El mismo día que los funcionarios de la administración del presidente Gustavo Petro estaban moviendo sus fichas para consolidar la coalición de Gobierno, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se reunió con el Centro Democrático para hablar de la reforma tributaria.
Pese a que ese partido es uno de los que es abiertamente de oposición y ya han dado algunas puntadas en contra de la tributaria, Ocampo dedicó dos horas del pasado miércoles en Casas de Santa Bárbara, una casa colonial que funciona como anexo al Ministerio de Hacienda, a un grupo de congresistas del partido que fundó el expresidente Álvaro Uribe Vélez. El encuentro fue citado justo antes de una reunión de ponentes de la tributaria, a 700 metros del Congreso. En un solo día, el ministro de Hacienda de Gustavo Petro se vería con más de cincuenta congresistas para discutir una reforma tributaria que ha roto con la tradición.
A diferencia de las reformas pasadas, que se iban construyendo con propuestas tanteando la opinión, reuniones a puerta cerrada con gremios y solo hasta final del año terminaban aterrizadas en un articulado en el Congreso, Ocampo presentó la suya completa el 8 de agosto. Esto le da un tiempo adicional al ministro y a su equipo para debatir y negociar el proyecto de ley. Y a los congresistas la opinión para escrutar el proyecto.
Ocampo, que en el último tiempo había estado dedicado a la academia en la Universidad de Columbia, como uno de los economistas más prestigiosos de América Latina, atendió pacientemente, junto a Luis Carlos Reyes, director de la Dian y otros miembros de su equipo, los pedidos de los congresistas uribistas.
Entre las peticiones que se escucharon ese día estaban los de ajustar los impuestos a los dividendos; las exportaciones de oro, petróleo y el carbón; las ganancias ocasionales; el valor intrínseco al patrimonio y la deducciones por las regalías, cuenta Ciro Alejandro Ramírez, senador del Centro Democrático que estuvo en el encuentro.

Ante algunas de esas peticiones, que eran parecidas a las de otros sectores, Ocampo empezó a aflojar y dijo que revisaría lo planteado con respecto a los dividendos y las ganancias ocasionales.
Esa fue la primera reunión pública del día, pero antes Ocampo ya había dejado algunas instrucciones a su equipo, dado que el resto de su agenda está concentrada en el Congreso.
“Está conectado todo el tiempo y a uno le empiezan a llegar correos desde las 4 o 5 de la mañana porque él sabe que después tiene reuniones en el Congreso”, cuenta una persona que ha trabajado de cerca en el proceso y que pidió no ser citada para hablar las minucias del trabajo de Ocampo.
Las largas reuniones con congresistas, empresarios y dirigentes gremiales han sido las protagonistas en la agenda del ministro de Hacienda desde que llegó al cargo, hace un poco más de un mes. “Ocampo puede durar hasta cinco horas seguidas en reuniones. Y está de frente liderando todos los procesos del ministerio, sin hacer micromanagement”, cuenta otra persona que conoce el trabajo del académico.
Ocampo, que nació en Cali, lleva casi toda la vida en la academia y en organizaciones multilaterales. Como profesor y estudiante ha estado vinculado a Columbia y Yale. Fue secretario de la Cepal en 1998, y en 2003 su prestigio lo llevó a ser candidatizado para dirigir el Banco Mundial. Antes, en Colombia, había vivido varios años alrededor del sector público, primero como ministro de Agricultura en la administración de César Gaviria en 1993, y luego como director del Departamento Nacional de Planeación y ministro de Hacienda en el gobierno de Ernesto Samper.
Casi tres décadas después, Ocampo vuelve a las lides dispendiosas del trámite legislativo con la primera gran reforma de Petro, que incluye un diálogo intenso con personas muy distintas a los pares académicos con los que llevaba años conversando en Nueva York.
La noche con los liberales
Pasadas las 7 de la noche, Ocampo tuvo que atravesar la ciudad, en medio del tráfico bogotano, para llegar a la casa de César Gaviria en el oriente de la capital. Había al menos 25 congresistas liberales esperando al ministro, un día antes de que el partido Liberal decidiera si se declaraba de coalición de Gobierno o no.
En el encuentro, en el que sirvieron pasabocas que sirvieron de cena para algunos, los liberales pudieron discutir con Ocampo algunos de los puntos que les preocupaba de la tributaria.
Unos congresistas del Eje Cafetero le pidieron a Ocampo revisar los artículos de la reforma tributaria que eliminan las exenciones a los cafeteros. Otros pusieron sobre la mesa la opción de desmontar los impuestos a las pensiones altas y otro grupo pidió que se revisaran los cambios a los subsidios de vivienda de interés social.
“Ocampo habló de una meta de 15 a 20 billones de pesos. Reconoció que era difícil llegar a la meta original de los 25 billones. Al bajar las pretensiones puede empezar a revisar lo que se le pidió, lo de los cafeteros, por ejemplo”, dijo en días pasados a La Silla un representante que asistió a la reunión y pidió no mencionar su nombre.
Tres de los congresistas consultados del partido Liberal dicen que Ocampo siempre asiente en las reuniones escuchando sus peticiones. Aún así, todavía tienen incertidumbre sobre las concesiones que vaya a hacer. Esto solo se conocerá en detalle hasta dentro de al menos una semana más, cuando se presente la ponencia conjunta entre los aliados del Gobierno y el ministerio de Hacienda en el Congreso.
Los puntos en los que Ocampo ya aflojó
Como lo ha dicho públicamente al salir de los encuentros con los congresistas, Ocampo ya ha dado algunas pistas de cuáles son los puntos en los que ya aflojaron en medio de las discusiones. Es decir, que esta aproximación dialogante no es solo una postura, y el ministro está dispuesto a ceder. “El ministro está dispuesto a volver a revisar casi toda la reforma”, dijo una de las personas que trabaja de cerca al proceso.
Entre los puntos que ha levantado revuelo están los tributos por los dividendos, las ganancias ocasionales y el régimen simple de tributación para las pequeñas empresas, por un pedido de la Asociación Colombiana de la Micro, pequeña y mediana empresas (Acopi).
En cuanto a la derogación de unos subsidios para la gasolina para las zonas de frontera, que según alguien cercano a la discusión fue el punto en el que todos los congresistas estuvieron en desacuerdo de la reforma, Ocampo ya definió que eliminará ese artículo, pero se hará más control en las zonas debido a las denuncias de contrabando.
“Estamos revisando los impuestos a la exportación de coque, que es un planteamiento interesante. También estamos viendo si mantenemos los beneficios al turismo y al ecoturismo y a la vivienda de interés social. Tenemos un acuerdo con Camacol. Este es el resultado de un diálogo que ha sido muy productivo”, dijo Ocampo desde un foro en Cúcuta el viernes pasado, en el que estuvo acompañado por varios congresistas.
Los innegociables de la reforma
Aunque el ministro se ha mostrado negociador y abierto a las cientos de peticiones que le han llegado desde los gremios, los empresarios y los partidos políticos todavía tienen unos innegociables: que las personas naturales de más ingresos paguen más impuestos y que la industria minera y petrolera también pague más.
El otro innegociable que planteó el presidente Petro la semana pasada es el monto de la reforma. Luego de una reunión de más de tres horas en la Casa de Nariño entre el Presidente con varios congresistas, Gustavo Bolívar al salir de la reunión dijo que el monto no puede bajar.
“Hay una petición del presidente Petro y es que el monto no puede bajar. Es necesario para mantener las promesas de campaña, mantener la inclusión social. El gremio que quiera oponerse a los impuestos que les hemos transmitido desde la Reforma deben mostrar una alternativa, pero el monto debe mantenerse”.
Sin embargo, personas que trabajan de cerca al proceso manifiestan que este monto puede bajar aún más por las concesiones que podría hacer Ocampo durante estos diálogos, que continuarán entre varios sectores. Incluso, tendrá otro foro regional en Cali a finales de septiembre para hablar de la tributaria, junto con otros congresistas, como ya lo hizo en Cúcuta y en Barranquilla.
De acuerdo con el senador Juan Pablo Gallo, senador del partido Liberal y ponente de la tributaria en la Comisión tercera, la primera ponencia se podrá conocer a final de esta semana. Mientras tanto, el equipo del ministro de Hacienda tendrá que revisar más de 250 proposiciones que han llegado, con corte al viernes 9 de septiembre.