Felipe López, dueño de Semana y Jaime Gilinski, su nuevo accionista.

Con la compra Publicaciones Semana espera obtener plata para apostarle más a lo digital. Pero la estrategia para garantizar su autonomía todavía no es claro.

La venta de la mitad de las acciones de la revista Semana a los dueños del banco GNB Sudameris, Jaime y Gabriel Gilinski (padre e hijo) tomó por sorpresa a los trabajadores de Publicaciones Semana, y hasta a varios miembros de la junta directiva.

El negocio todavía no se ha firmado, y faltan temas claves por resolver, pero después de que la información se filtrara en medios, la empresa confirmó que hay un acuerdo preliminar.

La transacción se venía cocinando desde hace meses de manera sigilosa, mediante conversaciones informales entre Felipe López, que tiene 87 por ciento de las acciones en Publicaciones Semana, y Jaime Gilinski, según nos dijo una alta fuente de la empresa. 

En su comunicado, Publicaciones Semana dijo que la dirección editorial seguirá en manos de López y del director de la Revista Semana, Alejandro Santos, lo que deja un mensaje de continuidad e independencia frente a los Gilinski.

Pero no dice cómo se garantizará que ese manejo se mantenga en el futuro, algo clave porque varios temas que cubren los medios de Semana tienen que ver directamente con los negocios de la familia, como contamos ayer.

Y por eso, deja la pregunta del interés que tiene uno de los hombres más ricos de Colombia en el segundo medio escrito más influyente del país, cuando la empresa que lo maneja no ha tenido cifras tan positivas.

Quizás detrás esté la lógica que muestra la frase que Julio Mario Santodomingo le dijo a Isaac Lee cuando se opuso a una decisión editorial mientras trabajaba para el magnate, como cuenta Gerardo Reyes en su biografía de Santodomingo: “los medios de comunicación son como un revólver, que cuando uno lo necesita, lo saca y dispara.”.

Tampoco está claro cuánto pagarán los Gilinski por la mitad de la empresa, si hay algún seguro para que no compren acciones de los minoritarios para tener el control empresarial, ni cómo quedarán la junta directiva y el manejo administrativo.

En todo caso, el capital que le puedan aportar los Gilinski puede ser la gasolina que le hacía falta para consolidar su nuevo modelo de negocio, que puso en marcha este año, aunque tiene el riesgo de que su credibilidad y su marca, valiosa después de años de periodismo independiente, terminen afectados.

 

El modelo estilo El Tiempo

A principios del año pasado la revista creó un comité de transformación con directores de sus medios y gerentes de negocios como Publicaciones, Especiales y Foros, para encontrar ver cómo mejorar los procesos y hacerse más eficiente.

Después de algunos ajustes puntuales, en el segundo semestre el proceso dio un salto con la entrada de la consultora Deloitte, la misma que lideró los cambios internos de El Tiempo, para que propusiera una reestructuración más grande.

Todo eso fue nuevo en una empresa que ha sido relativamente cerrada en la forma de tomar decisiones estratégicas, pero dentro de la revista se entendió como vinculada a los rumores de venta que llevan varios años.

 

El modelo que encontró Deloitte era el de unos medios agrupados en Publicaciones Semana (Semana, Dinero, Semana Sostenible, Semana Educación, Soho, Fucsia, Jet Set y Arcadia, con sus páginas web) muy poco rentables, y otros negocios como Foros Semana, Semana Rural,  periódicos locales financiados, revistas que le hacen a terceros como a Avianca, que son rentables.

Cada uno de estos medios y unidades de negocio tenía un director o gerente con autonomía, redacciones separadas; y la parte comercial se manejaba con una gerencia de mercadeo y otra de circulación y suscripciones.

Todo eso cambió entre noviembre y diciembre, cuando López, Santos y la gerente Sandra Suárez lideraron la implementación de la reestructuración de Deloitte.

Ahora la empresa se divide en tres grandes gerencias: el estudio editorial que hace todos los contenidos para empresas; la de gestión de audiencias que une circulación y mercadeo; y la editorial que agrupa a todos los medios en cabeza de Santos, que antes solo dirigía Semana.

El equipo editorial funcionará ahora por temas y no por medios; por ejemplo, ya no habrá periodistas para escribir de economía en Semana, otros en Finanzas Personales y otros en Dinero, sino un solo grupo que hará contenidos para todos los medios.

Los foros y los otros negocios también ofrecerán contenidos para todos los medios, y las cabezas de cada uno de ellos definirá qué les interesa o propondrá temas.

Es decir, el modelo de redacción única similar al que  implementó El Tiempo en 2007. Se diferencia en que los contenidos se escriben originalmente pensando en el medio en el que va a ser publicado, con la idea de que cada publicación mantenga su estilo.

El cambio también busca apostarle más fuerte a internet, algo que ya se veía venir hace varios años dentro de Semana y que se hizo patente hacia afuera con las decisiones de pedir que los usuarios se registraran para leer su página web y luego cerrar los contenidos de la revista impresa solo a sus suscriptores.

De hecho, según un miembro del equipo editorial, hay directrices de evaluar a los periodistas por productividad medidas en notas publicadas y por el tráfico que ellas sumen.

El ajuste implicó contratar más personas para fortalecer la parte multimedia pero también despedir gente durante todo el año, pero sobre todo a finales.

La Silla no pudo aclarar a cuánta gente sacaron, pues cinco fuentes diversas dan cifras de entre las más o menos 25 personas que nos contó una fuente de la parte administrativa a unas 150 según un miembro del equipo editorial.

El modelo empezará a funcionar en firme a partir de la próxima semana. Y junto con el muro de pago y la llegada de los Gilinski son las estrategias para sortear la crisis de los medios impresos.

Pero la plata de los Gilinski también trae su riesgo.

 

Cada millonario con su medio

Jaime Gilinski era el único millonario colombiano de la lista Forbes que no tenía participación en un medio de comunicación.

Alejandro Santodomingo y su familia son los principales dueños de Caracol Televisión y El Espectador a través de Valorem; Carlos Ardila Lülle y su familia lo es de RCN y La República; y Luis Carlos Sarmiento Angulo de la Casa Editorial El Tiempo, que tiene entre sus medios a El Tiempo, Portafolio y City TV.

Con la nueva compra, cada uno de los cuatro superricos de Colombia queda con por lo menos un medio impreso en su portafolio.

Gilinski es un empresario de relativo bajo perfil, a pesar de grandes negocios como el banco GNB Sudameris, con filiales en Paraguay, Perú y Colombia, la red de cajeros más grande del país, un enorme negocio inmobiliario en Panamá, sus tres hoteles de lujo (Charleston y el Casa Medina en Bogotá y el Santa Teresa en Cartagena) y las conocidas compañías de consumo masivo, Yupi, de comestibles, y Rimax, de plásticos.

Según uno de los directivos de Semana, la plata de Gilinski irá a robustecer la parte digital en la que dice que ellos tienen mucha experiencia, y explicó que su músculo financiero y el que tuviera tantos negocios en el exterior, lejos de lo que cubre Semana, inclinaron a Felipe López a firmar el negocio.

Esta inyección de plata también puede ser útil para mejorar los resultados de una empresa que el año pasado estuvo cerca de dar pérdidas, según nos confirmó una fuente de Publicaciones Semana.

Sin embargo, todavía no es claro cómo entrará la plata a la empresa, pues los Gilinski le comprarían acciones directamente a López, quien por lo tanto sería quien recibiría el pago.

Los Gilinski tampoco son conocidos por su experiencia en el sector tecnológico, ni la mayoría de sus negocios están en el exterior: según el informe del grupo GNB Sudameris de tercer trimestre de 2018, el 75 por ciento de los activos de la empresa más grande del grupo vinieron de Colombia.

Además de sus intereses en negocios en el país, una fuente cercana a Jaime Gilinski nos dijo que desde hace varios años tenía el interés de participar más en la vida pública nacional. “Para que los grandes negocios funcionen bien se requiere que el ambiente político sea favorable, y eso lo sabe Gilinski”, nos dijo.

No es la primera vez que Semana tiene a una empresa entre sus accionistas, pues en la primera década de este milenio y hasta el 2008 el Grupo Sanford tuvo el 25 por ciento de las acciones.

La diferencia es que ahora los Gilinski tendrán la mitad de las acciones y, si no se define un mecanismo para que ni López ni ellos queden con el control -lo que según una alta fuente de Semana se está negociando- , tendría cómo comprar el 2 por ciento que no es de la familia López.

Según la fuente de Semana la idea es que en dos meses el tema esté resuelto y la noticia se concrete.

Entre tanto, en la redacción hay desconcierto, pues se enteraron cuando la noticia salió en Blu Radio ayer, y el grupo Gilinski ha guardado silencio, como suele hacer en sus grandes negocios.

Fui periodista de temas económicos de La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana. Fui corresponsal de El Tiempo en Bucaramanga y cubro temas económicos desde 2010, primero en Vanguardia Liberal (Santander), y después en el diario Portafolio, donde también fui coordinadora...

Fui usuario y luego periodista de La Silla Vacía. Tras más de una década haciendo de todo en esta escuela de periodismo, de la que fui director editorial, me fui a ser lector y SuperAmigo. Ahora me desempeño como redactor jefe de El País América Colombia.