Desde que Gustavo Petro se posesionó el precio del dólar pasó de 4.300 pesos a estar por encima de los 4.800 pesos. En el mundo, el viernes pasado el peso colombiano fue la moneda más devaluada de esa jornada y en Latinoamérica, desde julio, la caída del valor sólo es superada por Argentina. 

Analistas han dicho que eso responde tanto a factores externos como internos. Por fuera pesan las tasas de interés en países desarrollados, el precio del petróleo y la guerra en Ucrania. Adentro los diversos anuncios sobre la suspensión de exploración de hidrocarburos, impuestos al mercado de capitales o el posible incumplimiento de la regla fiscal ante el endeudamiento por compra de tierras.

Separar unos de otros no es fácil. Pero un anuncio como el del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, de que el país va “a tener una política macroeconómica responsable”, dio la impresión de que intentaba atajar la incertidumbre que han generado los mensajes del Gobierno. Por otro lado, el presidente Gustavo Petro, culpó a Estados Unidos: “prácticamente está arruinando a todas las economías”.

Para entender cómo han influido los factores internos y externos, La Silla Vacía revisó qué pasó en los cinco días de devaluaciones del peso más grandes desde que se posesionó Petro. Además de los factores externos, dos de esas trepadas coinciden con anuncios polémicos del Gobierno.

Las coincidencias con los mensajes polémicos del Gobierno

El 6 de octubre se dio la cuarta subida más alta del dólar de las cinco: 2,25 por ciento frente al día anterior. Fue un día después de que el presidente criticó por Twitter la decisión del Banco de la República de subir las tasas de interés para contener la inflación y proponer un impuesto a la salida de capitales golondrina. Estas son básicamente inversiones extranjeras que llegan al país por un breve período de tiempo cuando el escenario les parece favorable, pero luego se retiran.

Según Petro, la decisión de subir las tasas de interés del Banco tenía el objetivo en realidad de evitar la salida de esas inversiones. Y para el presidente, eso terminaría afectando sobre todo el crecimiento y el trabajo. Por eso, propuso que para evitar esa salida de capitales podría ponerles un impuesto.

Sin embargo, la medida puso nerviosos a los inversionistas. “Eso genera bastante preocupación porque obviamente los inversionistas extranjeros cuando invierten en el país presuponen una estabilidad institucional que incluye que los capitales se puedan mover libremente”, dijo en Blu Radio esta mañana José Ignacio López, director de investigaciones de Corficolombiana. 

Lo mismo pensó el ministro de Hacienda Ocampo, que luego salió a calmar a los mercados tras convencer a Petro de descartar ese impuesto: “el Gobierno no va a proponer control de cambios, ni va a poner impuestos a los ingresos de capital. No hay ningún temor para esos inversionistas”, dijo.

Ese día la devaluación del peso colombiano (-2,25%) estuvo por encima de la de otros países de la región como la de Brasil (-0,57%), Argentina (-0,30%), México (-0,24%), Chile (-0,47%) y Perú (-0,12%).

Pero la más alta fue la subida del 14 de octubre, cuando el dólar alcanzó los 4700 pesos. Ese día el peso se devaluó un 2,74%, que encima fue la segunda caída más alta de la moneda desde que Petro se posesionó.

Horas antes la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, propuso la congelación de los precios de la canasta básica en el marco de la discusión del aumento del salario mínimo para 2023. Su anuncio llegó después de que la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ratificó en La W que no firmarían más contratos de exploración petrolera.

Sin embargo, ese día otras monedas de América Latina también se devaluaron mucho. El siguiente fue el peso chileno, que cayó un 2,63 por ciento frente al día anterior.

En esa trepada también influyó que el día anterior se había publicado el dato de inflación en Estados Unidos que mostraba una presión al alza, lo que a inversores preocupaba ante una nueva subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (el banco central de los gringos). Eso refleja que además de algunos factores políticos internos, también influyen los externos.

3 de las 5 subidas obedecen principalmente a factores externos

Hoy el peso se ha devaluado más del 18 por ciento frente al dólar desde que Petro ganó la segunda vuelta y un 10 por ciento desde que se posesionó. En tres de las cinco caídas más grandes del valor del peso, los factores internacionales coinciden con las devaluaciones fuertes.

El 6 de septiembre el peso se devaluó 3,57 por ciento con respecto al día anterior, según el dato de cierre que reporta Investing.com, página que publica cifras históricas de las divisas del mundo. Fue un mes después de posesionado Petro, pero las razones de su caída tienen que ver más con factores externos.

En general, el aumento en el precio del dólar viene por los temores de una recesión mundial que hace que los inversionistas pasen su plata a activos de bajo riesgo como el de Estados Unidos. Además, ese día el precio internacional del petróleo cayó, lo que implica una menor entrada de divisas al país y por lo tanto un aumento en el precio del dólar.

Además, la respuesta al día siguiente fue una gran revaluación del precio: 5,09%, la más alta en ese período. 

El 17 de agosto, 10 días después de posicionado Petro, el dólar cerró por encima de los 4300 pesos, se devaluó un 2,54 por ciento frente al día anterior. Esa caída, de nuevo, tuvo que ver con los temores de una recesión en Estados Unidos y una caída en los precios del petróleo.

Wilson Triana, experto en banca le dijo a La República ese día que “dependemos en gran medida de las decisiones económicas de Estados Unidos”, refiriéndose a que por los vientos de recesión global que ese día soplaron y generaron la presión al alza del dólar, los inversionistas buscan destinos seguros en la moneda estadounidense.

“El comportamiento de la tasa de cambio se debe a un fenómeno básicamente internacional”, le dijo ese día Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, a La República.

El 26 de septiembre se dio la quinta caída más alta del valor del peso: 2,22 por ciento. Sobre todo tuvo que ver con la presión internacional. Incluso el euro tuvo un mínimo ese día luego del triunfo de la derecha en Italia, al igual que la libra esterlina en el Reino Unido, tras el polémico plan de reducción de impuestos de la primera ministra Liz Truss.

Además, una semana antes la Reserva Federal de Estados Unidos había elevado en 75 puntos básicos las tasas de interés. “Mientras las presiones inflacionarias persistan en la economía más importante del mundo, anticipamos que esta senda de devaluación que ha adoptado la tasa de cambio durante las últimas jornadas se mantendrá”, señaló a La República el grupo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana. 

Próximo a grado en economía con opción en periodismo y en políticas públicas de la Universidad de los Andes. Escribí en El Uniandino por un año y medio. Ahora soy periodista del boletín El Tinto y practicante de la Unidad Investigativa de La Silla Vacía.