Después de la masacre ocurrida en la finca El Nilo en el Cauca en 1991, en la que murieron 20 indígenas asesinados por fuerza de la Policía, el gobierno se comprometió a entregarle a la comunidad Nasa unas 12.000 hectáreas como compensación. La promesa se había quedado en sólo eso hasta hace poco cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos estaba por condenar al Estado colombiano por el crimen y, durante el gobierno de Álvaro Uribe, se comenzó la restitución de tierras. Sin embargo, aún faltan más de 2.000 hectáreas por ser entregadas y varios representantes indígenas están negociando con el Viceministro del Interior Aurelio Iragorri esta restitución.

En una reunión reciente, Iragorri les confesó a los representantes indígenas que él sabía que ellos lo veían como parte de la élite caucana, pues su familia ha tenido una larga tradición terrateniente en el departamento. Sin embargo, les aclaró que a su familia sólo le quedan 18 hectáreas de tierra y que, ahora, de terratenientes tienen poco.