Desde el ataque de Hamás a Israel, el presidente Gustavo Petro ha trinado 99 veces sobre el asunto.
Como ocurre usualmente en su política exterior, el jefe de Estado ha respondido a la guerra que se desató entre Israel y Palestina por fuera de los canales diplomáticos. Pero en este caso, el contenido y la prolificidad de sus trinos han generado un daño difícil de reparar en su credibilidad internacional. No solo sobre el contenido central de su mensaje, la necesidad del diálogo para el conflicto del Medio Oriente. También para propósitos más cercanos, como tener una voz líder en América Latina sobre temas como el cambio climático.
El Petro tuitero se ha impuesto sobre la diplomacia de Colombia. El presidente ordenó borrar una primera declaración de la Cancillería que condenaba el “terrorismo y los ataques contra civiles” de Hamás.
Sus mensajes en redes, en los que ha comparado al asedio israelí en Gaza con campos de concentración de la segunda guerra mundial, carecen de rigor histórico y han sido calificados como “antisemitas”, por la Liga Anti-Difamación, una organización que mide el discurso de odio contra los judíos. “El presidente colombiano compara a los militares israelíes con nazis”, tituló el diario más importante de Israel en una nota sobre la lluvia de trinos de Petro. Incluso en el grupo de Telegram de Hamás, en donde comparten noticias del conflicto en tiempo real, compartieron una foto y citaron uno de los trinos de Petro.
Hacia adentro, la posición de Petro rompe con un consenso del establecimiento político de apoyo a Israel. Pero la forma de esa ruptura de la tradición a nivel internacional podría desgastar una relación cercana con la administración Biden y congresistas demócratas, que apoyan abiertamente a Israel en este conflicto.
La desautorización del comunicado de Cancillería
Cuatro horas antes del primer comunicado de la Cancillería sobre el ataque terrorista de Hamás en Israel, el presidente Petro trinó. “En mi discurso en Naciones Unidas mostré cómo el poder mundial trataba de una manera la ocupación rusa sobre Ucrania y de otra, muy diferente, la ocupación israelí de Palestina. Mis votos van porque se instaure un diálogo de paz donde se reconozca de manera integral el Estado palestino”, se lee en su primer trino a las 6.40 de la mañana.
El mismo sábado, a las 10:47, a los grupos de prensa de la Cancillería llegó un comunicado: “El gobierno de Colombia condena con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles que han ocurrido en la mañana de hoy en Israel, y expresa solidaridad con las víctimas y sus familias”.
Al final del comunicado, la Cancillería hablaba de “la urgente necesidad de retomar el diálogo y un proceso de paz que conduzca a una solución definitiva que permita a israelíes y a palestinos vivir en paz y coexistir dentro de fronteras seguras acordadas mutuamente e internacionalmente reconocidas”. La posición oficial del país quedó consignada en un boletín titulado “Colombia condena el terrorismo y aboga por una solución definitiva del conflicto entre Israel y Palestina”.
La Silla supo, por dos fuentes de la Cancillería, que ese primer comunicado salió directamente del despacho del canciller Álvaro Leyva y que luego fue eliminado por orden de Petro. Según explicaron, el presidente quería centrar los pronunciamientos del gobierno colombiano en la necesidad de una negociación de paz.
Por eso, 25 horas después de publicado, el ministerio de Relaciones Exteriores borró ese comunicado y lo remplazó por otro en el que no condenaban el terrorismo. En el nuevo, la Cancillería “reitera el llamado a retomar, de manera urgente, el diálogo entre Israel y Palestina para iniciar un proceso de paz que conduzca a la coexistencia pacífica”.
La diferencia entre los dos es que no hay mención sobre terrorismo ni ataques. El segundo habla de condenar “afectaciones a civiles” y recuerda que la única solución es “a través del diálogo y su solución debe soportarse en los escenarios multilaterales”. No incluye una condena al terrorismo de Hamás, que hasta la publicación de esta nota deja una cifra de 1.000 ciudadanos muertos. Y generó una respuesta bélica de Israel en Gaza, que dejó la zona sin acceso a servicios públicos y cuyas cifras de víctimas de los bombardeos alcanzan los 830 muertos y más de 4.000 heridos.
El presidente X desorganiza la política exterior
La consecuencia más grande para la política exterior del país será para la credibilidad de Colombia en escenarios internacionales. “Tenemos que esperar a ver si lo que Petro dice en Twitter se transforma en política pública. La Cancillería tiene el mérito que están entendiendo cuál es el daño que esos mensajes producen, los interpretan y hacen lo suyo para morigerar ese daño”, explica Sandra Borda, profesora de Los Andes.
Como la Cancillería, cuando fueron consultados para esta nota, los cuatro académicos hablaron de “lo que el presidente está tratando de decir” o “el mensaje que Petro quiere llevar”. La apertura a interpretación de los mensajes del presidente es uno de los problemas de la diplomacia por Twitter. En el caso de la política exterior, no son solo académicos descifrando y traduciendo las publicaciones, sino autoridades de todo el mundo las que pueden malinterpretar o no entender el mensaje de Colombia.
Esta desinstitucionalización de la política exterior choca con el propósito de Petro de convertirse en un líder internacional. En el ámbito internacional el resultado de la diplomacia tuitera es que se pierde credibilidad para el país. “Petro maneja la política exterior como un tuitero, no como un presidente”, concluye la académica de los Andes.
Dos altas fuentes al interior de la Cancillería, que piden no publicar sus nombres para poder hablar sobre su jefe, confiesan que han recurrido al Twitter del presidente para tener una orientación de cómo participar en foros internacionales.
“Manejar la diplomacia por Twitter socava la agenda de política exterior del presidente, particularmente sus intenciones de liderar temas de paz internacionalmente quedan muy comprometidas”, dice de las fuentes de Cancillería. “Le permite tener reacciones en caliente, pero no permiten evaluar adecuadamente las consecuencias de lo que se dice en Twitter”, agrega.
Otro diplomático que trabaja en Estados Unidos le confirmó a La Silla que ya les ha tocado responder por los trinos del presidente ante congresistas gringos. Particularmente en temas como lucha contra las drogas, los trinos del presidente han generado desacuerdos con los congresistas cubano-estadounidenses del partido Republicano.
El lío para los diplomáticos es que deben traducir e, incluso, morigerar las declaraciones que hace Petro en sus trinos para poder cumplir con sus funciones en el exterior. Pero como el Twitter del presidente es tan visible, pueden llegar a contradicciones y a que no haya claridad sobre cuál es la posición de Colombia como país. Eso reduce su credibilidad en el extranjero.
Para Gabriel Silva, embajador en Estados Unidos durante el gobierno de Juan Manuel Santos y el de César Gaviria, “la situación que está viviendo el Medio Oriente ilustra la debilidad de la política exterior del gobierno Petro”. “Ante una situación de esta gravedad, la respuesta son trinos del presidente totalmente descontextualizados sin ninguna reflexión, estudio o consideración previa”, le dijo Silva a La Silla. “No hay opiniones informadas y apela a su ideología más que al conocimiento de expertos”, agrega el exembajador.
Sobre el tema, la excanciller colombiana Marta Lucía Ramírez considera que el lío es que “un jefe de Estado tiene que ser un estadista porque representa a las instituciones de Colombia y no puede asumir posiciones con tanta ligereza como lo permite Twitter”. “La política exterior debe ser una política a largo plazo, se debe construir sobre lo construido”, agrega Ramírez. La ex vicepresidenta recuerda que Israel, además, ha sido clave en temas de cooperación para Colombia, “Petro ha salido a traicionar la confianza de Israel”, dice.
Para Borda, de los Andes, las posturas adoptadas por el presidente demuestran que “a Petro le sobran las instituciones. Mientras Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, lleva reunido con asesores senior analizando la situación desde el primer día, Petro comenta desde sus opiniones”.
La ruptura con la posición pro-Israel de Colombia
Por sus interacciones en Twitter, el presidente ha tenido desencuentros con Marcos Peckel, director de la comunidad judía en el país y con el embajador israelí en Colombia, Gali Dagan.
En Blu Radio, Dagan contestó al trino del presidente en el que equipara el que los israelíes les cortaran los servicios a los palestinos en Gaza con Auschwitz, invitando a Petro a conocer esos campos de exterminio a los que se estaba refiriendo. Ante la respuesta del presidente vía su red social predilecta, el diplomático siguió el rifirrafe con Petro en Twitter.
Dagan no es el único representante del país judío que ha chocado vía Twitter con las autoridades de donde reside. El embajador en Chile, Gil Artzyeli, calificó como “lamentable” el trino que publicó el canciller chileno, Alberto Van Klaveren. El canciller había publicado “un llamado a todas las partes involucradas en los actos de violencia en Israel y los territorios palestinos a respetar ese principio básico… Eso vale para Hamás, la Jihad Islámica, el Estado de Israel y cualquier otro actor que intervenga en el conflicto”.
“La diplomacia es muy mala cuando se hace con el micrófono abierto”, opina Juan Gabriel Gómez, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional. “Esto se ha convertido en una lucha política, no es diplomacia. Es una lucha por el control de la narrativa de quién es la víctima y quién es el victimario”, agrega el académico.
Este rifirrafe sobre puntos de vista rompe con una posición que ha adoptado Colombia a lo largo de este siglo, que se acerca más a Israel que a Palestina. El país solo reconoció a los territorios ocupados como Estado soberano en agosto del 2018, durante la última semana de gobierno de Santos. Para ese entonces, el presidente colombiano había adquirido una relevancia internacional en temas de paz por la firma del Acuerdo con las Farc y el consiguiente Nobel de Paz que ganó en 2016.
Incluso antes de reconocerlo, Santos rompió la tradición de pedirle a Palestina que cumpliera los Acuerdos de Abraham —el acuerdo de normalización de las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos—.
“Pero en los ocho años de Santos, como ocurrió en los ocho años de Uribe y en los cuatro de Duque, Colombia votó en contra de Palestina, siempre a favor de Israel. Incluso en las resoluciones en las que todos los países de América Latina iban para un lado, Colombia iba para el otro”, explica Mauricio Jaramillo-Jassir, académico del Rosario, quien dirige un programa de opinión en Señal Colombia.
Según el académico, el gobierno Uribe rompió con una posición ecuánime que había mantenido el país en estos temas e inclinó la balanza hacia Israel.
La diplomacia de Twitter de Petro también ha tenido repercusiones en la política doméstica del país. La ruptura del consenso pro-Israel que existía en Colombia ha sido abiertamente rechazado tanto por la comunidad judía como por miembros del establecimiento político del país.
A Marcos Peckel, quien dirige la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, el presidente le dijo vía Twitter que “no me parecen justos los gobiernos que se acostumbran a bombardear niños. Dios no bombardea niños”, en referencia al gobierno de Israel.
El apoyo a Palestina hace parte de las viejas simpatías de Petro, quien se declaró un “estudioso” de ese conflicto. En octubre de 1982, mucho antes que defendiera la causa ante las Naciones Unidas como presidente de Colombia, el M-19, la guerrilla en la que militaba, le cantó su solidaridad a la Organización para la Liberación de Palestina con un atentado a la embajada de Israel.
Más allá de las fronteras colombianas, sectores de la izquierda y pro-Palestina se han apersonado de la causa para defender los derechos y reconocimiento de los palestinos, a quienes Israel no reconoce como un Estado soberano. El país judío capturó la Franja de Gaza, una extensión de 365 kilómetros cuadrados en la que viven más de 2 millones de personas, después de la guerra de 1967. Solo la desocupó en el 2005, pero hasta a fecha mantiene un bloqueo por mar, tierra y aire a través del cual restringe la entrada y salida de bienes, servicios y personas. En la actualidad, 138 países del mundo reconocen a Palestina como Estado.
“Petro se está comportando como un presidente progresista, que es lo que le pedían”, explica Jaramillo-Jassir. “Su respuesta en Twitter es coherente, es comprensible y representa la posición de los latinoamericanos, que es básicamente condenar la guerra”, afirma el académico.
Sin embargo, la respuesta de Petro es diferente a la de otros progresistas de la región, como el presidente chileno Gabriel Boric, quien ha sido enfático en condenar tanto al Estado de Israel como el terrorismo, al que llama “brutales atentados, asesinatos y secuestros de Hamás. Nada puede justificarlos ni relativizar su más enérgico rechazo”, como se lee en su trino. Como él, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, ha condenado el atentado. “Al expresar mis condolencias a las familias de las víctimas, reafirmo mi rechazo al terrorismo en cualquiera de sus formas”, se lee en su Twitter.
“El sitio en el que se está rompiendo con la tradición colombiana es al hacer una condena ecuánime de las violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH)”, dice Borda, de los Andes. “Nunca habíamos llegado a la conclusión que unas violaciones al DIH importaban más que otras. Para el presidente es absolutamente claro que lo que está haciendo el Estado de Israel es más grave que lo que está haciendo Hamás”, afirma la académica.