Felipe Pérez, Carlos Mario Isaza y Manuel Pretelt de la Vega, fueron los tres conjueces escogidos por el Consejo Nacional Electoral. Dos de ellos, los que fallaron declarando inválidas las firmas del referendo hoy son objeto de todo tipo de demandas.
![]() |
---|
Felipe Pérez, Carlos Mario Isaza y Manuel Pretelt de la Vega, fueron los tres conjueces escogidos por el Consejo Nacional Electoral. Dos de ellos, los que fallaron declarando inválidas las firmas del referendo hoy son objeto de todo tipo de demandas. |
Desde que el jueves pasado, los tres conjueces del Consejo Nacional Electoral declararon inválidas las firmas que dieron origen a la ley del referendo, los abogados cercanos al gobierno han estado tremendamente ocupados.
El sábado, en el hotel La Fontana, en el norte de Bogotá, se reunieron los escuderos del Presidente, liderados por Rodrigo Rivera y José Obdulio Gaviria, para discutir cómo responder a la decisión de los conjueces que básicamente dejaba el referendo agónico. Y luego, el martes se volvieron a encontrar. En esta reunión, Rivera, Luis Carlos Restrepo, Carlos Holguín, Luis Guillermo Giraldo, Rafael Guarín y otros abogados aterrizaron la estrategia legal. Y se repartieron las tareas.
El arsenal de demandas, tutelas y denuncias de los uribistas es potente. Aunque todos saben que la pelea es política. El Consejo Nacional Electoral es el órgano encargado de vigilar la organización electoral y aunque tiene el ‘disfraz’ de una corte, en realidad es una corporación netamente política. El Congreso elige a los nueve magistrados, que representan la distribución del poder en el legislativo.
En el actual CNE, hay dos conservadores, dos de la U y uno de Alas Equipo Colombia y el Polo, que vota con los uribistas. Los otros cuatro, son dos liberales y dos de Cambio Radical. Esta composición partidista -de cinco uribistas vs cuatro de la oposición- es lo que no le permitió al CNE tomar una decisión frente a la ponencia del magistrado José Joaquín Vives que indicaba que los promotores del referendo habían violado los topes de financiación. Y es lo que nuevamente el martes les impidió tomar una decisión respecto al fallo de los conjueces pues en ambos casos necesitan una mayoría cualificada de seis votos. Los conjueces fueron elegidos por sorteo, con tan mala suerte para los uribistas-reeleccionistas que uno era liberal, el otro de Cambio Radical y sólo uno de ellos conservador. Cuando llegó el momento de tomar una decisión, todos votaron en la línea que complacía a su partido.
La pelea es política, pero como el fallo de los conjueces es una decisión jurídica, los amigos del referendo saben que tienen que combatirla en el plano legal. O por lo menos decir que la combatirán en los estrados judiciales, porque a decir verdad, varias de las denuncias y tutelas anunciadas aún no se han interpuesto. Al final, será la Corte Constitucional la que decida si la violación de los topes de financiación para la recolección de las firmas del referendo es lo suficientemente grave para hundir la re-reelección. Mientras eso suceda, los abogados blandirán sus códidos.