Gustavo Petro hizo una movida ayer que sorprendió a amigos y enemigos al escribirle una carta a Santos. Con sus palabras y propuestas, volvió a incomodar y poner a pensar a más de uno.
 

Juan Manuel Santos deberá antender la carta de Gustavo Petro en la que el líder de la oposición invita al nuevo presidente a entablar un diálogo sobre tres puntos clave: agua, víctimas y tierras.

Gustavo Petro hizo una movida ayer que sorprendió a amigos y enemigos. Con sus palabras y propuestas, volvió a incomodar y poner a pensar a más de uno.

La carta que le envió la mañana del miércoles a Juan Manuel Santos en la que le propone abrir un diálogo sobre tres temas clave para el país le mide el aceite a la propuesta de unidad nacional del presidente electo; pone a prueba la celebrada unión y armonía del Polo; y le saca delantera a los verdes haciendo una oferta concreta de deliberación al mejor estilo de argumento va y argumento viene.

En su carta, Petro es explícito en señalar que él, como miembro del Polo, mantendrá la independencia frente al gobierno de Santos. Pero lo invita a iniciar un diálogo constructivo sobre tres temas fundamentales para el país: el agua, las tierras y las víctimas.

“Deben buscarse puntos de diálogo nacional sobre los problemas neurálgicos de la sociedad colombiana. Sin estos, no hay gobierno de unidad nacional”, dijo Gustavo Petro a La Silla. “Queremos discutir soluciones con el gobierno sobre temas inaplazables”.

En concreto, la carta plantea y repasa los temas que Petro tanto repitió en su candidatura presidencial y recoge específicamente dos que Santos había elogiado del programa del candidato del Polo durante la campaña. Por un lado, Petro propone discutir cómo devolverle a los campesinos la tierra que les arrebató la mafia. En segundo lugar, Petro quiere hablar del agua en sentido amplio y discutir propuestas para conservarla, navegarla, y regular el derecho a usarla. Finalmente, la carta invita a Santos a sentarse con Petro para hablar sobre cómo reparar a las víctimas de la violencia.

“No es cierto que gobierno y oposición no puedan dialogar sobre temas fundamentales y comunes de la sociedad colombiana”, dijo Petro al final de su carta.

Petro y el Polo

Esta carta, firmada por Petro, y sin consultarla con otros miembros del Polo Democrático, cogió a sus colegas de partido por sorpresa. Y fue una sorpresa que no cayó bien. El martes el Comité Ejecutivo del Polo se había reunido para definir su proyecto de oposición frente al gobierno de Santos y planearon una futura reunión con el Comité Ejecutivo Nacional ampliado – incluyendo parlamentarios y dirigentes nacionales- para estudiar la estrategia política a seguir.

En esa última reunión del Comité Ejecutivo a la que Petro no asistió, Daniel García Peña, su ex jefe programático, anunció que Petro enviaría la carta y varios se molestaron. “Uno puede ser de la oposición y mantener el diálogo,” dijo García Peña. Varios miembros del Polo, entre esos Jorge Enrique Robledo, se opusieron a la propuesta de Petro y la dirección del partido expidió un comunicado en el que dice que la carta de Petro es ’eminentemente personal’ y que no fue consultada con ellos.

“Hubiera preferido que Petro hubiera discutido la propuesta para generar una posición colectiva sobre el tema, pero respeto sus opiniones y sus actos”, dijo Clara López, presidenta del Polo, a La Silla Vacía. “Hay unanimidad en el Partido de que vamos a hacer oposición. Pedimos garantías para el ejercicio de la oposición”, agregó.

La reflexión de la Presidenta del Polo se basa en un argumento concreto: el proyecto de oposición del Polo actualmente es ‘ultra minoritario’ si se tiene en cuenta que solo tienen ocho senadores y cinco representantes a la Cámara en un congreso mayoritariamente uribista. En consecuencia, López, al mando del Polo, está viendo a ver cómo arma la oposición con el apoyo de los movimientos populares, las redes de derechos humanos y organizaciones sindicales. La carta de Petro parece entonces como una movida solitaria y aislada, en una coyuntura donde el Polo busca consolidarse y mantenerse unido frente al tercer gobierno uribista ya electo.

Pero no todos se oponen a la carta. “La carta de Petro pone a prueba la seriedad de la propuesta de unidad nacional de Santos”, dijo Marcelo Torres, miembro del Polo, a La Silla. “La carta se manda sobre la base que somos la oposición, pero no niega que hay temas de interés público que son muy candentes. El gobierno ahora tendrá que precisar cuál es su posición real sobre ciertos temas, como la ley de víctimas”.

“Esta carta puede iniciar un cambio de actitud del gobierno hacia el Polo”, dijo Petro, optimista, a La Silla.

¿Y Santos qué?

Ahora la gran pregunta es qué tipo de respuesta, si alguna, le dará Santos a Petro. En su discurso de celebración el pasado domingo, Santos invitó ‘a pasar la página de los odios’ y a construir un gran frente de unidad. Y durante la campaña, invitó varias veces a los opositores a unirse a su proyecto de unión.

Pero si bien a Santos le conviene trabajar con Petro en estos temas en los que el ex candidato lleva pensando años y sería incoherente de parte suya rechazarlo porque si es realmente unidad nacional es con todos, darle juego de entrada a su propuesta le puede generar costos políticos importantes. A los uribistas nos les gusta el Polo ni les gusta Petro y un acercamiento entre ambos puede ser a lo menos, impopular.

“A Santos le conviene aceptarlo pero tiene que esperar un poco porque o si no es una cachetada para Uribe”, dijo Claudia López, la analista política, a La Silla. “Seguramente dirá que hablen después del 7 de agosto”, dijo.

El Presidente siempre ha visto en Petro un enemigo. Si Uribe reaccionó como lo hizo frente a la adhesión de César Gaviria es fácil suponer que un sí de Santos a Petro sería interpretado por el Presidente como una forma de oxigenar a la guerrilla. Así Petro haya rechazado de manera evidente y consistente a las Farc.

Por eso la carta de Petro pone a Santos en un dilema. Es la primera puntada para ver si Santos es realmente tan abierto, magnánimo y democrático como pregona en sus discursos. O si en realidad, es Uribe III, como piensan los directivos del Polo y muchos de los que votaron – o no- por él.
 

Actualmente trabajo como activista global de Avaaz.org abriendo ventanas para cambiar el mundo que tenemos, por el mundo de tolerancia, respeto y libertad que la mayoría queremos tener desde cualquier rincón del mundo. Trabajé como periodista y reportera gráfica en La Silla Vacía....