La visita del presidente Petro a China no dejó claro cómo hacer realidad su obsesión de construir un tramo subterráneo del metro de Bogotá. El tema doméstico, que fue protagonista de la visita de Estado del presidente a China, se discutió con empresarios del consorcio Metro Línea 1, pero no con el presidente chino, Xi Jinping. 

En temas de política exterior, los resultados fueron modestos. Pese a la invitación de China, Petro no suscribió a Colombia en la iniciativa de la Franja y la Ruta, la apuesta más grande de política exterior de ese país para invertir en infraestructura y otros temas de cooperación en más de 150 países del mundo.

El riesgo de deteriorar las relaciones con el gobierno Biden, tensas por sus trinos sobre Israel, pesó para mantener la distancia con China.

Eso no significa que no haya habido avances entre los dos países, que elevaron sus relaciones al nivel de “asociación estratégica”. Este es un paso para que las relaciones chinas dejen de ser solamente comerciales con Colombia, que es considerado por expertos como el país de Suramérica que tiene las relaciones más distantes, y fue el último en adquirir este nivel de relación. Es también un hito que reseñan medios internacionales por firmarse con un sólido aliado de Estados Unidos en la región.

Después de una reunión que comenzó hacia las 5 de la mañana hora de Colombia, los dos países anunciaron 12 acuerdos de cooperación, entre los que están:

A pesar de esto, para Lina Luna, sinóloga y directora de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, “fue una visita vacía, desperdiciada y bastante improvisada, sin mucha claridad en los objetivos. El cubrimiento noticioso ha sido mínimo. La semana pasada vino el presidente de Argentina y estuvo en todos los medios, a mí me ha costado encontrar información sobre la visita de Colombia”, dice desde Xinjiang al noroeste de China.

El metro, la obsesión de Petro que viajó a China

Durante dos eventos públicos del “Gobierno Escucha” en Bogotá, que fueron vistos como un intento por impulsar la candidatura de su alfil Gustavo Bolívar, Petro advirtió que hablaría del metro subterráneo con Xi Jinping: “Tengo entrevista con el presidente chino y hablaremos del Metro de Bogotá en Pekín (…) veremos qué dice el jefe de Estado chino sobre estos temas”, dijo desde Kennedy. Incluso en la nota de prensa de la Presidencia publicada este martes, se aseguraba que el metro estaba entre los temas de la agenda de los dos presidentes.

Pero lo cierto es que, según la declaración conjunta, los dos presidentes no hablaron del tema.

Lo que sí hizo Petro fue reunirse con cuatro directivos de la de la empresa CHEC (China Harbour Engineering Company Limited), que tiene la mayoría de acciones del consorcio que construye el metro de Bogotá y que se ganó la licitación abierta por la alcaldía de Enrique Peñalosa en 2019.

La declaración de Petro, según la cual hay viabilidad técnica y jurídica sobre cambios en la construcción del metro, se estrella con la advertencia de la alcaldesa, Claudia López, y de los candidatos a la Alcaldía, que han dicho que no van a modificar el trazado del metro que se está construyendo.

Lo que sugiere el presidente, después de hablar con los empresarios chinos, es que la primera línea del metro tenga dos fases, una elevada y otra subterránea. Esta última tendría que licitarse de nuevo, lo que implica extender los tiempos de la obra, así el presidente lo niegue. 

Y, según su propuesta, ese cambio tendría una financiación del 100% de gobierno nacional, con lo que dice la ciudad podría dedicarse a construir “escuelas, hospitales y vías”.

“Es un capricho que nos deja mal parados. Esa es una concesión que ya se firmó e insistir en el tema nos hace quedar como un país desordenado en su planeación. A Petro le explicaron que no era un tema para hablar con el presidente chino”, dice la profesora Luna.

Y aunque el presidente dijo desde China que sería “una tontería” no hacer el metro subterráneo en Bogotá, la realidad es que Petro viajó hasta China y habló con los representantes del consorcio para llegar a la misma conclusión: que solo el alcalde, como firmante del contrato, puede tomar la decisión de hacer o no el metro que él considera es mejor para la ciudad.

Ahora ni Bolívar le hace eco a Petro con el metro

“El pronunciamiento del metro fue para una audiencia doméstica, para dar cuenta de que sigue siendo un tema de conversación, pero no es un tema que esté a nivel de Estado entre China y Colombia”, dice Parsifal D’Sola, director del Centro de Investigación Chino Latinoamericano de la Fundación Andrés Bello. 

Sin embargo, a pesar de la cercanía con la elección del domingo, dentro de Colombia  tampoco han tenido impacto las declaraciones de Petro desde China, salvo unos concejales del petrismo y la jefe de prensa de la Casa de Nariño, quienes insisten en la idea de que el metro debe ser subterráneo.

La posición de la alcaldesa Claudia López desde antes de la visita del presidente a Pekín era que esas reuniones no tenían la facultad de modificar el trazado del metro licitado en 2019, por lo que en una sutil intervención en la campaña. Insistió que lo que debían decidir los ciudadanos el 29 de octubre era, entre otras cosas, si se paraba o no el metro de Bogotá. Un eslogan con el que hace campaña su partido, el Verde, contra el partido del presidente Petro.

Gustavo Bolívar, el candidato del Pacto Histórico a la Alcaldía, no ha reaccionado a la declaración del presidente ni ha reposteado los trinos de Petro explicando su nueva propuesta sobre la construcción del metro en dos fases. 

Aunque en un debate de RCN Televisión había dicho que estaría dispuesto a cambiar el metro dependiendo de la reunión en China, a comienzos de semana firmó en una notaría que se comprometía “a seguir el cronograma (del metro) que le entregue la actual administración”.

Petro, el cuidadoso con Estados Unidos

Una de las expectativas sobre la visita de Petro a Pekín era si firmaría la adhesión de Colombia a la iniciativa de la Franja y la Ruta, que acompañan todos los países de América del Sur a excepción de Paraguay, que no lo está porque mantiene relaciones con Taiwán. 

Pero en la extensa declaración conjunta de los dos países no quedó esa adhesión, ni siquiera un compromiso para ponerle fecha a que Colombia firme el memorial de entendimiento para sumarse a esta ambiciosa estrategia de cooperación de China. Aunque, según D’Sola, ve como una posibilidad que la adhesión colombiana podría darse el próximo año.  

Justamente la relación con Estados Unidos es una de las talanqueras que pudo persuadir a Petro de no alinearse con China en esta iniciativa en la que si bien están muchos países de la región, solo se suscribió uno del G7, que es Italia. La cautela choca con la promesa de Petro de alejarse de lo que llamó una “supeditación” diplomática a EE.UU.. 

La iniciativa china de la Franja y la Ruta ha prendido las alarmas de los países de Occidente, al punto que el presidente Biden la calificó como “la deuda y la soga”, para ilustrar el sobreendeudamiento que ha significado a los países que han construido megaproyectos con China. 

El contrapeso lo lanzó en 2021, con una propuesta bautizada como Build Back Better World (Reconstruir un mundo mejor) para darles financiamiento a países en desarrollo no solo en infraestructura, sino también en salud y tecnología.

Las críticas a la Franja y la Ruta por las deudas que están teniendo países con ingresos bajos como Pakistán, Kenia, Mongolia, Sri Lanka y Laos, la han extendido medios como The Economist, que en un corte de cuentas sobre la iniciativa que acaba de cumplir 10 años escribió que este no es un Plan Marshall: “lo que muchos en Occidente ven detrás del velo es un intento de China de vender un modelo alternativo de desarrollo que evita la democracia y crea un mundo seguro para los dictadores”.

Pero otra visión tiene Luna, quien cree que fue un error de Petro no incluir a Colombia en la iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que a su juicio envía un mensaje a China de que como país no confiamos lo suficiente en ellos.

Los riesgos para la relación con Estados Unidos estarían si el intercambio con China se extiende a temas militares y de seguridad, según Luna, que recuerda que esa firma no ha afectado la posición de otros países de la región con Washington.

Además, a juicio de Luna, las estrategias de Petro con China para renegociar la deuda, equilibrar la balanza comercial y que Colombia esté en los planes de ese país para construir infraestructura ferroviaria que conecte los océanos Pacífico y Atlántico, se pueden quedar cortas por no haber suscrito la iniciativa de la Franja y la Ruta. “Cuando China vaya a pensar a dónde llevar tecnología de punta e inversión extranjera, lo hará con los países con los que tiene mejores relaciones”, dice.

La visita a Pekín demostró que a pesar de que Petro habla mucho de multipolaridad, sigue siendo cuidadoso de no sacrificar las relaciones con el socio principal Estados Unidos. Es decir, que las similitudes con Duque, que estuvo en China en 2019, no fueron solo con la ofrenda floral que le llevaron ambos a Mao.