La visión de los visionarios
A los candidatos Visionarios, que forman parte de las listas del Partido Verde, los distingue una visión sobre la política, el Congreso, esta campaña y el país. Al empresario John Sudarsky, candidato al Senado, a la sicóloga Angela María Robledo, candidata a la Cámara, y a Antanas Mockus, precandidato presidencial por este nuevo partido, muchos los tildan de ilusos. Pero nadie los puede acusar de no tener una visión. Éstas son sus ilusiones.
La visión de hacer campaña
El primero fue imaginarnos la posibilidad de hacer una campaña distinta, no agresiva. En la medida en que hay innovación es interesante y divertido. Hay un conjunto de rituales parecidos a un matrimonio: tener sedes, la foto, mostrar la gana. Una condición social para ser elegido es querer ser elegido y hay que mostrarlo. Las giras que hemos hecho entre los tres ex alcaldes han sido supremamente interesantes por el cambio de modelo comunicativo. En vez de competencia, se ve gente que escucha con una sensibilidad extema lo que dice el otro. Hay una productividad. El rey es el público. El tono mesurado, los elogios con fundamento.
Una campaña que sea un legado para el país, por la misma forma cómo lo estamos haciendo. Ejercicios de reconocimiento sobre las posturas y los logros de los otros. Con Alfonso Prada y Angélica Lozano y tenemos posturas y lecturas de país distintas, énfasis distintos en nuestro ejercicio con quienes fueron nuestros jefes en su momento, pero nos hemos encontrados en apuestas comunes: cuidado por la vida, sostenibilidad de las propuestas, en la apuesta del carácter sagrado de los recursos, en darle continuidad a los aprendizajes acumulados. Queremos hacer una campaña que sea una forma de mostrar que se puede hacer tarea política sin atacar, sin tanta mezquindad.
La campaña es una excusa para introducir elementos de cultura política que están ocultos por la cultura política vigente. Tengo muy claro el impacto que tiene en Colombia la falta de rendición de cuentas y el problema de la representación. El tema de la corrupción y el clientelismo lo tenemos identificado como núcleo central de los problemas del país. La campaña es una gran ocasión de hacer reflexionar sobre un sistema electoral que lo que hace es engañarnos. Se logró hacer el partido alrededor de confianzaelectoral.com, y ahí ya está el primer mapa de distritos unipersonales, donde están los distritos electorales, y donde queremos crear los círculos de confianza. La campaña entiende que el medio es el mensaje.
¿Qué visión tiene para la consulta?
Me parecía que si no hacíamos algo novedoso ibamos a estar en el paisaje como hace cuatro años. Evidentemente no se hace una innovación solo por innovar. Hubo un análisis muy escueto de si estabamos los tres convencidos de que en las actuales circunstancias un gobierno de cualquiera de los tres era mejor que un nuevo gobierno de Uribe. Simplificando, Uribe al comienzo era mejor que cualquiera de nosotros; hizo una reforma constitucional que le quitó puntos y lo acercó a cualquiera de nosotros. Si ahora logra un nuevo cambio de la Constitución para reelegirse, el puntaje que pierde lo pone debajo de nosotros. Es misión de cualquiera de los tres derrotar a Uribe. Creemos que el Partido Verde ha escogido el camino propositivo. Y no queremos que la gente vote por uno de los tres por miedo a otro de los tres. Pero que voten por la propuesta, por el carácter, por el sueño, por el proyecto.
Lo interesante de la consulta de los tres es que me ha obligado a escuchar con mucha atención los argumentos y propuestas de Lucho Garzón y Peñalosa. Si eso me pasa a mí, le pasa a cualquier ciudadano. Es interesante esa escucha. En ese clima cálido, escuchar cuáles eran las diferencias entre ellos. Es un ejercicio de cultura ciudadana.
La consulta es algo tremendamente positivo porque en primer lugar es abierta, son los ciudadanos quienes finalmente escogen el candidato a la Presidencia. Antanas tiene una capacidad de forzar los proceso democráticos, movilizarnos a tener mayor legitimidad. Por ejemplo, frente a Fajardo. Lo único que ha aceptado Fajardo es adhesiones. Cualquiera de los tres que gane tendrá el apoyo de todos los demás.
La visión del Congreso
Para gobernar con una coalición en el Congreso mayoritariamente uribista, habría que aclarar el compromiso con los procedimientos, el contenido primando sobre el tema del origen. Lo racional es considerar cada proyecto de ley con sus consecuencias. Invitar al Congreso a no verse como uribistas sino como Congreso. Si no funciona, será un tema de compartir con la sociedad y buscar formas democráticas, pacíficas, de expresión de la ciudadanía. Mi experiencia es que el obstruccionismo solo funciona cuando hay debilidad en el obstruido. En Bogotá, tres meses fue el período máximo de chantaje del Concejo. Y despues funcionó. Convivir con la extorsión aunque sea una versión propia de la política no es conveniente.
A uno siempre le preguntan qué proyectos va a llevar. Pero hay una cantidad de leyes que no conocemos. El caso de la Ley de Infancia, la ley de juventud, la ley de violencia intrafamiliar, por ejemplo. Hay que hacer pedagogía de la ley, acercar la ley a las comunidades. Por otro lado, vigilar que toda ley tenga incorporado un componente pedagójico. Y en tercer lugar, legislar creyedo que entendemos por las buenas. Que podemos sacar lo mejor de nosotros mismos. Crear unos dispositivos de producción de las normas con más participación y deliberación de la gente.
Al Congreso vamos a llevar cultura ciudadana. La parte más fundamental es la democracia deliberativa donde los argumentos son centrales. No toca tener mayorías donde el argumento tenga razón. Vamos a estimular que haya otras maneras de cambiar los comportamientos que no sea solo por temor a la ley. Mi proyecto es la reforma que haría mas razonable el sistema electoral.
Futuro de Colombia
Veo a cada cual aportando lo mejor que tiene, veo una conciencia colectiva sobre el tema del cumplimeinto de la ley avanzando. La gran mayoría de los colombianos tenemos dos chips y yo me imagino a los colombianos decir, ‘a partir del 7 de agosto, dejo operar el chip zanahorio’. Me impresiona la habilidad de los colombianos en el exterior para adaptarse al chip de que aquí se cumplen las normas. Es como absurdo regalarle a Colombia el comportamiento de la ilegalidad, y tener el chip de la legalidad para las visitas a otros países.
Que todos los colombianos y las colombianas podamos cuidar la vida desde la gestación hasta mas allá de la muerte. Es decir, que tengamos aún en la muerte una muerte digna. Eso puede hacerse y de hecho lo hicimos en Bogotá cuando nos soñamos una propuesta de políticas públicas a diez años, que de alguna manera Lucho las recogió y las mantuvo.
Una sociedad con mucho mayor capital social. Hay que rediseñar los ámbitos de acumulación de capital social. ¿Qué quiero decir? Cuando hablamos de los territorios de confianza, nos estamos refiriendo a territorios que hacen mas sentido a la gente, que todo Bogotá. Donde la gente pueda ocuparse de su territorio y construir social y políticamente. Un tema muy importante es el crecimiento economico. Pero lo que pasa en Colombia es que los problemas económicos están en la política. Cuando se estrella con un sistema político que funciona basado en el clientelismo y la corrupcion, no importa lo que proponga un empresario porque no lo puede implementar. Durante las bonanzas de Samper y Uribe, todos los economistas recomendaban ahorrar para las vacas flacas. Pero el sistema político no les permite, se tienen que gastar todo, ya sea para sobornar todo el país como lo hizo Samper, o Uribe buscando reelegirsre gastó lo que tenía en subsidios que no son sostenibles a largo plazo.
¿Visión del poder para qué?
Lo veo como posibilidad de adelantar un cambio cultural y educativo muy grande. Que parece complejo pero que en lo esencial es supremamente simple. En Bogotá bastó con cambiar 4 ó 5 comportamientos, de tal forma que la gente notara ese cambio. En todo el país puede ser más complejo. Pero la cultura del atajo, la ilegalidad, no son problemas que solo se dan en Bogotá. Mi gobierno tendría una visibilidad enorme del equipo, una especialización del gobernante en los problemas cruciales de ilegalidad. Así como Uribe rompió la resignación frente a las Farc, yo ayudaría a romperla frente a toda la ilegalidad.
Como decía Foucault: para tener capacidad de autocuidarse, de cuidar al otro y de cuidar al mundo. Foucault dice que hay que cambiar las condiciones de sujeción por las condiciones de libertad.
Para que los colombianos tengamos un sistema político que nos permita utilizarlo para construir un país mejor, para lograr mayor compromiso y legitimidad del sistema político.