Cuando Carolina Cárdenas, de 25 años, supo que se había ganado 40 millones de pesos para su emprendimiento de helados veganos en Soacha pensó que iba a dejar atrás lo peor de sus penurias durante la pandemia. “ Ya no tendría que despedir gente y estaba super ilusionada porque con ese dinero podía pensar en crecer más”.
La plata, que le iban a entregar en especie, venía de una convocatoria que hizo la Alcaldía de Soacha, el año pasado, llamada “Reactiva tu emprendimiento”. Se trata de un programa de 1.400 millones de pesos en estímulos para los empresarios más pequeños de un municipio donde el 67 por ciento de las personas vive en condición de pobreza.
La familia de Carolina, hija de un conductor de bus, no tuvo recursos para pagarle la universidad. Estudió en el Sena, trabajó en Andrés Carne de Res, un restaurante elegante de Bogotá, y luego montó su emprendimiento. La idea de los helados veganos vino de ver a su tía perder una pierna por la diabetes.
La ilusión de recibir apoyo creció aún más en diciembre de 2020, cuando el mismo alcalde del municipio, Juan Carlos Saldarriaga, le entregó un cheque simbólico en un publicitado evento. A más tardar en febrero, le dijeron, tendría un congelador, balanza, una estantería en acero inoxidable y otros ingredientes que pidió para hacer sus helados y que sumados daban 40 millones de pesos.

Cuatro meses después no le habían entregado nada. El socio de la empresa que la Alcaldía de Soacha delegó para ejecutar el premio, Cristian Erazo, la empezó a llamar.
“En abril Cristian y yo fuimos al centro comercial Gran Plaza de Soacha. Me dijo: ‘Tu congelador está muy complicado de comprar. Hagamos algo. Te doy 30 millones en efectivo porque eso fue lo que aprobó la Alcaldía y cerramos esto’. No me gustó la propuesta, pero acepté”, dijo Carolina. “Pero después me llamó Diego Castañeda, su socio, y dijo que solo me daba 25 y ahí ya me pareció muy descarado”, cuenta.
Luego, en julio, Cristian la citó en una bodega en Soacha, a donde Carolina fue con Andrés Jiménez, un amigo. “Me abrió un señor sin camisa, en chanclas y sin tapabocas. Estaba tan oscuro que no fui capaz de seguir”. Carolina recuerda que la atendió Alejandro Matiz, salió y la llevó a una panadería. Le pidió que recibiera una parte de las cosas, esta vez sí en especie, y que le firmara un paz y salvo. “Todo me pareció tan informal que no acepté”.
“Uno cree que nunca le va a pasar que lo quieran robar tan de frente”, agrega. No es la única.
“Reactiva tu emprendimiento”, el programa de la Alcaldía, seleccionó por concurso a dos grandes ganadores de un premio de 40 millones, una de ellas Carolina, y a 10 con siete millones de pesos. De estas 12 personas, cinco contaron historias similares. Otras 305 personas iban a recibir estímulos por entre uno y cuatro millones de pesos.
Contexto
La convocatoria
Para gerenciar la iniciativa y entregar los premios, la Secretaría de Planeación de Soacha contrató por 1.103 millones de pesos, el equivalente al 71 por ciento de la plata que iba a repartir, a otra entidad. Se trata del Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca (Fondecún), vinculado a la Secretaría de Planeación de la Gobernación de Cundinamarca y que tiene contratos con varios municipios del departamento y con Bogotá.
Fondecún, a su vez, contrató a otra entidad para que ejecutara el proyecto, a través de la modalidad de subasta inversa, que escoge la oferta más económica. El ganador fue Diego Alfonso Castañeda Leguizamón como persona natural por 1.096 millones de pesos. Castañeda tiene una experiencia de más de 15 años en la compra y distribución de insumos y ha trabajado con entidades como el Ejército y la Policía.
Su socio, Erazo, es a quien Carolina Cárdenas acusa de haberle hecho la propuesta de recibir menos del dinero que le correspondía en efectivo. “Me propuso que me entregaba 25 millones en efectivo (de los 40 que se había ganado), porque todo estaba muy demorado y que además ellos estaban incurriendo en otros gastos como IVA y logística”, dijo Carolina a La Silla.
Erazo, por su parte, lo niega: “Nunca he tenido contacto con los ganadores. No sé de dónde sacan eso”, afirmó.
Sin embargo, Carolina, la emprendedora de los helados, guardó los audios con los que Erazo coordinó sus citas. “Yo te recojo y vamos charlado”, dice en uno de ellos. Hay otro más, y varios chats adicionales.



La propuesta del operador del concurso, Cristian Erazo, para cambiar lo que habían prometido se repitió entre los otros denunciantes.
Lo mismo le pasó a la segunda concursante que ganó el otro gran premio de 40 millones. Ella pide no ser identificada porque aceptó recibir lo que le dieron. Pero en un chat que sostiene con Carolina le cuenta que Cristian le hace una propuesta similar.
Al final, ella le dijo a La Silla que recibió 28 millones en especie, de los 40 que se ganó. Es decir, un 30 por ciento menos. Ella y Carolina denunciaron ante la Alcaldía y Carolina va denunciar en la Procuraduría.
Pero las denuncias siguen entre los ganadores de los siguientes premios más grandes.
Diana Moncayo ganó siete millones para fortalecer su emprendimiento Entúlate, un proyecto de confección de tulas con diseños exclusivos. Hizo varias cotizaciones y al final mandó un listado con lo que necesitaba. Aún no ha recibido el premio.
“Hace unos días me llamó Alejandro Matiz (quien trabaja con Diego Castañeda y Cristian Erazo) y me dijo que no me iban a entregar todo porque había descuentos de IVA, de logística, de transporte y que la Alcaldía no tuvo en cuenta eso es gastos”, cuenta ella. Fue a la bodega para ver qué le iban a entregar.
Luego, se repite la escena de la bodega. “Me abrió un señor sin tapabocas y con desgano me dijo que entrara rápido. Me dio miedo porque la bodega es oscura, pero entré”. Moncayo asegura que decidió no llevarse lo que le iban a entregar porque según sus cálculos le faltarían 3 millones de pesos, el 40 por ciento de su premio.
Según ella, le iban a dar una máquina de coser mecatrónica que vale, según la cotización que hizo La Silla, entre 1,2 y 1,7 millones de pesos. También dice que le iban a dar un rollo de 100 metros de tela náutica, unos hilos, un juego de reglas y de tijeras.
Pero Moncayo había pedido tres máquinas de coser porque así le iba a poder generar empleo. “Justo me gané el premio porque dije que iba a dar trabajo a otras dos personas”, recuerda.
“Tampoco me dejaron tomar fotos de lo que me iban a entregar, ni me iban a dar recibos o un acta o alguna cosa que costara nada (…) Creerán que como somos de Soacha, inocentes, entonces quieren venir a aprovecharse”.
Mientras sigue a la espera de poder reactivar su negocio, está vendiendo productos de revistas para mantener a su hijo y trabajando en oficios varios.
Premios incompletos
La Silla también conoció el caso de otras dos personas que recibieron premios que cuestan menos de lo que les habían ofrecido.
Disney Arias, dueña de un negocio de confección de maletas y elementos deportivos, dice que “después de tantas demoras y de ver que tanta gente se quejaba de no recibir, decidí aceptar porque, como ellos mismos dicen, ‘peor es nada’”.
Arias recibió una ribeteadora, una termofijadora y una impresora. La Silla hizo la cotización de estas tres máquinas y el costo más alto es de 5.290.000 pesos. Los descuentos habrían sido de al menos el 24 por ciento.
Heidy Reyes tiene un emprendimiento de croché, un tipo de tejido con el que elaboraba ropa para bebé y para mascotas. Era una de las mujeres que iba a recibir un estímulo por entre uno y cuatro millones de pesos. Hoy no ha recibido nada.
El esposo de Heidy trabaja en una empresa de transporte, pero no le alcanza para cubrir los gastos de la casa y a la vez pagar las terapias de su hijo, quien sufre de hiperactividad. Mientras tanto, ella está trabajando en varios oficios.
Otro de los ganadores de siete millones de pesos que no quiere ser identificado dijo solo después de que amenazó con denunciar en medios la situación recibió parte del premio hace dos semanas.
Tanto Heidy como este último se quejan de no poder reclamar en dado caso de que algo salga mal.
Según el contrato los implementos que compraran debían tener una garantía de seis meses, pero los ganadores no tienen cómo hacer valer esa garantía.
Erazo aseguró a La Silla que si llegan a tener un inconveniente podían comunicarse con ellos. “De hecho ya hemos tenido que cambiar dos máquinas y lo hemos hecho sin problema”, dijo.
Pero incluso a los que les fue bien, como Freddy Benavides, se quedaron extrañados por no tener un papel o una factura. Freddy tiene una compañía de teatro desde hace 28 años llamada Taller Teatro.
Pidió una cámara, unas luces y un micrófono para poder compartir su trabajo en plataformas digitales. “Todo me lo entregaron. Mi único reparo son las demoras, que no te entregan un acta o algo que conste lo que te están entregando y la falta de claridad con los participantes”.
El operador, Erazo, dice que frente a la evidencia de los ganadores de que fueron contactados por él insiste en que “no he hablado con ningún participante, mucha gente conoce mi nombre, no sé si alguien lo usó”. También dice que esta semana terminarán de entregar todos los premios, que debieron entregar en febrero.
Su socio, Castañeda, ha pedido tres prórrogas. Dos de ellas porque aseguran que conseguir el listado de las cosas que han pedido los concursantes no ha sido una tarea sencilla. Y una tercera porque el paro, según dice, afectó la entrega y los precios de algunos utensilios.
La Alcaldía de Soacha ha encontrado razonables las prórrogas y le dio plazo hasta el 9 de julio, un plazo que también se venció.
Frente a estas denuncias, el alcalde de Soacha, quien posó con los ganadores, dijo no conocer “el estado actual del convenio” y nos remitió con Fondecún.
Javier Salcedo, gerente de Fondecún, dijo que iban a revisar el caso porque no le cuadran esos descuentos: “Por más descuentos que hicieran, nunca iban a ser 12 millones los que le resten a alguien que se ganó 40 millones”, dijo. Agregó que están dispuesto a revisar caso por caso, que es normal que haya inconvenientes y que “son solo unas cuantas personas las que se están quejando de 317”.
Para Diana, de Entútale, “lo que hicieron fue jugar con la necesidad de la gente con los sueños y las personas de Soacha”.