El presidente Iván Duque y Darío Acevedo, ex director del CNMH, en la presentación de un informe de memoria histórica sobre la Fuerza Pública.

Ayer fue la audiencia de la JEP en la que se citó a Darío Acevedo, el hasta hace una semana director del Centro Nacional de Memoria Histórica, para responder por la omisión de un documento clave en el guion del Museo de la Memoria. Aunque la JEP aún no ha tomado una decisión definitiva en este caso, las pruebas, las intervenciones de las víctimas, de la Procuraduría y los abogados peticionarios auguran el último fracaso de la administración de Iván Duque en oficializar la narrativa uribista sobre la violencia en Colombia.

Las disputa por el guion del Museo de la Memoria

Darío Acevedo es un historiador que llegó a liderar el Centro de Memoria Histórica (CNMH) en febrero de 2019, nombrado por Duque.

Su nombramiento fue desde el principio polémico por declaraciones como la que le dio a El Colombiano días antes de asumir el cargo: “Aunque la ley de víctimas dice que lo vivido fue un conflicto armado eso no puede convertirse en una verdad oficial”.

Acevedo cree —como lo ha defendido Álvaro Uribe y su partido— que en Colombia no ha existido un conflicto armado sino una amenaza terrorista al Estado y a la población civil por parte de unas narcoguerrillas.

Pero el incidente que tiene Darío Acevedo ante la JEP tiene origen a finales de 2019. Se trató de una polémica porque Acevedo supuestamente censuró la exposición “Voces para Transformar a Colombia”, que presentaba el conflicto armado a través de tres ejes centrales: el cuerpo, la tierra y el agua. Metáforas que sirven para hilar el relato del conflicto y que Acevedo consideraba “literarias”.

El CNMH ya había presentado oficialmente la exposición en la Feria del Libro de Bogotá, en 2018, a finales del gobierno de Santos. Era el resultado de un trabajo de 6 años con las víctimas del conflicto, y era “la prefiguración de lo que sería el guion museológico del Museo de la Memoria”, en palabras de Gonzalo Sánchez, director del CNMH en esa época.

Según explicó Sánchez ayer ante la JEP, la exposición era un guion experimental que buscaba ser la versión previa para cuando estuviera construido el Museo, contemplado en la Ley de Víctimas. Para esto se iban a hacer una serie de exposiciones itinerantes en varias ciudades del país. Bajo la dirección de Sánchez se alcanzaron a hacer una en Bogotá (su lanzamiento) y otra en Medellín, en tamaño reducido.

Pero en septiembre de 2019, dos semanas antes de la presentación de la exposición en Cali, es cuando Acevedo dice que se enteró del contenido de “Voces” y no estuvo de acuerdo con sus tres ejes, que fueron eliminados de la guía de la exposición.

Acevedo aseguró en la audiencia de ayer en la JEP que esta eliminación no afectó nada de lo que se expuso, ni tampoco las imágenes dispuestas. Excepto un afiche de la Unión Patriótica, que fue alterado “a sus espaldas” y del que fue removida una silueta en en la que aparecía el excomandante de las Farc, “Manuel Marulanda”.

El exdirector dice que nunca supo quién había hecho esa alteración. “Yo pregunté, pero no me dijeron nada”, le dijo a la magistratura.

Esta decisión de excluir ‘Voces’ desató la tormenta porque muchos lo vieron como una censura de su parte. Pues, en ese entonces, se filtraron testimonios de funcionarios del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), que denunciaron que Acevedo había decidido que la exposición ya no fuera parte del guion museológico. Esta intención quedó confirmada en la audiencia:

“Esa muestra no tiene ninguna presentación, porque no es una muestra museística y una versión ilustrada del conflicto armado. El problema es estructural, no de forma, ni de porcentajes de textos e imágenes”, dice un correo de Acevedo dirigido a Rafael Tamayo, director técnico del CNMH, que se presentó como evidencia durante la audiencia. “Debe quedar claro entre nosotros que este guion queda desechado en su totalidad para el guion definitivo del Museo de la Memoria”.

Darío Acevedo reconoció la autoría de este correo, pero dijo que fue en el contexto de una serie de discusiones frente a la colección de “Voces”. Pero en la audiencia también reconoció que para él esta no debía ser la base del museo: “Nunca entendí que ese fuera el guion del museo”.

El argumento de Acevedo es que “Voces” no estaba aprobado por la junta directiva del CNMH, lo cual es cierto. Pero, como señalaron los magistrados, que el guion no estuviera aprobado no significaba que no fuera la versión previa de lo que se pensaba llevar al Museo de la Memoria, algo que tanto exfuncionarios y víctimas involucradas en el proceso manifestaron en testimonios recogidos por la JEP.

Ante el escándalo, desde mayo de 2020, la JEP le ordenó al CNMH proteger la colección de “Voces” y declaró medidas cautelares para prevenir cualquier alteración. “(La JEP) ordenó la protección de la colección ‘Voces para transformar a Colombia’ en tanto constituye, además de una garantía del derecho a la memoria, la base y el cuerpo del guion museológico”, se lee en el auto que declaró medidas cautelares para proteger esta exposición.

El fundamento para su intervención es que este era un documento construido con las víctimas y que su alteración implicaría el daño al derecho a su reparación, cuya garantía forma parte del mandato de la JEP. “El documento como estaba establecido era un compromiso público y si se iba a modificar algo debía consultarse con las víctimas”, afirmó en la audiencia Gonzalo Sánchez, que hizo los acuerdos con las víctimas de los que se derivó el guion.

Por eso, cuando Acevedo hizo aprobar la caracterización del nuevo guion museológico que no incluye “Voces”, la JEP le abrió un incidente de desacato a él y al consejo directivo del Museo, en el que participan cuatro ministros, incluyendo el de Defensa.

Aunque Acevedo afirma que este no era el guion definitivo, el documento ha generado polémica. Por un lado, porque presenta a la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe como una política exitosa sin matices, a pesar de que la Comisión de la Verdad ha dicho que fue un “factor de persistencia de la violencia”. Y por otro, porque concluye que el conflicto fue el resultado de mafias que atacaron el Estado y guerrillas que se resistieron a negociar, que es la versión del uribismo.

“La actitud del CNMH frente a la memoria de mi padre ha sido de desprecio y desinterés. Lo más grave es que parece que se ha hecho a partir de proteger a los poderosos”, expresó sobre los cambios del guion Helena Urán, hija de Carlos Horacio Urán, magistrado auxiliar del Consejo de Estado, que salió vivo del Palacio de Justicia durante la toma, fue asesinado probablemente en las instalaciones militares y luego trasladado muerto de nuevo a las ruinas del Palacio de Justicia.

“Parece que su mayor preocupación (de Darío Acevedo) no es con nosotras las víctimas, sino de responderle a la alta comandancia militar y de la Policía con una narrativa de triunfo político”, agregó Urán.

El último fracaso de Duque por instaurar su visión del conflicto

En la audiencia en la que se tomó el testimonio de Darío Acevedo en el marco de las medidas cautelares que protegen a “Voces”, además del exdirector Gonzálo Sánchez, hablaron víctimas del conflicto y representantes de universidades. Duró un poco más de 10 horas y se centró en las preguntas a Acevedo, que se defendió en medio de contradicciones.

“Usted dice que los ejes de “Voces” no estaban en la Ley 1448 y que por eso la puede cambiar, luego dice que esos ejes deben ser por (la ley de) víctimas —lo increpó el magistrado Alejandro Ramelli— Pero usted dice que la ley no trae ejes. ¿Entonces trae o no trae ejes?”

Aunque todavía falta que la JEP tome una decisión, el escenario descrito por las víctimas, los magistrados y algunas apreciaciones de la Procuraduría es adverso a Acevedo, pues piden proteger “Voces”. Y augura el último fracaso de Duque en posicionar una narrativa del conflicto afín a la de su partido: una Fuerza Pública heroica y víctima de los ataques de unas guerrillas narcoterroristas.

Esta visión fue la que trató infructuosamente de avanzar a principios de ese 2019 cuando cumpliendo su promesa de recoger las críticas del No al Acuerdo de Paz, presentó al Congreso sus objeciones a la Jurisdicción Especial para la Paz. Aunque no incluían la petición de abrir una sala alterna para militares en la JEP, luego su gobierno apoyó este proyecto del Centro Democrático.

“Duque sale electo por el Centro Democrático, y se distanció de su ala más radical. Pero trató de complacer en ciertos aspectos al uribismo, específicamente en negar el conflicto armado. Ese es un error gravísimo —dice Jean Carlo Mejía, profesor de la Universidad Militar y quien ha trabajado por la memoria histórica de las víctimas de la Fuerza Pública— “El informe “¡Basta Ya! del CNMH generó una herida profunda en el sector Defensa, porque allí omitieron una verdad del militar y policía como víctima del conflicto armado. Entonces este Gobierno, que le da la mano al sector Defensa, trata de introducir en los guiones del museo esas voces”.

“Lo que intentó hacer Acevedo es poner en el centro de la narrativa histórica a unas Fuerzas Armadas victoriosas y víctimas. Modificar la narrativa del conflicto armado”, dice Maria Emma Wills, quien trabajó en el Grupo de Memoria Histórica durante el gobierno Santos y fue parte de la Comisión Histórica de Esclarecimiento del Conflicto que salió de La Habana.

“Él (Acevedo) nunca pensó que iba a tener que enfrentar tantas personas en este debate”, dice Wills. Víctimas, académicos y sectores políticos como se vio en la audiencia de ayer.

Ese debate lo terminó de perder Duque con el informe de la Comisión de la Verdad, otra de las instituciones creadas por el Acuerdo de Paz. El Presidente no estuvo en la instalación de la Comisión en 2019, ni aceptó la invitación a la entrega del informe final el pasado 28 de junio. Un documento que refuerza la idea de que lo que se vivió en Colombia fue una guerra en la que guerrillas, paramilitares, el Estado y terceros civiles tienen una responsabilidad.

Cuatro años después de asumir el gobierno con la idea de estabilizar el Acuerdo de Paz incorporando las objeciones del NO —y particularmente, propinándole una nueva derrota a las Farc en el terreno de la memoria histórica del país— la audiencia de ayer contra Acevedo le da la estocada a la narrativa de Duque sobre el conflicto. 

Periodista de la Universidad de Antioquia. En La Silla Vacía empecé contando las movidas políticas de Antioquia como practicante, ahora escribo sobre el conflicto armado, las políticas de seguridad, la justicia transicional y los esfuerzos de paz en el país.