Este lunes se conocerá el candidato o la candidata del Centro Democrático. Independientemente de quién gane, el uribismo ha pasado de ser la locomotora de la derecha durante las dos últimas décadas a convertirse en su vagón de cola para el 2022. Y si gana María Fernanda Cabal la nominación de su partido, la derecha podría llegar dividida a la primera vuelta.
La situación del uribismo es una paradoja. Álvaro Uribe es de lejos el político con mayor capacidad de endosar votos y es uno de los pocos personajes del país que tiene capacidad de poner temas en la agenda nacional; tienen una poderosa caja de resonancia en la revista Semana; el Centro Democrático es el partido con mayor representación en el Senado; y, además, tiene el gobierno.
Sin embargo, y a pesar de tener actualmente todos esos factores de poder de su lado, la nueva coalición de derecha que se vio reforzada esta semana por la decisión del exalcalde barranquillero Álex Char de entrar en la contienda electoral se ha dado el lujo de anunciar su conformación sin esperar a que el Centro Democrático escoja a su candidato.
Un hecho que no pasó desapercibido por los uribistas.
Las dudas
El viernes, los exalcaldes Enrique Peñalosa, Álex Char y Federico Gutiérrez, la exgobernadora Dilian Francisca Toro, el candidato conservador, David Barguil, y el exministro santista Juan Carlos Echeverry anunciaron que irán juntos a una consulta en marzo como parte de una coalición que denominaron Equipo Colombia.
Hicieron el anuncio de la coalición tres días antes de que se conozca el candidato del Centro Democrático, y en su comunicado, no lo invitaron ni lo mencionaron. Fue un silencio discutido y deliberado.
La Silla Vacía consultó las campañas de los exalcaldes Enrique Peñalosa y Federico Gutiérrez, del exministro Juan Carlos Echeverry, de la exgobernadora Dilian Francisco Toro y del candidato conservador, David Barguil, y por ahora hay un acuerdo casi unánime para no incluir al candidato uribista en la consulta de marzo.
Hay dos excepciones. Está Fico Gutiérrez, que ha abogado por no excluir al uribismo —sobre todo si gana Zuluaga— porque la amenaza de un triunfo de Gustavo Petro sería muy peligrosa para el país; y Álex Char, con cuya campaña no hablamos, pero según dos fuentes cercanas es el más inclinado a incluir al candidato de Uribe en la consulta por la cercanía que tiene Fuad Char, el papá de Álex con el expresidente.
Los demás miembros de la coalición se inclinar por llegar solos a primera vuelta, particularmente si quien sale favorecido el lunes con el mecanismo de selección interna del partido es María Fernanda Cabal.
“Con Zuluaga se puede hablar, con María Fernanda sería más complicado”, nos dijo uno de ellos, que como los demás habló off the record. Uno más agregó: ”Yo no veo apetito por los extremos. Si el uribismo escoge a María Fernanda Cabal se va a quedar solo”.
En esto, Char también sería la excepción. Hace tres semanas, Fuad estuvo con María Fernanda Cabal y su esposo, José Felix Lafourie, y otras parejas en la casa del hermano de Fuad en Cartagena. Es decir, que si hay un veto a Cabal no vendría por parte de la casa costeña.
Al final, después de hablar con las campañas, lo que queda claro es que el filtro que aplicarán para decidir si entra el uribista no es de tipo programático o de principios. Como nos dijo uno de ellos “de lo que se trata es de ganar”. Y particularmente, de ganarle a Gustavo Petro, el candidato de izquierda.
Todas las campañas dijeron a La Silla que un triunfo suyo sería una amenaza a la democracia.
Las razones para no ir con Uribe
El cálculo que todos están haciendo es qué aumenta sus posibilidades de ganarle a Petro: si ir aliados con el candidato del Centro Democrático desde las consultas de marzo o más bien derrotar al candidato uribista en primera vuelta sabiendo que —de cualquier manera— contarán con el decisivo apoyo del expresidente Uribe en la segunda.
Entre los argumentos para dejar al Centro Democrático por fuera de la foto de la coalición está el desprestigio del expresidente Uribe y del presidente Iván Duque.
“El argumento es que cualquier cosa que sea Uribe-Duque-Centro Democrático marca el odio del elector en niveles similares a Petro”, dice el analista político Carlos Suárez.
Después de que la Corte Constitucional votó en contra de la tutela que habría permitido a la Fiscalía precluir rápidamente su proceso penal, el ex presidente Uribe seguirá cargando a cuestas la acusación de que torció los testigos a su favor durante todo el 2022. Y encima, vienen las nuevas revelaciones que surjan del caso de los falsos positivos en la JEP y en la Comisión de la Verdad y que golpearán su legado.
Estas sombras, unidas a la baja popularidad de Duque —que ha demostrado tener un teflón frente a la reactivación de la economía y la recuperación post-covid— seguirán alimentando el antiuribismo que se ha convertido en uno de los grandes movilizadores de Gustavo Petro.
Más allá de si meten o no al uribismo dentro de la coalición, no les quedará fácil marcar una distancia creíble frente al Gobierno: el Partido Conservador de David Barguil ha sido un aliado de Duque desde que fueron elegidos en coalición y, además, un beneficiario directo de la mermelada como la del programa Sacúdete; lo mismo la U, de Dilian Francisca Toro, o el grupo de Char, que tiene varios funcionarios de primer nivel en el gabinete; Fico es el candidato favorito del Presidente, como lo ha hecho saber Duque en sus discursos; y Peñalosa es uno de los pocos personajes públicos que ha defendido abiertamente a Duque, quien, a su vez, ha encontrado en el equipo de la Alcaldía de Peñalosa una cantera de funcionarios para su gobierno.
También está la sospecha de que el mismo Uribe quiere que su candidato salga de esa coalición de centro derecha y no de su partido Centro Democrático porque es consciente de que así tendrá más chance de volver a poner Presidente.
En todo caso, si compiten contra el candidato uribista para llegar a la primera vuelta sí le quedará más difícil a sus rivales marcarlos como los de Uribe, como lo intentó automáticamente Petro cuando anunciaron la coalición.
Al final, en todo caso, la realidad política se terminará imponiendo. Tanto Cabal como Zuluaga han sido explícitos en que buscarán ser parte de la coalición de centro derecha. Y si el próximo año las encuestas demuestran que no tienen un chance de llegar a la segunda vuelta separados terminarán uniéndose.
Lo que sí es un hecho ya es que la decisión de Char de lanzarse logró en 48 horas lo que no habían logrado en meses: aglutinar a todos los aspirantes de la centro derecha para una foto en la que excluyeron al candidato del uribismo.