado con la guerrilla. Ahora, con las redes sociales, uno anda más informado”, dice Doria y agrega que “con Petro hay una esperanza del cambio, no va a ser el mismo gobierno de tantos años”.

Otro factor que puede influir es que, aunque Petro no se crió en el Caribe, nació en Ciénaga de Oro (Córdoba). En su campaña están moviendo ese mensaje. Su mano derecha, Armando Benedetti, ha dicho que Petro será “el primer presidente cordobés de la historia” y en redes sociales ha circulado publicidad de Petro “presidente Caribe”.