El partido Polo Democrático llegó este año al Pacto Histórico, la coalición liderada por Gustavo Petro para el 2022, como un protagonista. Con una bancada equivalente a la del movimiento Colombia Humana, el partido entró poniendo condiciones, y en marzo logró un acuerdo para que las listas conjuntas al Senado fueran abiertas y no cerradas, como buscaba Petro.
Sin embargo, los hechos de los últimos meses han mostrado una posición cada vez más débil del Polo, que llegó a ser la mayor fuerza electoral de la izquierda entre 2006 y 2014.
Por presión de otros sectores como el del senador Roy Barreras, el acuerdo de la lista abierta se cayó; la coalición decidió que sería cerrada, intercalada entre hombres y mujeres. Es decir, se votará solo por el logo del Pacto Histórico y saldrán elegidos los candidatos que aparezcan en los primeros puestos de la lista.
Según tres fuentes de la dirigencia del Polo que pidieron no ser citadas, al partido le corresponderán seis puestos en los primeros 20 renglones de la lista. De estos, el acuerdo en el papel es que tendrán 4 entre los primeros 15. Pero, según las cuentas de cuatro fuentes dentro del Polo y dos externas, solo 2 alcanzarían a estar en los 10 primeros.
Por lo tanto, si la votación no cumple con las expectativas de la alianza (que rondan entre los 20 y 30 senadores), figuras del Polo que ya tienen curul podrían quedarse por fuera.
El senador Iván Cepeda, el más visible del Polo actualmente, le dijo a La Silla que la posición de su partido no es de debilidad.
“El Polo ha sido consecuente con su vocación unitaria y está dispuesto a construir el Pacto Histórico en medio de todas las dificultades. Si eso es visto como una debilidad, está bien, para mí es una posición de fortaleza, de generosidad y de consecuencia con sus principios”, dijo.
En cualquier caso, la apuesta de sacar 20 senadores no es fácil.
El mejor resultado de una lista cerrada lo tuvo el expresidente Álvaro Uribe en 2014, quien como cabeza de lista obtuvo 20 curules en el debut electoral del Centro Democrático. Para lograr un resultado similar, el Pacto Histórico tendría que obtener alrededor de 2,5 millones de votos, y las fuerzas que componen el Pacto Histórico arrancan con un historial de cerca de 1 millón de votos.
A este revés del Polo se suma que muchos no descartan que su precandidato presidencial, Alexander López, se baje de la consulta interpartidista. López, marca de último entre quienes competirán con Petro en la consulta de marzo, según la encuesta de Invamer de la semana pasada. Y tiene una intención de voto de 4,7 por ciento, por debajo de la aspirante del Mais, Arelis Guariyu; de la líder social Francia Márquez; del senador Barreras y del propio Petro.
En otras palabras, el Polo terminó de vagón de cola de la coalición de Petro.
Contexto

La situación actual del Polo es una consecuencia directa del golpe que sufrió el año pasado, cuando perdió a su mayor elector, Jorge Robledo, quien se fue junto con su sector para formar el partido Dignidad, que está en la Coalición de la Esperanza, el otro bloque de centroizquierda con el que compite el Pacto Histórico.
Ese rol secundario refleja también un reacomodamiento en la izquierda, en la cual cada vez pesan menos los partidos y más las figuras individuales como Petro. Un cambio que se verá reflejado en los nombres de las listas.
Vagón de cola
El orden oficial de la lista del Pacto Histórico no está definido y esta semana se abrieron las postulaciones que cerrarán en septiembre. Sin embargo, ya está acordado qué tanta representación tendrá cada fuerza política en los primeros lugares.
Ambas decisiones las tomó un colegio electoral del Pacto Histórico creado por Petro en julio para resolver la discusión de las listas. Este tiene 28 sillas, con participación de las bancadas en el Congreso de las fuerzas de la alianza, los precandidatos, fuerzas sin personería jurídica como la de Clara López y Francia Márquez, entre otros.
Aunque la figura le dio un marco de institucionalidad a la decisión de las listas, algunos sectores del Polo critican que la decisión se haya tomado en un petit comité y no en una consulta más amplia.
De los seis puestos que tendría el Polo en los primeros 20 lugares, uno de los prioritarios lo tendría Iván Cepeda, el segundo senador más votado entre los que quedan en el Polo (78.000 votos), y quien ha ganado visibilidad por su disputa judicial con el expresidente Álvaro Uribe. Cepeda, incluso, busca la cabeza de lista, pero compite con otras figuras de Colombia Humana como María José Pizarro y Gustavo Bolívar (que dijo a La Silla que preferiría estar en el puesto 20 para abajo para darle espacio a liderazgos sociales).
El otro que tendría prioridad entre los 10 primeros renglones es Alexander López, quien como mayor votación actual del Polo al Senado (85 mil votos) tendría derecho a poner a alguien de su equipo arriba en la lista o su nombre si se baja de la aspiración presidencial.
En caso de que López no sea precandidato, el Polo quedaría fuera de la consulta de marzo. En esta, en la que Petro tiene todas las posibilidades de ganar, se juega sobre todo la fórmula vicepresidencial, que sería para quien quede de segundo según lo acordado hasta ahora.
La salida del Polo del tablero dejaría por ahora la disputa por la Vicepresidencia entre Barreras, quien hace parte de los políticos tradicionales que se han acercado a la alianza de Petro, y la líder Francia Márquez, que marca de tercera en la encuesta de Invamer.
Volviendo a la lista al Senado, más allá de Cepeda y Alexander López, el resto de candidatos del Polo quedarían fuera de los primeros 10 números, por debajo de figuras cercanas a Petro como Hollman Morris, la líder ambiental Isabel Zuleta, visible por su oposición a Hidroituango, y Gloria Elena Arizabaleta (esposa de Roy Barreras).
Con ese orden, dos de los cuatro senadores del Polo están en riesgo de perder representación por su posible mala ubicación en la lista.
El primero, es el sector de Poder Unidad Popular, del Congreso de los Pueblos, que tiene una curul con Jesús Alberto Castilla, y tendría como candidato a Robert Daza. Este ocuparía un lugar entre el puesto 10 y el 15 de la lista, según coincidieron las fuentes internas del Polo.
El segundo es Wilson Arias —quien fue la menor votación entre los senadores actuales del Polo (15 mil votos)—. Su puesto en la lista está en disputa con el del líder campesino y actual representante César Pachón, del Mais. Dependiendo de qué se resuelva en ese pulso, Arias rondaría los puestos 14 a 17 de la lista.
Se trata de un sapo producto de la lista cerrada que, sin embargo, ese partido tuvo que tragarse.
“Ganar o morir”
Para Juan Federico Pino, profesor y analista político de la Universidad Javeriana, la elección del Polo de permanecer en la lista cerrada del Pacto Histórico es un reflejo de lo golpeado que quedó ese partido con la salida de Robledo.
“Robledo era el seguro del Polo para pasar el umbral electoral del 2 por ciento de votación. Sin él corrían el riesgo de no pasarlo y perder la personería jurídica. El partido se acerca al Pacto porque lo necesita, pero en el proceso se los puede tragar”, dijo.
La versión oficial, sin embargo, es que el posible sacrificio de curules al Senado es una apuesta de todo o nada por la victoria de Petro en 2022.
“Jugamos a ganar o a morir, no a salir heridos”, dijo una fuente del Polo que pidió no ser citada. Explicó que la apuesta es la misma que la de Petro: ganar la Presidencia. Ya después tendrán tiempo de reconstruir el partido.
*Nota del editor: esta historia fue actualizada tras su publicación para incluir la versión del senador del Polo Democrático Iván Cepeda.