Ayer salió la primera Invamer Poll después de la elección de Gustavo Petro. Y la fotografía que arroja es la de un país optimista con el nuevo Presidente y lleno de expectativas sobre el cambio que vendrá.
Estas son las principales conclusiones de esta encuesta que mide el ánimo de los colombianos de las 5 grandes ciudades del país desde hace 15 años y que fue aplicada entre el 30 de junio y el 10 de julio. Es decir que cubre los primeros días del presidente electo:
1. La elección de Petro produjo un marcado optimismo
Aunque en algunos círculos persiste la desconfianza frente al nuevo gobierno, en la mayoría de la población urbana su elección es fuente de optimismo. En números netos, el pesimismo se redujo en 25 puntos, una baja solo comparable a cuando Andrés Pastrana asumió la Presidencia después de la “horrible noche” del gobierno de Samper y su proceso 8.000 y cuando Álvaro Uribe sucedió a Pastrana después del fracaso del Caguán.
Este optimismo se refleja también en las ciudades. En todas ellas, hay una sensación de que si bien las cosas siguen mal como en el resto del país, están mejor hoy que hace dos meses.

2. Renovada fe en la democracia
La sola elección de Petro mejoró la confianza en casi todas las instituciones. Mejoró la percepción de la Contraloría, de la JEP, de la Corte Constitucional, de la Junta del Banco de la República, de la Fiscalía. Hasta del Congreso. Salvo la JEP que tuvo la impresionante audiencia en la que los exjefes de las Farc aceptaron frente a las víctimas que habían sido unos criminales de guerra por los secuestros, las acciones de las demás entidades no estuvieron marcadas por grandes hechos mediáticos en este último bimestre. Es el ‘efecto Petro’. Pero la más reveladora es la respuesta a la pregunta de si en Colombia hay garantías para hacer oposición democrática. Por primera vez en cuatro años, hay tanta gente que dice que sí existen como que no. Mientras que hace dos meses, el 62 por ciento creía que no había.

3. El presidente Iván Duque termina en los rines mientras Petro arranca en luna de miel
Salvo justo después de que el país se encerró por la pandemia del covid, Iván Duque nunca tuvo un bimestre que le fuera favorable. Su desfavorabilidad siempre estuvo por encima del 50 por ciento. Y pese a la reactivación del país en esta última etapa, no logró repuntar. Termina así con un 27 por ciento de popularidad, solo comparable a lo mal que terminó Andrés Pastrana.
En contraste, Gustavo Petro arrancó en su mejor nivel de popularidad en 15 años, con un 64 por ciento de apoyo y un 22 por ciento desfavorable. Su sola elección mejoró la percepción en 22 puntos, lo que muestra que sus movidas conciliadoras alrededor del ‘Acuerdo Nacional’ de las primera semanas han sido bien recibidas por un porcentaje de colombianos que no votaron por él.

4. Las expectativas sobre Petro son inmensas
La encuesta muestra que la percepción de todas las políticas sociales asociadas a las promesas de Gustavo Petro en campaña mejoraron. Dado que no se ha posesionado y que Duque no mostró un salto cualitativo en el último mes respecto de ellas, la única explicación para esta mejoría es que los colombianos confían en que el nuevo presidente mejorará en todos estos campos: acceso a la educación, desempleo, lucha contra la pobreza, manejo de migrantes, apoyo al campo, manejo de las guerrillas. Todas ellas mejoraron la percepción en más de 10 puntos. Es decir que el nuevo gobierno arranca con un voto de confianza muy grande y muchas ilusiones, lo que refuerza su mandato, pero a la vez el riesgo de defraudar es grande.

5. El Acuerdo de Paz tiene un segundo aire
Uno de los grandes cambios que trae Petro es una segunda oportunidad para el Sí, que perdió el plebiscito por la paz. Desde campaña el nuevo presidente habló de la “paz grande” y al parecer el discurso ha calado pues la ilusión frente a todas las políticas de paz se disparó. Los encuestados creen que habrá una mejor reintegración de los desmovilizados, un mayor apoyo al campo, están más confiados en que se devolverá la tierra a los desplazados y mas de acuerdo con pagar más impuestos para indemnizar a las víctimas del conflicto y con sacrificar justicia en aras de lograr la paz. También hay una renovada fe en que tanto Farc como gobierno cumplirán lo pactado en la Habana. Además, existe un 70 por ciento de respaldo a abrir negociaciones con los grupos armados, lo cual es un espaldarazo para el nuevo gobierno que más que enfrentar al Clan del Golfo y disidencias propone negociar su sometimiento a la justicia y negociar con el ELN.

6. La oposición arranca débil
Mientras que crece el respaldo a todo lo que favorece a Petro, la oposición sufre el coletazo de su derrota. No solo empeora la imagen del candidato de la derecha Federico Gutiérrez, sino que también cae la popularidad de Rodolfo Hernández, el rival de Petro en la segunda vuelta. Su desfavorabilidad pasó de 16 a 52 de febrero a julio. Curiosamente, no incluyeron una pregunta sobre Álvaro Uribe en esta edición.
La imagen de los medios de comunicación, que también podrían hacerle un contrapeso al nuevo presidente, atraviesa su peor momento, con una imagen desfavorable del 62 por ciento, la peor en 15 años, lo que ratifica que los medios fuimos los grandes derrotados de esta contienda.

7. El tema económico es central para los colombianos
Para los colombianos, la economía sigue siendo de lejos su principal preocupación, y eso no cambió con Petro. Tampoco mejoró en igual proporción a los demás temas la percepción sobre su mejora en el costo de la vida (el 93 por ciento siente que ha empeorado), ni en su capacidad adquisitiva.
Un dato interesante es que la imagen de los empresarios se disparó positivamente y volvió a sus niveles históricos por encima del 60 por ciento de favorabilidad. También creció el apoyo a políticas económicas como fomentar la llegada de inversión extranjera o firmar tratados de libre comercio, dos puntos que van en contravía con las políticas que han anunciado ministros de Petro mucho más proteccionistas.
