Las chuzadas ilegales, el chance al Ñeñe y la lista de “Oposición” son el espejo de un problema estructural de la organización en la era Duque.

En lo que va del año casi no ha habido una semana en la que el Ejército no haya estado envuelto en un nuevo escándalo. Esto es el reflejo del desorden que se vive al interior de las Fuerzas Militares desde la llegada del presidente Iván Duque, y que, pese a los esfuerzos del nuevo comandante del Ejército, el general Enrique Zapateiro, no se han logrado resolver.

La Silla Vacía habló con una persona que conoce por dentro la institución que aseguró que los recientes escándalos son “un coletazo de la salida del general Nicacio Martínez”.

También reflejan el insuficiente liderazgo que tiene el nuevo ministro de defensa Carlos Holmes que, aunque habla fuerte hacia afuera, no tiene el conocimiento ni la información detallada de lo que existe al interior de las fuerzas.

Así, tras el mal año que la institución tuvo en el 2019 -en el que se destaparon líos de corrupción a su interior, se conoció que volvieron los incentivos que años atrás llevaron a los mal llamados falsos positivos y el excombatiente de las Farc Dimar Torres fue asesinado por un soldado-, en lo que va del 2020 este desorden interno se ha manifestado en estos siete nuevos escándalos:

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La lista de “Oposición”

En su cuenta oficial de Twitter, el Ejército creó una lista -una opción que da esta red social para seguir de cerca los contenidos publicados por las cuentas que se escojan- en la que metió 34 cuentas de ONGs, periodistas, organizaciones sociales y políticos de izquierda.

El Ejército llamó a esta lista “Oposición” y en ella incluyó, entre otros, a los medios de comunicación Cuestión Pública y Colombia 2020 de El Espectador; a los periodistas Vicky Dávila, Gustavo Gómez y Salud Hernández; a los políticos Gustavo Petro, Gustavo Bolívar, Aída Avella; a la ONG Human Rights Watch, a su director José Miguel Vivanco y a la JEP; y a organizaciones como Ascamcat, la Onic y la Cric.

El hecho fue denunciado por Cuestión Pública y, horas más tarde, el Ejército sacó un comunicado pidiendo disculpas.

Dijo que la lista fue creada “para el monitoreo de las menciones o etiquetas de la cuenta sobre temas relacionados con el Ejército Nacional” y aceptó que “la denominación que se le dio al grupo de monitoreo fue un desacierto y una falta de criterio absoluto”.

Esta mañana, Caracol Radio reveló que la persona encargada de manejar las redes sociales del Ejército era “un teniente que ocupaba el cargo de jefe de Tecnologías de la Información y la Comunicación” y que, tras el escándalo, fue “apartado del cargo”.

 
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El chance a José Guillermo ‘el Ñeñe’ Hernández

En medio del escándalo del asesinado y cuestionado ganadero que estaba en la mira de las autoridades por presuntamente ser testaferro del detenido narcotraficante Marquitos Figueroa, el Ejército salió a responder por haberlo transportado en uno de sus aviones.

En respuesta a la denuncia que hizo la semana pasada el periodista Julián Martínez por medio de su cuenta de Twitter, el Ejército aceptó que, el 9 de marzo del año pasado, lo llevó en uno de sus aviones de Aguachica a una reunión que había de comerciantes y ganaderos en la Cámara de Comercio de Valledupar.

Explicó que lo hizo porque el Ñeñe mismo lo pidió y, dado que el comandante de la Quinta Brigada también asistiría a esa reunión, decidió darle el chance.

En todo el comunicado, el Ejército recalca en varias ocasiones que, para ese momento, Hernández “era reconocido por la sociedad como un empresario” e incluso afirma que venía de “una familia tradicional del Cesar”, no como un presunto aliado de Marquitos Figueroa.

Sin embargo, como contamos en esta historia, ya para ese momento la Dijin había intercepatado algunas llamadas del Ñeñe en las que habla, entre otras cosas, de caletas que tendría en propiedades de los Ochoa y, para ese momento, en el Cesar ya se rumoraba sus vínculos con el detenido narcotraficante.

 
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Las chuzadas ilegales a magistrados, periodistas y políticos

Hace casi dos meses, Semana reveló que el año pasado batallones de ciberinteligencia (Bacib) -que pertenecen a las brigadas de inteligencia militar y al Batallón de Contrainteligencia de Seguridad de la Información (Bacsi)- del Ejército chuzaron a periodistas, políticos y magistrados desde dos guarniciones militares.

Entre las personas espiadas estaba la magistrada de la Corte Suprema Cristina Lombana, quien hasta mayo tuvo en sus manos la investigación por falsos testigos del expresidente Álvaro Uribe. La revista asegura que esta información iba para “un reconocido político del Centro Democrático”, cuyo nombre nunca reveló.

Tras las denuncias en redes sociales de que este político era el Expresidente, Semana sacó un comunicado aclarando que en ninguna parte del artículo se dice que esto sea así.

El ministro de Defensa Carlos Holmes se enteró de esta situación en diciembre y, según la revista, esto fue lo que causó la salida del general Nicacio Martínez en diciembre del año pasado, pese a que el presidente Iván Duque aseguró que se iba del cargo por razones personales y le hizo homenaje en el que le agradeció “por tantos años de entrega al servicio de la patria”.

 
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Seguimientos e intimidaciones a periodistas de Semana

En el mismo reportaje en el que reveló las chuzadas, la revista denunció que, a lo largo del año, su director y los periodistas a cargo de esta investigación fueron perseguidos, espiados y amenazados por las investigaciones que estaban llevando a cabo.

El Espectador contó, después, que la presión sobre la revista llegó a tal nivel que un coronel retirado fue a una oficina de sicarios en San Andresito con el fin de mandar a asesinar al reportero que lideró la investigación.

El plan no se llevó a cabo porque los sicarios no aceptaron.

 
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Las chuzadas ilegales e intimidaciones al interior del Ejército

A mediados de febrero, un teniente coronel, llamado Álvaro Amórtegui, publicó un video en redes sociales en el que denunció que al interior del Ejército estaban chuzando a los oficiales para presionarlos.

Amorteguí aseguró que la inteligencia al interior de las Fuerzas Armadas estaba siendo utilizada por algunos generales como una “herramienta sistemática para intimidar a los oficiales que no nos alineamos con sus políticas”.

Le pidió al presidente Duque y al Ministro de Defensa que investigaran los hechos.

En otro video, publicado el 26 de febrero, Amórtegui denunció que ha recibido amenazas por sus denuncias y dijo que extendería sus denuncias ante la Justicia Penal Militar.

 
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El pésame a la familia de Popeye

El 6 de febrero, cuando falleció el criminal Jhon Jairo Velásquez, mejor conocido como ‘Popeye’, el general Enrique Zapateiro expresó sus “sentidas condolencias” a la familia del reconocido sicario de Pablo Escobar.

Zapateiro, quien reemplazó a Nicacio Martínez como máximo comandante del Ejército tras el escándalo de las chuzadas, dijo que él y el Ejército como institución lamentaban la muerte del famoso sicario.

“Presento a la familia de Popeye nuestras sentidas condolencias. O sea hoy ha muerto un colombiano. Haya pasado en su vida lo que haya pasado. El Ejército Nacional, en cabeza de su comandante del Ejército, que estuve también comprometido en la lucha contra el narcotráfico en ese año 93, decirle que lamentamos mucho la partida de Popeye”, dijo el General.

Luego de sus declaraciones, el General explicó, en su cuenta de Twitter, que dio el pésame “como un acto simplemente humano” y que reconoce su “accionar delictivo” y “el dolor” que le causó a los colombianos.

 

Estudié Literatura y Filosofía en la Universidad de Los Andes y de ahí salí a hacer la práctica en La Silla Vacía. Cubrí Bogotá, el Caribe y, ahora, política y Congreso. @jpperezburgos

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...