La Comisión II del Senado de la República aprobó hoy en primer debate un proyecto que reconoce la presencia de los presidentes de la Comisión II y de la Cámara de Representantes en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, pero que añade otro articulito: le entrega a los congresistas y a los presidentes y secretarios del Senado y de la Cámara un pasaporte diplomático que les “permite actuar y representar a sus estados, en actividades de orden internacional”.
El argumento es que con el pasaporte diplomático los congresistas no tendrían que hacer largas filas y trámites cuando ingresan a otros países y que podrían representar al país en cualquier otro lugar. Pero la realidad es que el pasaporte oficial que hoy ostentan ya les da esos privilegios. Lo que sería nuevo es una exención de impuestos que tendrían los nuevos pasaportes, por la cual no pagarían el impuesto de salida del país. Si se suman las veces que salen los congresistas del país cada año, hay un buen ahorro.