Tanto la salida como el regreso de la nueva directora de “Vicky en la W” dice mucho del periodismo colombiano.
Cuando hace casi un año, RCN despidió Vicky Dávila de la FM a raíz de la polémica publicación de un video, la periodista dijo que ella creía que el Presidente de la República “había pedido su cabeza”. Esta semana, Vicky volvió por la puerta grande a los medios de la mano de Julio Sánchez Cristo, uno de los directores más cercanos a Juan Manuel Santos. Tanto la salida como el regreso de la nueva directora del programa radial “Vicky en la W” dice mucho del periodismo colombiano.
El nuevo oficio
A Dávila la despidió RCN a raíz del escándalo que se armó cuando ella publicó en febrero del 2016 un polémico video sin editar del entonces viceministro del Interior teniendo un encuentro sexual con un policía de la ‘Comunidad del Anillo’, una red de prostitución denunciada durante meses por la periodista.
El Canal le pidió la renuncia al día siguiente de la publicación y un par de horas después de que el Presidente hubiera dicho en un foro público que eso era “mal periodismo”, con lo cual se zanjó el debate a favor de que el periodismo colombiano siga teniendo límites a la hora de meterse con la intimidad de los poderosos.
La secuencia de los hechos dio pie para que mucha gente, comenzando por Vicky, sintiera que el Presidente había influido en la salida de la directora de la FM, quien llevaba meses trenzada en una pelea casi personal con Santos.
Santos dijo en La W que él nunca ha pedido la cabeza de ningún periodista, y como para que no quedara ninguna duda de que el Presidente no se metía en la nómina de los Ardila Lulle, RCN reemplazó a Vicky con Hassan Nassar, uno de los opinadores más críticos del Gobierno y quien se ha identificado públicamente con el uribismo.
Después de eso, Vicky cayó en el ostracismo mediático. A pesar de su reconocimiento y trayectoria, ningún medio le ofreció trabajo.
Esto creó entre los periodistas tradicionales el ‘síndrome de Vicky’, la sensación de que si una reportera famosa como ella podía pasar en un par de horas del estrellato al desempleo estructural por un error de criterio, nadie tenía su puesto garantizado.
Su salida fue interpretada por muchos periodistas –incluso por algunos muy reconocidos- como una lección de ‘obediencia debida’ no solo a sus jefes sino a los jefes del país.
Dávila, en cambio, no se amilanó. Empoderada por sus fans, y convencida hasta el día de hoy de que no había nada de qué arrepentirse, se dedicó a escribir el libro “En honor a la verdad”, y luego abrió un canal en Youtube, creando su propio medio alternativo.
Con 260 mil seguidores y 8 millones de vistas, durante el año que estuvo ‘castigada’, Dávila siguió entrevistando personajes, reporteando historias, transmitiendo todas las semanas en las redes sociales con el estilo periodístico que la había caracterizado.
“Los colombianos no son bobos y saben que desde los medios de comunicación informan con intereses económicos, políticos y con sus amistades. Aquí me comprometo con la verdad, los escucharé siempre”, dijo en su primer video como youtuber. “Soy periodista por ustedes y para ustedes, ustedes son mi regreso. Ahora no tendré jefe con intereses económicos y políticos”.
Menos de seis meses después, volvió a Caracol –del conglomerado mediático español Prisa- a dirigir el programa de 12 a 3 de la tarde de la W Radio, con Julio Sánchez Cristo como jefe.
Un mundo estrecho
En ese video, Vicky le contó a su audiencia que durante todo ese tiempo ningún medio tradicional le había ofrecido trabajo.
“Algunos empresarios y colegas me dicen en voz baja que temen contratarme porque pueden venir retaliaciones del presidente Juan Manuel Santos. Que espere dos años, que en dos años todo va a cambiar”.
Sin embargo, menos de un año después Sánchez Cristo la llamó en octubre y le ofreció volver a la radio. Ya el país había salido del plebiscito; el Presidente se había ganado el Nobel; la Fiscalía le había cerrado el caso al general Rodolfo Palomino porque no había encontrado evidencias de que fuera parte de la ‘comunidad del anillo’ como lo habían denunciado Vicky y su equipo; y recién arranca la carrera para la sucesión de Santos con Vargas Lleras y el de Uribe entre los punteros. Vicky le dijo que sí.
No lo tuvo que pensar dos veces.
A pesar de tener dos millones y medio de seguidores de twitter; más de 5 veces los suscriptores de la Revista Semana; y que sus videos estaban siendo vistos por más gente de la que lee la sección política del Espectador.com, Dávila no había podido volver rentable su experimento digital. Y ella vive de su salario.
En Estados Unidos, Europa y Asia, periodistas con el reconocimiento de Vicky han podido monetizar su firma e independizarse de los medios tradicionales.
La experiencia de Dávila demostró que hacer eso es más difícil por estas tierras.
Por un lado, mientras la blogosfera en muchos sitios es el lugar privilegiado para el debate político, en Colombia gran parte del escaso debate que se da alrededor de los temas públicos ocurre principalmente en los programas de radio.
Por otro, la pauta digital está monopolizada por unas centrales de medios manejadas en su mayoría con unos incentivos que privilegian a los medios grandes.
Estos medios les pagan a las agencias de publicidad una comisión (a veces hasta el 25 por ciento) sobre la pauta que les envían (y otro tanto si pasan un techo). Entonces, para estas centrales a quienes los grandes anunciantes contratan para distribuir la pauta es más rentable invertir en pocos medios y de mucho tráfico que en páginas de nicho, así éstas le lleguen a públicos interesantes para sus clientes.
Si bien es cierto lo que dijo Vicky en su programa digital de que “las últimas encuestas revelan que los colombianos cada vez menos creen en los medios de comunicación tradicionales”, no aplica lo mismo para los anunciantes. O no todavía.
El trámite del contrato con la W duró mes y medio, el 16 de diciembre Vicky firmó el contrato con Caracol y el 16 de enero estaba en la cabina tras una campaña de expectativa en varios medios tradicionales sobre su regreso.
‘Julito’, el amigo de Santos, le abrió de nuevo las puertas del Establecimiento a Dávila.
El nuevo programa
Vicky volvió con el equipo que había sido despedido con ella. Volvió con Juan Pablo Barrientos y Jairo Lozano, que eran sus manos derechas en la FM.
En la primera semana que acaba de pasar, Vicky entrevistó al jefe guerrillero de las Farc ‘Timochenko’ y en el estilo más conversado y relajado del nuevo programa de mediodía le preguntó hasta por el último regalo del ‘Niño Dios’ que recordaba. Consiguió, inclusive, una primicia: Timochenko dijo que Humberto de la Calle “se merecía ser candidato presidencial”.
El Programa tiene como elemento innovador que es transmitido por Facebook live y que busca una mayor interacción con las redes sociales. Más allá de eso, y de la presencia del periodista veterano español Rafael Manzano que le da el toque W, el programa por ahora no se diferencia drásticamente ni en formatos ni en temáticas de otros radiales de su tipo.
“Es como si la FM reviviera”, dice el crítico de medios Omar Rincón.
Rincón cree que en ese horario de la tarde, sobre todo, podría aprovechar que las agendas domésticas de la gente son muy ricas y las públicas muy pobres para apostarle más a las primeras con otros formatos. “Las segundas oportunidades son para reinventarse”, dice.
La reinvención seguramente vendrá con los meses. Por ahora, el restablecimiento.