A mes y medio de las elecciones y en momentos en los que el Mira se enfrenta al ya de por sí difícil reto de superar la cifra mágica de alrededor de 450 mil votos del nuevo umbral, el escándalo -que es más contra su líder espiritual María Luisa Piraquive y contra la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional que contra el partido- tiene al mayor partido cristiano a un paso de quedarse por fuera del Congreso y posiblemente de desaparecer. Aunque ellos se dicen optimistas y planean su estrategia de supervivencia.
Como en efecto dominó, el movimiento Mira lleva una semana de escándalo tras escándalo, cada uno al parecer peor que el otro. Lo que arrancó con los videos que muestran a María Luisa Piraquive –la líder espiritual de la iglesia que dio origen al partido cristiano y madre de su fundadora, la senadora Alexandra Moreno Piraquive– dando una escándalosa declaración contra los discapacitados ya llegó a que la Fiscalía investiga a Piraquive por enriquecimiento ilícito y asociarse con los Urabeños.
A mes y medio de las elecciones y en momentos en los que el Mira se enfrenta al ya de por sí difícil reto de superar la cifra de alrededor de 450 mil votos del nuevo umbral, el escándalo -que es más contra la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional que contra el partido- tiene al mayor partido cristiano a un paso de quedarse por fuera del Congreso y posiblemente de desaparecer. Aunque ellos se dicen optimistas y planean su estrategia de supervivencia.



La tarea electoral del Mira, que tiene una bancada de cuatro congresistas y es la octava fuerza política en el país, era ya bastante dura sin los escándalos de su líder espiritual.
En las últimas elecciones al Congreso sacaron 320 mil votos, por lo que para sobrevivir este año necesitan unos 130 mil nuevos votos. Aspiraban a conseguirlos con nuevos simpatizantes del partido -que ha tenido un crecimiento sostenido cada ciclo electoral- y con votos de opinión, que esperaban jalonar con sus ‘listas cremallera’, que ponen tantas mujeres candidatas como hombres, y con su agenda legislativa en torno a servicios públicos, el precio de la gasolina, las madres comunitarias o los conductores borrachos, todos temas con capacidad de conectar con un electorado urbano y de clase media.
El problema es que ahora lo harán sin su fundadora y figura más visible, ya que Alexandra Moreno Piraquive decidió sorpresivamente retirarse de la lista al Congreso porque, según dijo, quiere dedicarle más tiempo a su familia.
También lo tendrán que hacer con su imagen de partido disciplinado y sus posibilidades de atraer el voto de opinión muy golpeadas por los escándalos, con la ironía adicional y difícil de explicar de que el Mira fue el principal impulsor de la ley contra la discriminación y el escándalo empezó con un acto discriminatorio. La suma de estos factores hace que sus posibilidades de no pasar el umbral sean grandes.
Dentro del Mira hacen cálculos más optimistas. El partido le venía apuntando a los 600 mil votos, que le permitirían crecer incluso a seis senadores: 450 mil de ellos vendrían de sus estructuras políticas propias y otros 150 mil de opinión. Calculan que el 70 por ciento de sus líderes y la mitad de los votantes pertenecen a la iglesia neopentecostal que fundaron el pastor Luis Eduardo Moreno y su esposa María Luisa Piraquive, y que ahora está en la mira.
Con los escándalos de María Luisa Piraquive, las cuentas son menos alegres, pero en el Mira todavía creen que les alcanza y que al menos el voto miraísta saldrá fortalecido, como rechazo a lo que ellos ven como un “complot político, religioso y judicial”. Pero reconocen que el voto de opinión -al que ya le apuntaron en los últimos meses con una campaña de publicidad en televisión hablando de las penas a conductores borrachos o las licencias- sí puede darles la espalda.
“Este escándalo lo que hizo fue compactar a la estructura que viene debajo de nosotros, que está más unida en defensa del trabajo político que hemos venido haciendo. Nos tocará ver cómo hacer control de daños en la opinión y ver qué estrategia tendremos para revertir el ambiente. Lo que nos va a pasar es que no creceremos en representación en el Senado como queríamos”, le dijo a La Silla Samir Bedoya Piraquive, que es en estos momentos el único vocero autorizado del Mira.
“Se fortalecerán nuestras estructuras porque atacaron algo que es nuestro y que no es como lo están mostrando”, dijo un candidato a la Cámara que no está autorizado para hablar públicamente. (La Silla intentó hablar con los congresistas del Mira como siempre ha hecho, pero fue imposible).
Cuando hablan de estructura, se refieren a los talleres de trabajo comunitarios que el Mira ha impulsado en todo el país para temas como mujeres, adultos mayores o educación técnica, a la red de 60 mil líderes que ha estado vinculado a éstos y a los 10 votos que cada líder apunta a conseguir. A eso se suma que hace un año el partido le dio vocería en las regiones a muchos de ellos, lo que les ha dado mayor visibilidad en medios locales.
El escándalo también ha evidenciado las fracturas que hay entre sus dos líderes más visibles, Moreno Piraquive y el senador Carlos Baena, aunque en el partido niegan una ruptura. “En el Mira llegamos a consensos y posturas comunes, pero con deliberación y sin unanimismo”, dice Bedoya, citando como ejemplo la fallida propuesta de hace un año de declararse en oposición al Gobierno de Santos, apoyada por Baena pero no por Moreno Piraquive.



Aunque el principal problema para el Mira es raspar el umbral, si llegara a superarlo podría irónicamente obtener su mayor bancada hasta ahora: tres senadores y un representante en Bogotá que mantendrían y unas dos nuevas curules en la Cámara, muy posiblemente en el Valle y entre los colombianos en el extranjero. Eso abre el panorama electoral en al menos tres regiones, donde los demás partidos podrían aumentar al menos una curul.
En Bogotá, donde tienen su principal fortín político, esperan sacar al menos 140 mil votos (o uno de cada tres necesarios para salvar el umbral). Como contó La Silla, el Mira sacó 82 mil votos en Bogotá hace cuatro años y su lista al concejo en 2011 obtuvo 75 mil, por lo que es más probable que terminen con unos 100 mil votos.
Eso les daría una curul para Carlos Guevara, el ex concejal y ex candidato a la Alcaldía de Bogotá que intentará reemplazar a Gloria Stella Díaz (que reemplazó a Moreno Piraquive como número uno al Senado y será la única mujer cabeza de lista en estas elecciones).
En el Valle, el Mira y su candidata la ex diputada Guillermina Bravo eran vistos como uno de los partidos con más chance de beneficiarse del colapso de Opción Ciudadana, el viejo PIN que no tiene cómo mantener sus tres curules vallecaucanas en la Cámara tras la pelea entre el ex senador condenado Juan Carlos Martínez y el ex gobernador Juan Carlos Abadía.
Aún más favorable es -o era- el panorama entre la diáspora colombiana. Hace cuatro años el Mira estuvo cerca de lograr la curul, pero Jaime Buenahora de La U terminó ganándole por mil votos. Este año, con la ley que impulsó Buenahora habrá dos curules para los colombianos en el exterior y el Mira de nuevo parte como favorito con Jorge Muñoz, el ‘Ángel de Queens’ y ‘Héroe’ de CNN reconocido en Nueva York por alimentar a la gente sin recursos.
También aspiran a crecer en votos en el Eje Cafetero, Caquetá (donde tienen al gobernador Víctor Isidro Ramírez) y Cundinamarca, pero no tienen opciones muy realistas de sacar una curul.
Que los espacios políticos del Mira son atractivos para otros partidos ya es visible y varios de sus rivales ya están usando los escándalos en campaña.
Priscila Angulo, una ex feligresa de los Piraquive y candidata del Polo a la Cámara en Santander, está haciendo campaña con la promesa de una ‘ley antisectas’ que cierre su antigua iglesia. Y Buenahora, ex cónsul en Nueva York, ex viceministro y rival entre la diáspora colombiana, ya pidió cerrar la iglesia asociada al Mira y se manifestó contra la discriminación de las personas en situación de discapacidad.
http://t.co/I7sEA4pahA a la Iglesia MIRA – No a la Discriminación— Jaime Buenahora (@jaimebuenahora) enero 16, 2014
Por su parte, el Mira ya comenzó su estrategia para limpiar su imagen: no sólo asegurando que las acusaciones contra su líder son un complot sino, por ejemplo, con comerciales como el que muestra a un concejal invidente de su movimiento, para subrayar que sí son incluyentes.
Habrá que ver si esto (y el resto de lo que tienen planeado para conseguir los votos que les faltan) les alcanza para que sobreviva un partido pequeño que, como el resto de pequeñas colectividades, está en apuros por el umbral.