Hoy se cumplen 10 años de la llegada de los aviones que cambiaron definitivamente el curso de la gurra contra las Farc
Hoy el Congreso empieza a tramitar la ley de amnistía para los guerrilleros de las Farc por sus delitos políticos y los conexos, que presentó anoche el Gobierno. Eso ocurre justo 10 años después de la llegada al país de unos aviones que fueron fundamentales para cambiar el equilibrio de fuerzas entre las Farc y el Estado, y llevar a esa guerrilla a negociar.
El 14 de diciembre de 2006 llegaron los A-29 Supertucano, unos aviones brasileños que tienen una autonomía de vuelo de más de 6 horas, pueden aterrizar en pistas pequeñas y que, por su altura de operación, era improbable que pudieran atacar las Farc, algo que sí pasaba con los helicópteros.
Por eso, como dijo Semana en 2012, “los militares dicen no exageran cuando afirman que ‘con los Tucano se empezó a ganar la guerra contra la guerrilla’ ”.
Esa percepción se debe a que hasta ese momento la política de seguridad democrática había tenido como eje fortalecer los soldados profesionales, usar helicópteros artillados y, en general, fortalecer el combate en tierra. Con esa estrategia se había logrado detener el avance de las Farc, pero éstas seguían haciendo movilizaciones de tropas, aunque menores, para cercar y atacar a militares o policías.
La idea de traer aviones había arrancado en 2001, pero había tenido varios tropiezos por su costo y por rumores de posible corrupción. Por eso se discutieron alternativas como más helicópteros o cañones de largo alcance, para que apoyaran las operaciones de los soldados profesionales en tierra, y hubo debates en el Congreso por la compra, como el que lideró el hoy vicepresidente Germán Vargas en 2004.
Al final el presidente Uribe se convenció gracias a voces como la del entonces comandante de la Fuerza Aérea, Edgar Lesmes o la del viceministro de defensa Jorge Mario Eastman, de que los aviones eran la mejor alternativa, el país emitió deuda externa para comprar 25 SuperTucano por 234 millones de dólares, y para reducir las posibilidades de corrupción el proceso de licitación estuvo acompañado de una comisión externa de empresarios, la veeduría de Transparencia Colombia y la responsabilidad directa de Eastman .
Al final los aviones llegaron, la correlación de fuerzas definitivamente quedó del lado del Estado, las Farc aceptaron negociar y hoy están arrancando su desarme. Por eso la coincidencia de fechas muestra hasta dónde ha cambiado el país en apenas una década.