El 24 de julio pasado, recién instalada la nueva legislatura del Congreso, se realizó la primera reunión de la mesa de Unidad Nacional con los nuevos presidentes del Legislativo, y ese día el Presidente Santos anunció con bombos y platillos que su coalición en pleno le había reiterado su apoyo al proceso de paz. De esa reunión no se conocía una curiosidad: se trata de un favor que pidió Santos a los congresistas.
El 24 de julio pasado, recién instalada la nueva legislatura del Congreso, se realizó la primera reunión de la mesa de Unidad Nacional con los nuevos presidentes del Legislativo, y ese día el Presidente Santos anunció con bombos y platillos que su coalición en pleno le había reiterado su apoyo al proceso de paz.
De esa reunión no se conocía una curiosidad: se trata de un favor que pidió Santos a los congresistas para que éstos hagan más debates y planteen discusiones, como foros, que permitan mostrar los logros del Gobierno. Una estrategia para “poner agenda y no dejársela toda a la oposición”, como se lo contó a La Silla uno de los asistentes al encuentro.
La sugerencia incluye que la Unidad Nacional proponga más debates de control político a los funcionarios de Santos y hasta se definió que esas iniciativas se repartirán proporcionalmente entre los miembros de cada bancada, de manera que la responsabilidad la asuman todos en la coalición, y que además no se harán para atajar ningún gran debate de la oposición sino simplemente para eso: poner agenda y resaltar los resultados positivos de Santos.
El asunto, sin embargo, será difícil pues “la gente se entusiasma, dice que lo va a hacer, pero es perezosa”, según explicó una de las fuentes que añadió que la misma estrategia fue usada por el entonces Presidente Uribe.
