Este 20 de julio, ¿izar la bandera al derecho o al revés? “Banderas al revés sin asco, señores”, afirmó en Twitter Margarita Rosa de Francisco, la influyente actriz y activista petrista. El Gobierno de Iván Duque tomó nota, y juega en la disputa. “Los símbolos de la patria se respetan”, dijo el ministro de Defensa, Diego Molano, “icemos la bandera de Colombia al derecho, ese día celebremos la independencia, celebremos la democracia de nuestra patria”.
El día en el que se celebra la independencia, la tricolor reluce para recordar la independencia de 1810. Pero, este martes, 211 años después de la firma del Acta de Independencia en Bogotá, los mismos colores estarán en disputa por la representación de la democracia. Una que se disputa entre el establecimiento que estará en el Congreso y los manifestantes en las calles.
Durante los primeros días del paro muchos convirtieron la bandera volteada en símbolo de resistencia y denuncia a la represión de las protestas en las calles. Represión que dejó 47 muertos, muchos en episodios en los que tiene responsabilidad la Policía . Ahora, además de una movilización para protestar contra el Gobierno y el Congreso, que estarán en un solo recinto durante la instalación de la legislatura mañana, corrientes dentro del paro promueven una lucha por los símbolos.
Contexto
“Nunca había visto que pasara eso”, dice Sandra Borda, profesora de ciencia política en la Universidad de Los Andes y autora del libro “Parar para avanzar” sobre las movilizaciones de 2019. “La fiesta patria pasó de ser una celebración de formación del Estado y la Fuerza Pública a convertirse en un símbolo de resistencia. La gente que protesta está buscando adueñarse del patriotismo”.
No deja de ser extraño, agrega Borda, pues estos símbolos suelen ser “herramientas del Estado para generar cohesión social, de arriba para abajo”. Esa construcción se ha ido invirtiendo, a través de un movimiento de protesta que aspira a representar más que un pliego de peticiones, también una visión de país.
Legitimidad de la democracia alrededor de la protesta y la Fuerza Pública
Más que el Comité del Paro —la organización de sindicatos y estudiantes que lideró las convocatorias al paro— hoy el foco de cara a las movilizaciones del 20 de julio está puesto sobre las primeras líneas.
“Son los hechos, están los reflectores sobre ellos”, dice Fabio Arias, miembro del Comité del Paro y fiscal de la Central Unitaria de Trabajadores.
Casi 20 integrantes de estos grupos juveniles urbanos —que portan cascos, gafas y escudos para enfrentarse al Esmad— han sido capturados en los últimos días, acusados de delitos diversos. “Son allanamientos importantes para la seguridad de todos los colombianos de cara al 20 de julio”, dijo el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas.
Muchos de estos grupos, que bajo un mismo nombre incluyen organizaciones diversas, algunas que abiertamente defienden el uso de la violencia y el vandalismo, planean un desfile mañana en Bogotá, y acciones en otras ciudades. Los anuncios desataron advertencias policiales sobre la infiltración de la protestas por grupos ilegales, y una intensa preparación de las autoridades nacionales y municipales.
Por ejemplo en el Valle del Cauca, epicentro del paro, la gobernadora, Clara Luz Roldán, del Partido de la U y cercana al Gobierno Duque, decretó toque de queda en 40 de los 42 municipios y cierre de fronteras departamentales. Los otros dos, Cali y Buenaventura, que son autónomos, se negaron, lo que generó un tire y afloje político.
Lo mismo pasó en Bogotá. Cuando le preguntaron sobre el cierre de la capital, en una entrevista en El Tiempo, el ministro Molano afirmó que “la alcaldesa no dejó”. En efecto, Claudia López ha defendido la legitimidad de las protestas, advirtiendo que ante “cualquier acto de vandalismo, nuestro esfuerzo es obtener su captura y efectiva judicialización”. López agregó que “Bogotá puede estar tranquila” en el día de celebración de la independencia.
Otro tono ha impulsado el Gobierno. En la misma entrevista, Molano agregó que “por información de inteligencia sabemos que esas primeras líneas tienen la intención de generar vandalismo y destrozos”. Y anunció un despliegue amplio de Fuerza Pública.
Desde el movimiento de protesta, Arias, de la CUT y el Comité, denuncia que se está obstaculizando la protesta: “Hay retenes en todas partes. No pueden prohibirle a la gente movilizarse, ellos son los que hacen los bloqueos”, dice. Plantea la ironía que el punto principal que rompió la mesa de negociación con el Comité del Paro es que no condenaron frontalmente los bloqueos promovidos por algunos manifestantes como lo exigía el Gobierno.
El presidente Duque no ha intervenido en este debate directamente. Sin embargo, en la antesala al 20 de julio, no estuvo ausente de los mensajes simbólicos.
Esta mañana, en la plaza de armas de la Casa de Nariño, Duque formó a decenas de policías que estrenaron el nuevo uniforme de la institución, ahora azul. Según dijo, tras un proceso de transformación que se inició hace varios meses, sin aludir al paro. “No es un tema ornamental”, afirmó Duque. Y señaló avances como un código QR que tendrá cada uniformado en su hombro, con su información de identificación. Un complemento curioso al nombre en letras grandes que ya portan los policías en la parte frontal.
Con esto el Gobierno pone las luces, antes del 20 de julio, sobre la Policía, en vez de las Fuerzas Militares, usualmente protagonistas del Día de la Independencia. Pero mañana no habrá desfile militar, por la pandemia, dijo el ministro Molano. Y los militares toman un lugar menos prominente, en medio del escándalo internacional por la participación de 21 miembros retirados del Ejército en el magnicidio del presidente de Haití.
El episodio, que según aceptó el mismo Molano, “hace que el nombre de Colombia se vea manchado, así como el de nuestras Fuerzas Militares”, animó el debate político previo al día de la independencia. Desde la oposición de izquierda del Pacto Histórico, varios líderes, incluyendo a Gustavo Petro, Gustavo Bolívar y Roy Barreras, lanzaron cuestionamientos de fondo: “¿No es esta la demostración de un enorme fracaso de la política de seguridad del uribismo?”, preguntó Petro en referencia a la participación de los colombianos en el magnicidio.
Cuestionamientos que se han traducido en la puja simbólica alrededor de la legitimidad de la fuerza y la protesta, que quedan plasmados en la visión de algunos de ellos hacia la primera línea. Tras uno de los operativos de la Policía donde fueron capturados algunos de sus miembros, el ministro Molano exhibió cascos y gafas como parte del material incautado.
En respuesta, el senador Gustavo Petro se preguntó: “¿De verdad bautizaron a la juventud de terrorista por no dialogar?”. Gustavo Bolívar, también senador de su movimiento, y defensor y financiador de las primeras líneas, invitó a marchar con casco desde Twitter, donde ahora tiene una foto de perfil con un casco blanco.
Mañana, además de la bandera izada al derecho o al revés estarán en disputa dos visiones de la democracia que tenemos hoy. En el Gobierno se celebra un 20 de julio de “la libertad que nos une”, como la llama Molano, en “una democracia segura”. Desde algunas visiones que apoyan la movilización, como la del senador Bolívar, será una protesta para “conmemorar con asombro que 211 años después del primer grito, este país no logra su independencia. En 1810 eran los españoles, en 2021 son los corruptos y genocidas en el poder”.
Por eso, de nuevo, mañana las calles serán un termómetro para medir medir fuerzas, ya no solo sobre un pliego, una reforma concreta, sino una visión más profunda de país.