
Si Germán Vargas Lleras antes tenía fama de ‘manzanillo’, con el 30 de mayo se la quitó. Además de su papel destacado en los debates, se ganó el tercer puesto a punta de votos de opinión, pues la maquinaria de su partido no se movió un ápice.
Sus senadores más fuertes y a los que les giró recursos para que le hicieran campaña, no movieron un dedo. El millón y medio de votos de Vargas Lleras se los debe a Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y unos pocos votos rurales en Santander y Cundinamarca. No a Javier Cáceres Leal, a Daira Galvis, Antonio Guerra o Fuad Char.
De los ocho senadores electos por Cambio Radical, los únicos que cumplieron fueron Rodrigo Lara, Juan Carlos Restrepo y Bernabé Celis. Y varios de los que no ganaron curul como Alfonso Valdivieso y Carlos Motoa. El resto se quedaron inmóviles y así no quedaron mal con Juan Manuel Santos, que ahora les abre las puertas. Lo cual pone a Germán Vargas frente a un gran dilema.
Si se va para donde Santos, le estaría dando gusto a los mismos congresistas que lo traicionaron. Pues los galanistas, que son los que sí le fueron fieles, prefieren el voto en blanco.
Además, si Cambio Radical se adhiere formalmente a la campaña de La U, que sería lo más conveniente para los congresistas pues no les dan burocracia individual sino grupal, Vargas corre el peligro de volver a quedar como un manzanillo. Su jugada se entendería como un adhesión a Santos a cambio de puestos: un riesgo para sus votos fieles, que son de opinión.
Esta sería la oportunidad perfecta para que Vargas dejara ir a todos esos congresistas que le ponen cuestionamientos a su nueva imagen de estadista, como Javier Cáceres, el Presidente del Senado que tiene una investigación disciplinaria abierta por tráfico de influencias en Etesa, o Antonio Guerra, que tiene una investigación prevliminar por parapolítica.
Sólo con el ejemplo de Bolívar se ve la magnitud de la traición. Entre Javier Cáceres, quien tiene a alguien de su cuerda política como actual Gobernador, y Daira Galvis, sumaron 131 mil votos el pasado 14 de marzo en las elecciones al Senado. Pero en este departamento Germán Vargas Lleras sólo obtuvo 34 mil votos el domingo pasado. ¿Para dónde se fueron los 100 mil votos el grupo político de Galvis y Cáceres?
Lo mismo pasó con Antonio Guerra. Este senador, hermano de la ex Ministra de Comunicaciones y quien hace parte de la tradicional familia Guerra que fundó el departamento de Sucre, parece que no movió un dedo por poner votos el 30 de mayo. A nivel departamental, Vargas sacó en promedio el 7,4 por ciento de los votos, pero en Sucre, donde Guerra es uno de sus más fuertes senadores, apenas sacó 4,9 por ciento de los votos. Y eso que Sincelejo con sus votos urbanos le ayudó.
En los pueblos donde el senador Guerra es fuerte, Vargas tuvo un pésimo resultado. Lo que muestra que los votos no se le trasladaron.
Por ejemplo, en Morroa, donde Guerra fue de lejos el mayor elector con 2.126 votos, Vargas sacó este 30 de mayo 460 votos y Juan Manuel Santos 2.941. San Marcos, Sucre, donde Guerra fue el segundo mayor elector con 2.467 votos y la senadora de Cambio Radical Daira Galvis sacó 746 sufragios, Vargas apenas obtuvo 724 votos. Lo que no es nada frente a los 10.500 sufragios que sacó Juan Manuel Santos. Y en Corozal, donde la más alta votación individual fue de este senador, con 2.087 votos, Vargas sólo recogió 1.000. Y Juan Manuel Santos sumó los seis mil votos de los senadores de La U en la zona y tres mil más.
En el caso de Soledad, Atlántico, donde el senador de Cambio Radical José Francisco Herrera sacó la mayor votación con 17 mil votos, a Vargas Lleras sólo le llegaron 7.000. Mientras que Santos logró una votación de 30 mil votos en este municipio.
El riesgo de no irse con Santos
Si no adhiere y se rebela a sus congresistas, Vargas mantendrá su nueva imagen de estadista. Pero puede quedarse sin el partido político que necesita para llegar a la Presidencia en 2014.
Aunque la mayoría de congresistas que hoy tiene en sus huestes son unos ‘voltearepas’, es la estructura que tiene. Y si pelea con ellos, corre el riesgo de tener un mal desempeño en las elecciones locales de octubre de 2011 y no tener congresistas para lanzarse a la Presidencia en cuatro años.
Los votos de opinión de este 30 de mayo poco le sirven para elegir el número de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados que necesita para fortalecerse y dar el salto a la Casa de Nariño en 2014. Mucho menos le aseguran elegir un buen número de congresistas que lo acompañen en su próxima campaña a la presidencia.
El fenómeno de Compromiso Ciudadano y Sergio Fajardo ya demostró que los votos de opinión de un candidato presidencial no se traducen a sus listas al Congreso.
Por eso si Vargas no le da gusto a la mayoría de su bancada, puede correr el riesgo de quedarse en el aire político. Pues como Santos lo demostró, para llegar a ser Presidente de Colombia se necesita ir construyendo pacientemente una maquinaria. El hecho de que el Partido de La U se haya convertido después del transfuguismo en la segunda fuerza más grande en el nivel local, tiene una relación directa con la victoria de Juan Manuel Santos.
Ni medio paso cerca de Mockus
Lo grave es que con los malos resultados de Antanas Mockus, y la política de los verdes de no abrir la puerta para alianzas partidista, a Vargas se le cerró aún más el camino. Por este bloqueo para el diálogo y por las diferencias de estilo entre los verdes y los vargaslleristas, hasta los colaboradores más jóvenes de Vargas han dicho que no votan por Antanas sino en blanco.
Por eso si Vargas deja a su partido en libertad para votar, la mayoría decidirían entre Santos y el voto en blanco. Un cálculo negativo para Vargas, pues por no apoyar a Santos, parte de su capital político se estaría yendo para el voto en blanco.
Sea cual sea la decisión que tome Germán Vargas implicará sacrificios. Así la dulce sensación de subirse el domingo al podio, se convirtió en el sabor amargo de tener que decidir entre quedar como estadista y quitarse la carga de los cuestionados, o aliarse con Santos y quedar con puestos pero con menos opinión.