Los corteros de caña se volvieron un jugoso fortín electoral. Desde la protesta de septiembre de 2008 en la que pararon durante 84 días sus labores, este grupo de 30 mil trabajadores – regados en diez municipios del Valle – se ha venido organizando para conquistar un espacio político. Pondrán muchos votos, y todos los congresistas que los ayudaron en su protesta se los están peleando. El Polo está dividido, pues tiene dos candidatos a la Cámara que dicen representar los intereses de los corteros: Juan Pablo Ochoa y Wilson Arias. Pero son los seguidores de Ochoa los que se achacan que su candidato es el verdadero representante de los corteros. Según ellos, Ochoa fue elegido en asambleas municipales. Para hacerle propaganda afirman que los corteros pagaron 50 buses para asistir al lanzamiento de la campaña de Alexander López, el senador que apoya a Ochoa. Sin embargo, miembros del Polo le dijeron a La Silla Vacía que es un cuento que los corteros tengan dueño. Franklin Legro y el senador Jorge Enrique Robledo también pescan apoyos en este gremio. Incluso la senadora liberal Griselda Janeth Restrepo, tiene simpatizantes.