Hay datos clave en los temas que abordó, que de haber incluído, habrían cambiado el panorama que pintó.

El presidente Iván Duque habló esta tarde en la conmemoración de los 75 años de las Naciones Unidas. Su discurso, como es normal allí, fue un vistazo general del país, pero dejó por fuera datos que son importantes y conocidos en los temas que eligió, que de haber contado habrían cambiado el panorama que pintó.

Aquí las principales cosas que dejó de lado en los asuntos que abordó:

El multilateralismo que reclama está en duda

Duque aseguró que Colombia es un claro ejemplo de “una larga tradición de participación en los escenarios multilaterales” y que tiene “un compromiso regional en la bu?squeda de soluciones conjuntas”.

Pero lo hizo justo cuando sus acciones en las últimas semanas van por otro lado y es muy probable que los demás jefes de Estado presentes, o sus asesores, lo tuvieran claro.

El principal quiebre en las relaciones internacionales fue el apoyo público y vocal al candidato de Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone, a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Como explicó la académica Martha Ardila en esta entrevista con La Silla Académica, el cargo siempre había estado en manos de un latinoamericano como una manera de reducir las asimetrías en la relación con EEUU (en un sistema interamericano que encabeza la OEA, que tiene sede en Washington).

Argentina, Costa Rica y México, y varios expresidentes latinoamericanos pidieron postergar la elección por el covid, con lo que se abría la posibilidad de que un nuevo gobierno en EEUU retirara la candidatura.

Pero fue la Cancillería colombiana la que respondió a esa propuesta con una carta de 17 países pidiendo mantener la fecha, rompiendo la posibilidad de una unidad latinoamericana para poner un candidato propio.

Así, reforzó de un lado la ruptura de la región en dos bloques que lideró con el “cerco diplomático” a Venezuela (que apoyaron en general los gobiernos de derecha, como pasó con la firma de la carta) y privilegió la relación bilateral con EE.UU. sobre un multilateralismo latinoamericano.

La deforestación no pinta tan bien como mostró

El Presidente dijo que ha “dado una lucha contra la deforestación como en ningún otro momento de la historia”.

En efecto, las cifras de deforestación han bajado desde que llegó a la Presidencia pues en 2019 se talaron poco más 38 mil hectáreas de bosque menos que en 2018.

Pero la deforestación sigue disparada: en 2019 fueron 158.984 hectáreas, un área un poco menor que la extensión de la Bogotá urbana y rural (Sumapaz).

Además, su estrategia Artemisa, que mencionó en el discurso, no ha tocado a quienes están talando los bosques; la siembra de los 35 millones de árboles que rescató tampoco revierte la deforestación (sólo en la Amazonía, entre enero y abril se habían talado más árboles de los que ha sembrado el Gobierno en los dos años) y, como contamos, en zonas como Chocó y Norte de Santander, ha aumentado la tala.

La implementación no es tan maravillosa

El Presidente destacó que su Gobierno “está beneficiando a más de 6 millones de compatriotas en sus territorios, con una inversión que supera los 780 millones de dólares, apoyando a los más de 13.500 excombatientes”.

Pero esto tiene varios vacíos.

Si bien Duque sí ha invertido en las zonas más afectadas por la violencia, a través de los Pdet, la Comisión de Paz del Congreso encontró que para cumplir con el Acuerdo debería sumar 4,67 billones en ellos pero Duque solo ha invertido 141 mil millones en obras Pdet en los dos años de su Gobierno.  

El informe muestra que sumando otras fuentes como Obras por impuestos y Sistema General de Participaciones, está invirtiendo un tercio de lo que debería invertir en los Pdet, con lo que la implementación durará 40 años y no 15.

Por el lado de la reincorporación, aunque ha apoyado a más de 13 mil excombatientes, el 71,3 por ciento de ellos no ha recibido la plata para adelantar un proyecto productivo, como dice el Acuerdo, pero, sobre todo, hasta el 30 de julio de 2020 habían sido asesinados 222 de ellos.

Hay asesinatos de líderes y una reparación lenta

“Quiero aprovechar este espacio para honrar a las víctimas de la violencia en mi país. Igualmente que quiero exaltar la labor de quienes todos los días realizan los millones de esfuerzos que son necesarios, esfuerzos que los hacen realidad líderes y lideresas sociales que construyen una sociedad más digna, más generosa y que, a pesar de las dificultades, no cesan en su empeño de construir un país para todos.” dijo el Presidente.

En ninguno de los dos casos contó de las enormes dificultades: frente a las víctimas ha acelerado un poco la reparación pero el promedio anual de familias indemnizadas al año es de apenas 103 mil, cuando hay 7 millones de víctimas que tienen derecho a ese beneficio y a este ritmo la reparación tardará 43 años.

Y frente a los líderes sociales, no contó que están siendo objeto de asesinatos casi diarios: van al menos 555 en los últimos cuatro años (muchos de ellos en masacres que Duque no ha querido denominar como tal) y cuya estrategia para prevenirlas es criticada por expertos en el tema como insuficiente y hasta contraproducente, como explicamos en esta historia.