Iván Duque llevaba días pidiendo coordinación y hablando de unión, pero su decreto para unificar las medidas de orden público generó la desobediencia de mandatarios regionales y un cacerolazo
El decreto que el presidente Iván Duque firmó ayer buscaba unificar las medidas de orden público en todo el país para frenar la avalancha de medidas drásticas y disímiles que alcaldes y gobernadores vienen tomando en la última semana para ganarle la carrera al coronavirus y que pueden generar traumatismos adicionales a la economía. Sin embargo, lo único que logró fue poner en duda las decisiones ajenas sin tomar ninguna propia debilitando su autoridad y la acción colectiva cuando más se necesita.
El decreto básicamente repite lo que dice el artículo 296 de la Constitución, y es que las decisiones de orden público del Presidente de la República priman sobre las de los gobernadores y alcaldes. Y que las decisiones que tomen los alcaldes y gobernadores sobre temas de orden público en el marco de la emergencia sanitaria -como los toques de queda- deben ser previamente consultados y coordinados con el gobierno nacional.
Desde el sábado, cuando se reunió con los alcaldes y gobernadores, el Presidente venía insistiendo en la necesidad de coordinación y de unión para enfrentar la crisis, en reacción a que ya mandatarios regionales estaban sacando decretos locales y analizando medidas para restringir la movilidad de los ciudadanos y las aglomeraciones.
“Nuestro llamado es a la coordinación, una medida inoportuna, que no enfrente la etapa en la que estamos puede traer problemas. Estaremos dando esos lineamientos (de coordinación) para que la coordinación sea la más estrecha posible”, anunció el Presidente ayer en la mañana.
Pero los lineamientos concretos de coordinación no llegaron; y, cuando sacó el decreto, ya la mitad de las ciudades habían declarado toques de queda, aislamiento forzado de menores, inclusive cierre de fronteras terrestres, como mostró La Silla Vacía ayer.
Algunas de estas medidas, más propias de un estado federal, como el ‘blindaje’ de Boyacá, habían provocado dificultades y quejas de los gremios porque el viaje entre Bogotá a Bucaramanga -para citar un ejemplo- se estaba demorando el doble de horas porque tocaba esquivar el departamento.
La confusión
El decreto fue presentado a los alcaldes de capitales que asistieron al Puesto de Mando Unificado que dirigió Duque en teleconferencia ayer al mediodía, y cuatro horas después, la ministra del Interior, Alicia Arango, lo presentó en rueda de prensa.
Pero ni Arango ni el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, parecían preparados para responder las preguntas de los periodistas sobre si el decreto tumbaba los toques de queda decretados por los alcaldes y el simulacro de confinamiento previsto para el puente en Bogotá.
“Lo que tiene que quedar claro es que la autoridad en esta situación de calamidad sanitaria, el orden público queda en cabeza del Presidente”, dijo Arango, quien repitió esa respuesta dos veces más.
Los medios y redes sociales interpretaron, entonces, que el decreto tumbaba o dejaba en el limbo los toques de queda, y el simulacro de Bogotá.
Minutos después, Claudia López reiteró que se sostenía en su simulacro:
#SimulacroVital Bogotá fue consultado/coordinado por mi personal y directamente ayer con el Presidente.
Hoy recibiremos aportes al decreto. Mañana se expedirá y regirá obligatorio.
Este no es momento de competencias y vanidades infantiles sino de cuidarnos https://t.co/vEzlyVcBK6— Claudia López (@ClaudiaLopez) March 18, 2020
Esa versión, de que Duque y López hablaron, fue corroborada por la oficina de prensa de la Casa de Nariño a La Silla Vacía. Sin embargo, nos dijeron que, contrario a lo que López indicó, una llamada no significaba una coordinación.
Más allá de si se había dado la coordinación o no, Duque había transmitido la idea de que le gustaba el simulacro en la rueda de prensa que había dado en la mañana: “Si nosotros como sociedad queremos experimentar cómo sería un día de confinamiento, y se quiere hacer ese piloto, a mí me parece que lo que se quiere hacer ahí es pedagogía, pero lo que nosotros tenemos que garantizar como gobierno nacional es que las medidas que se tomen para enfrentar la pandemia respondan a la estrategia nacional, con la autoridad del Minsalud, y pensando que esto no es un juego, no es un tema pasajero”, dijo cuando le preguntaron al respecto.
Y cuando Carlos Ruiz, el periodista de CM&, le dijo “Y entonces no está de acuerdo con la decisión de Claudia”, el Presidente, ofendido, le reviró: “Hombre Carlos, a usted por qué le gusta decir lo que yo no he dicho?”
Que menos de 12 horas después, su Ministra enviara un mensaje distinto le quitaba fuerza a las medidas de aislamiento social para frenar el virus cuando más se requiere que la gente gane conciencia de que solo un cambio de comportamiento colectivo evitará el colapso del sistema de salud en un mediano plazo. También provocó mucho ruido en medios por lo de Bogotá, pero se sintió en todo el país.
Mientras en Valle, Atlántico y Bolívar, los gobernadores Clara Luz Roldán, Elsa Noguera y Vicente Blel dijeron, respectivamente, que acataban el decreto presidencial y enviarían sus decretos a revisión de Presidencia; otros, como los gobernadores de Meta y Cundinamarca dijeron que seguirían con el simulacro de Bogotá; y los alcaldes de Cartagena, de Manizales, de Neiva, de Bucaramanga, y de Mocoa salieron a decir que sus toques de queda se mantenían.
Hasta el alcalde de La Ceja, anunció, en twitter que se reuniría con 23 alcaldes del Oriente “para enviar respuesta contundente a la Presidencia”.
En pocas horas, y ante esos desafíos del poder local, el Presidente había logrado con un decreto que buscaba reafirmar su autoridad central, debilitarla.
Al final de la tarde, el hashtag #DuqueInepto era tendencia número uno en twitter en Colombia, y comenzaron los anuncios de cacerolazos en todo el país para que permitiera mantener los toques de queda y el simulacro de Bogotá.
Los cacerolazos ocurrieron de manera dispersa en Bogotá y otras capitales como Cartagena y Neiva, lejos de los niveles de los del 21N y los días siguientes, pero mostraron la creciente frustración de algunos sectores con los titubeos del Presidente, que en todo caso ha tomado decenas de medidas para aliviar el impacto de la crisis.
¿Y el simulacro?
Al final, en la noche de ayer, Palacio y Alcaldía cuadraron una reunión para hoy entre el Viceministro del Interior, Daniel Palacios, y el Secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, para coordinar el ejercicio propuesto por López.