El martes, mientras la atención en el Congreso se centraba en el debate de moción de censura al ministro de Defensa, Diego Molano, una comisión de 16 representantes a la Cámara y 16 senadores definió el listado de candidatos del que se escogerá al próximo Contralor General de la República.
El pulso lo ganaron los partidos tradicionales y afines al Gobierno de Iván Duque y del actual contralor Felipe Córdoba. Por el diseño del proceso tenían aseguradas las mayorías en la comisión y así se impusieron con los votos. De los 10 finalistas, seis son o han sido recientemente funcionarios de la Contraloría de Córdoba, uno viene de ser integrante del gabinete de Duque, otro es cercano al clan de los Aguilar, y otro de Germán Vargas Lleras.
Los sectores alternativos no lograron meter a ninguno de los tres candidatos afines que tenían y quedaron sin una opción concreta para el momento de la elección, que se hará en la primera semana de agosto cuando arranque el nuevo Congreso. Justamente cuando los sectores alternativos van a estrenar la bancada más grande de los últimos años.
El camino que les queda a esos sectores es el de tratar de tumbar el proceso de selección de los 10 finalistas por la vía judicial o acomodarse con alguno de los que quedaron.
Con mayorías por el diseño del concurso
El proceso de selección y elección del Contralor General tiene reglas nuevas desde 2018. Aunque la idea es que un concurso de méritos seleccione a los 20 mejores aspirantes, finalmente el filtro que baja ese listado a 10 candidatos, y la posterior elección del ganador, sigue en manos del Congreso en pleno.
La Universidad Industrial de Santander (UIS) hizo la parte meritocrática, preseleccionó los 20 aspirantes después de una prueba de conocimientos, y le pasó al Congreso una evaluación de las hojas de vida de cada uno de ellos asignándoles puntajes.
Esa evaluación de hojas de vida examina la experiencia profesional y específica sobre temas relacionados a la Contraloría, y da unos puntajes por publicaciones de libros y artículos que hacen los aspirantes. Ahí hay particularidades con favoritos como el economista y exdirector de Planeación Nacional, Luis Alberto “Pollo” Rodríguez.
Por ejemplo, en el ítem de publicaciones Rodríguez sacó 25 puntos de 30 posibles, gracias a cuatro textos. Diez puntos por un libro que publicó el 27 de enero de 2022, cuando la convocatoria para elegir Contraloría ya había arrancado (17 de enero). Es un libro digital en coautoría que habla de la evolución del control fiscal, y que, por ahora, solo ha sido descargado tres veces, según la editorial que lo publicó.
Los 15 puntos restantes son de tres artículos en revistas. Dos de ellos en la revista Economía Colombiana, que es de la Contraloría, y cuyo comité editorial lo preside el contralor Felipe Córdoba.
Los artículos de Rodríguez, publicados entre diciembre de 2020 y abril de 2021, antes de dejar la dirección del DNP, son balances de las políticas que trazó el gobierno Duque y el DNP para hacerle frente a la pandemia, y para mostrar los alcances de la reforma a las regalías promovida por Duque.
La ponderación de la UIS a la producción bibliográfica de Rodríguez le permitió tener la séptima puntuación más alta en cuanto a las hojas de vida. Algo clave para él porque llegó a la convocatoria siendo uno de los menores – con 34 años – y con una trayectoria profesional más corta en relación a los que ocuparon los primeros puestos.
Cuando la UIS entregó esa ponderación de hojas de vida, entró en escena el manejo político del concurso. La ley de 2018 dice que la escogencia de los 10 finalistas es responsabilidad de una comisión accidental de senadores y representantes de todos los partidos políticos con asiento.
Sin embargo, en el caso del Senado le da más sillas y por ende votos, a los partidos que tienen más curules. Técnicamente se llama un proceso de ponderación y por eso, los partidos Conservador y Centro Democrático tuvieron derecho a poner cada uno de a tres senadores; el Liberal, La U y Cambio Radical de a dos; y los alternativos como Verde, Comunes, Nuevo Liberalismo o el Polo, de a uno.
Aunque en la Cámara cada partido sólo puede postular de a uno, la ventaja que da el sistema en el Senado no permite el contrapeso.
Así las cargas, de 32 integrantes de esa comisión accidental, los partidos tradicionales tenían una correlación de fuerzas de 70 por ciento frente a 30 por ciento de los alternativos, y así se impusieron.
Diez de dónde escoger
La elección se hizo al martes en la tarde en el Salón Amarillo, justo en el momento en el que también se desarrollaba el debate de moción de censura contra el ministro de Defensa, Diego Molano.
A la votación los alternativos llegaron con tres nombres para apoyar:
- El abogado Julio César Cárdenas, quien obtuvo el segundo mejor puntaje en la evaluación de la hoja de vida, y quien, además había sido apoyado por Gustavo Petro y la bancada alternativa en la elección de Contralor 2018.
- El abogado Carlos Hernán Rodríguez, quien tiene experiencia en la Defensoría del Pueblo y la Agencia Nacional de Tierras.
- La abogada Diana Carolina Torres, quien fue contralora de Medellín y Antioquia.
Como sabían que no tenían los votos para meter a alguno de los tres entre los 10 finalistas, los alternativos buscaron consensos con las mayorías.
“Les propusimos que nos dejaran poner tres finalistas y ellos los otros siete. No aceptaron. Luego les dijimos que votáramos por planchas, como se hace con los magistrados del Consejo Nacional Electoral, tampoco aceptaron. Al final se votó como ellos quisieron, por uno a uno”, dice el representante Jorge Gómez de Dignidad.
La posición dominante de los partidos tradicionales se vio en la selección final. Las votaciones más altas fueron para el candidato del Gobierno, el exdirector de Planeación Nacional, Luis Alberto “Pollo” Rodríguez, y seis funcionarios de la contraloría de Felipe Córdoba.
- Luis Carlos Pineda, contralor delegado de participación ciudadana.
- María Fernanda Rangel, directora de Información, Análisis y Reacción Inmediata.
- Juan Carlos Gualdrón, contralor delegado para Posconflicto.
- Anibal Quiroz contralor delegado intersectorial.
- Luis Fernando Bueno, funcionario de la Contraloría.
- Mónica Certaín, contralora delegada contra la corrupción.
También para dos excontralores regionales con vínculos políticos: Andrés Castro, excontralor de Bogotá, cercano a Germán Vargas Lleras y al excontralor Juan Carlos Granados; y el excontralor de Santander, Carlos Fernando Pérez, cercano de la familia Aguilar.
El listado lo completa el abogado Víctor Salcedo, que también es de Santander, pero que actualmente se desempeña como fiscal delegado.
Los caminos de la oposición
Sin representación en el listado, los alternativos plantean dos escenarios. Uno, tratar de tumbar el proceso vía legal. Según el representante Gómez, el proceso tiene dos vicios de trámite.
Por un lado, que al dejar solo 2 mujeres entre los 10 finalistas, no se habría cumplido con la norma de la cuota de género. Y por el otro, que como no quedó ningún candidato de ellos se estaría vulnerando el estatuto de la oposición. “Yo voy a demandar eso ante el Consejo de Estado”, dice.
El senador Rodrigo Lara, quien entró a la comisión representando al Nuevo Liberalismo, también advierte que la convocatoria sería irregular porque se hizo con mucha anticipación. Dice que la norma de 2018 establece que el concurso debe arrancar dos meses antes de que se posesione el nuevo Congreso, y que la actual Mesa Directiva arrancó en enero para poder dejar todo amarrado.
En 2018, la convocatoria se hizo el 19 de julio.
Pero si no es por la vía judicial, los alternativos entrarían en el juego de una concertación con candidatos que no están tan marcados con el gobierno Duque o el contralor Córdoba. El nombre que empezó a sonar, según nos comentaron cuatro congresistas que han seguido el proceso, es el de la abogada María Fernanda Rangel.
De Rangel destacan que hizo una buena presentación de su propuesta, y que ha estado al frente de una función de control en la unidad de Información, Análisis y Reacción Inmediata. En la elección sacó 28 de los 32 votos posibles, es decir, tuvo el acompañamiento de varios alternativos.
La abogada ha trabajado con Juan Fernando Cristo, uno de los líderes de la Coalición Centro Esperanza, que sacó varios congresistas. Trabajó con Cristo cuando él fue presidente del Senado entre 2013 y 2014, y luego lo asesoró cuando fue ministro del Interior entre 2014 y 2018.
Cortejar al bloque alternativo será clave para los que quieran dar la pelea porque en el nuevo Congreso, ese bloque puede juntar a 37 senadores y a 77 representantes a la Cámara (contando las curules de víctimas). La elección del Contralor se hace por el Congreso Pleno.