En los últimos días, dos comunicados y un silencio se han convertido en la foto actual de la élite empresarial. 

 

El primer comunicado lo publicó la Junta de Dirección General de la Andi. En él, 37 presidentes de algunas de las empresas más grandes del país y el presidente de la agremiación Bruce MacMaster rechazan  “las propuestas encaminadas a desobedecer y desconocer la ley y a ejercer acciones en contra de las instituciones y las empresas”, una clara referencia al llamado del excandidato presidencial y senador Gustavo Petro a la desobediencia civil.

El segundo también rechaza, sin nombrarlo, los llamados de Petro, pero es principalmente un comunicado de respaldo al presidente Iván Duque, que no tiene un autor identificable, pero que supimos estuvo promoviendo el asesor del presidente Luigi Echeverri y algunos empresarios de Antioquia. 

El texto, que está alojado en la plataforma change.org y que al cierre de esta nota tenía 1.250 firmas, dice que “todo el empresariado colombiano” apoya de modo “irrestricto e incondicional” la legitimidad del gobierno “elegido con la transparencia que representa una diferencia de 2.364.500 votos”.  

Y el silencio es respecto del trino de Juan Carlos Pinzón, el presidente de Probogotá, quien el miércoles acusó a la mayoría de los miembros de la Comisión de la Verdad de registrar “afinidad ideológica o nexos con grupos armados”. 

El país requiere verdad y reconciliación.
La @ComisionVerdadC No es creíble para toda la sociedad. Tiene visión sesgada. Mayoría de los comisionados registran afinidad ideológica o nexos con grupos armados.
Se debe ampliar e incorporar nuevos miembros que den balance y confianza.— Pinzón Bueno (@PinzonBueno) July 9, 2020

La división

Durante el gobierno de Santos, la élite económica del país se dividió entre los que apoyaban al Presidente y el Acuerdo de Paz que impulsaba y los que estaban con Álvaro Uribe y su oposición a la Habana. 

Tras la derrota del Sí en el plebiscito, y ante la posibilidad de que Gustavo Petro llegara al poder, la élite política y económica se unió detrás de la candidatura de Iván Duque en la segunda vuelta presidencial del 2018 relegando a un segundo plano el futuro del Acuerdo de Paz.

 

Y así, alineados con el Gobierno, se habían mantenido en sus manifestaciones públicas. 

Hasta ahora. Lo que muestra la existencia paralela de los dos comunicados es que entre los líderes empresariales se mantiene una división. Pero ya no alrededor del Sí y el No, sino de la independencia que quieren mostrar respecto del gobierno, y más específicamente, respecto del uribismo.

“Ninguno está de acuerdo con lo que Petro hizo”, le dijo a La Silla uno de los líderes empresariales que firmó el comunicado de la Andi. “La división es entre ser furibista y no ser furibista”.

Esta grieta se evidencia en que no hayan firmado entre todos una sola carta conjunta, que en el Consejo Gremial no hayan podido ponerse de acuerdo en un pronunciamiento conjunto,  y en que en otras convocatorias solo llegan los del círculo uribista o solo faltan ellos.

Esta idea de ‘rodear’ al Presidente y de que los empresarios tienen que escoger entre estar con Duque o alcahuetear a Petro -una presión que al parecer sintieron algunos con la última carta- la ha liderado Luigi Echeverry, el amigo y exjefe durante casi una década del presidente Duque, y uno de los hombres influyentes en Casa de Nariño. 

No sería la primera vez que Echeverri hace movidas en ese sentido. Ya el año pasado el asesor había alborotado el avispero en una reunión con cerca de 500 empresarios en la Cámara de Comercio de Bogotá, donde es presidente de la junta directiva.  

Les dijo que el Gobierno lo estaba haciendo bien, que la economía estaba creciendo y que los empresarios debían rodear al Presidente y respaldar su gestión. Al día siguiente, según reportaron varios medios  empezó a promover en redes sociales la etiqueta #Estamoscontigopresidente.

Hace un poco más de un mes, promovió un aviso publicitario en el diario El Tiempo, firmado por 800 empresarios en el que respaldan la gestión del mandatario.

Y la última movida fue la circulación de la carta en Change.org, que tiene el mismo título de una comunicación que, según reveló RCN, había enviado Echeverri al presidente Duque en mayo: “Un llamado a la sensatez”.

La última carta ha circulado desde el miércoles entre chats de Whatsapp de los empresarios. Uno de los líderes gremiales que la firmó nos dijo que le había llegado de diferentes empresarios y que la había firmado porque Petro había cruzado la raya.

“Es que Petro actuó de forma muy equivocada. Muy del estilo Cuba o Venezuela. O sea muy dictatorial”, nos dijo.

Pero otros directores de gremios, sin embargo, consideran que firmar el comunicado de Luigi es un error por dos razones: por un lado porque pueden terminar generando el efecto contrario y darle más fuerza a Petro. “Ahora él puede decir son los oligarcas contra mí”.

Y por otro lado, porque temen que se lea como darle un espaldarazo “incondicional” al Gobierno, lo que puede debilitarlos a la hora de criticar decisiones que tome el Gobierno y que vayan en contra de los intereses del empresariado.

El silencio

En contraste con las dos cartas, que sin mencionarlo van claramente dirigidas en contra de Petro, está el silencio frente a la estigmatización que hizo el presidente de Probogotá, Juan Carlos Pinzón, de los miembros de la Comisión de la Verdad.

Internamente, cinco miembros del consejo directivo de la organización cívica empresarial que representa y que convoca a decenas de grandes empresas de Bogotá, la mayoría de ellos firmantes de alguna de las dos cartas, le dijeron a La Silla que no compartían que Pinzón se metiera en temas que no le competen a Probogotá. Sin embargo, los cinco prefirieron no dar su nombre y el consejo directivo tampoco se pronunció públicamente al respecto.

El silencio oficial de la élite empresarial de Bogotá frente a una acusación tan grave en contra de una institución del Estado por parte del presidente de la organización que los agrupa muestra que ni siquiera el sector de los empresarios que se jugó a favor del Acuerdo de Paz antes de la derrota del Sí en el plebiscito está hoy dispuesto a hacer una defensa vigorosa de una de sus instituciones más emblemáticas.

Uno de los miembros del Consejo directivo de Probogotá nos dijo off the record, con el argumento de que no son los voceros de la entidad: “Sentimos mucho ese tipo de declaraciones, porque esta no es la misión ni la función de Probogotá que no está hecha para hacer política ni tampoco para defender los intereses particulares a sus afiliados. Esas declaraciones no se ajustan a la misión de Probogotá”.

Los otros cuatro miembros nos dieron una opinión similar, no están de acuerdo, lo ven como una posición personal, pero ninguno parecía verlo como algo grave.

¿Por qué los grandes empresarios hacen una defensa férrea de la institucionalidad en el caso de los ataques de Petro y callan en el caso de Pinzón?  

“Mucha gente no vio el trino, a mucha gente no le importa o está de acuerdo”, dijo uno de los que entrevistamos.

Ese silencio de los integrantes de Probogotá, contrasta con la defensa que hizo Proantioquia (una organización conformada por empresas de ese departamento), que tras el pronunciamiento de Pinzón sacó un trino respaldando a la Comisión.

Lo que piense personalmente hoy en día el exministro de Defensa de Santos Juan Carlos Pinzón tiene poca relevancia pública dado el poco peso político que demostró en las pasadas elecciones presidenciales cuando nunca logró superar el margen de error y luego no le sumó puntos a su fórmula presidencial Germán Vargas. 

La prueba ácida del apoyo de los empresarios al proceso de paz es la comisión de la verdad

Sin embargo, dado el cargo que ostenta como representante de Probogotá, la reacción a su trino no se hizo esperar. Lo rechazaron desde líderes sociales reconocidos como Leyner Palacios, quien fue víctima de la masacre de Bojayá y ha luchado porque el Estado los repare y garantice que no vuelva a suceder algo igual, hasta la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) en pleno.

“Esa afirmación es contraria a la verdad, deslegitima a la institución y pone en peligro la vida de las y los comisionados y de todos los miembros de la entidad. Ante estos daños graves, la Comisión exige una retractación pública”, dijo la Comisión en un comunicado público el viernes. 

Hasta la publicación de esta historia el sábado, no había habido ni retractación de Pinzón ni del presidente del consejo directivo de Probogotá, Eduardo Pacheco, quien tampoco se quiso pronunciar cuando La Silla lo buscó.

Sin hacer bombo, algunos líderes empresariales -en Antioquia, Cali, Bogotá y otras regiones- han seguido metiéndole el hombro a salvar el Acuerdo de Paz y a apoyar a desmovilizados en la implementación del Acuerdo o en sus proyectos productivos.

Pero, como dijo a La Silla, una fuente que lo ha seguido de cerca, “la prueba ácida es la Comisión de la Verdad”.

Si bien en algunas regiones, como Sucre y Valledupar, la Comisión de la Verdad ha logrado convocar a ganaderos y empresarios medianos, los grandes empresarios se han marginado de las convocatorias que les han hecho. 

“No fuimos capaces de darles confianza y el contexto no genera incentivos”, dijo un miembro de la Comisión.

Es posible que a medida que la Comisión de la Verdad se acerque al momento de rendir su informe final, los empresarios vean que es importante que su versión forme parte del relato nacional sobre lo que ocurrió en el conflicto. 

Pero por ahora el silencio de los empresarios y los dos comunicados de esta semana muestran la foto de un empresariado que no tiene la implementación del Acuerdo como prioridad (más con la crisis económica que tienen que enfrentar) y que está dividido entre apoyar incondicionalmente al Presidente para frenar a Petro o limitarse a defender la institucionalidad sin casarse con Duque.

Nota de la editora: El lunes el exministro Pinzon sacó este comunicado en el que explica su trino y dice que es una posición personal que no compromete a ninguna entidad donde trabaja.

Fui periodista de temas económicos de La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana. Fui corresponsal de El Tiempo en Bucaramanga y cubro temas económicos desde 2010, primero en Vanguardia Liberal (Santander), y después en el diario Portafolio, donde también fui coordinadora...

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...