El alcalde de Buenavista, Félix Gutiérrez, y su compañera sentimental, la representante Ana Paola García.

El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso dio su versión, en la audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sobre cómo surgió el paramilitarismo en el departamento de Córdoba. Allí salpicó al alcalde actual del municipio de Buenavista, a quien señaló de pertenecer al grupo paramilitar que cometió la masacre de Mejor Esquina, en la que asesinaron a 28 campesinos. 

Se trata de Félix Gutiérrez Córdoba, el cacique político más poderoso de este municipio de la subregión del río San Jorge a una hora de Montería. Allí manda desde hace tres décadas y el año pasado dio un salto a lo nacional al poner en el Congreso a su compañera sentimental, la representante de La U Ana Paola García.

“Entre Buenavista y Planeta Rica estaba inicialmente, cuando llegó la brigada móvil, el grupo de Javier Piedrahita, con Albeiro, su yerno, que era el comandante de ese grupo. De ese grupo hacía parte César Cura, un señor que luego fue alcalde, Félix Gutiérrez (…) Ese grupo fue el que cometió la masacre de Mejor Esquina. Se señalaron a 28 campesinos de ser miembros de la guerrilla del EPL y fueron ejecutados por este grupo”, afirmó Mancuso.

La Silla intentó contactar a Gutiérrez para la publicación de esta historia, pero no respondió los mensajes ni las llamadas. En medios locales sí se ha defendido. El alcalde Gutiérrez dijo que “me extraña que ahora (Mancuso) esté hablando esas barbaridades, porque no tiene pruebas”. También dijo que es un “mandado político” ahora que vienen las elecciones regionales.

Gutiérrez dijo que en el año 2000 Mancuso lo mandó a matar y que no lo logró. La Silla revisó el archivo noticioso de esa época y consultó con fuentes locales, pero no encontró denuncias de esa situación.

El alcalde cuestionado

La masacre paramilitar de “Mejor esquina” en Buenavista ocurrió en 1988. Fue en la noche del 3 de abril, en la celebración de la fiesta de fandango por el Domingo de Resurrección, cuando un grupo paramilitar irrumpió en el corregimiento y asesinó a 28 habitantes. Fue considerada la primera masacre paramilitar en el Caribe. 

Gutiérrez incursionó en la política cuatro años después, cuando fue elegido concejal en 1992. Desde entonces se ha convertido en la principal fuerza política de Buenavista, un municipio de 21 mil habitantes.

En 1994, se estrenó como alcalde y actualmente está gobernando por cuarta vez, avalado por el Partido de La U. Es la primera vez que se conoce un señalamiento público en su contra por supuestas relaciones con el paramilitarismo. Pero durante años, en los corrillos de Córdoba, se han hecho comentarios contra el alcalde Gutiérrez como el que Mancuso hizo, que no constituye una verdad judicial y hasta ahora carece de pruebas.

No obstante, que Gutiérrez incursionara y se afirmara en la política en plena consolidación paramilitar (las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá nacen en 1994), han convertido al alcalde de Buenavista en una figura que muchos ven con temor. 

Sobre todo porque Buenavista ha sido un municipio con fuerte presencia de grupos armados. El día de las elecciones del año 2000, en las que Gutiérrez fue elegido alcalde por segunda vez, ocurrió una masacre a cuatro personas. Según informes de prensa de la época, los hombres asesinados hacían parte de la campaña del candidato perdedor, Jorge Arabia. 

“Erda hermano, ojo ahí”, le respondió un político cordobés a La Silla Vacía cuando le pidió información de Gutiérrez. “Siempre ha tenido sus vínculos raros”, dijo un congresista al consultarlo. “Lo considero una persona de mucho cuidado, y más para uno que vive acá”, afirmó un periodista de la subregión San Jorge.

La declaración de Mancuso acrecienta esos temores, aunque no aportó ninguna evidencia diferente a su testimonio. Lo que sí es es más claro es que en la política el alcalde Gutiérrez ha tenido varios cuestionamientos y relaciones con clanes corruptos.

En 2016, Gutiérrez y su alfil, el entonces alcalde Miguel Guzmán, fueron capturados por presunta corrupción electoral. La Fiscalía los acusó de utilizar recursos de la Alcaldía de Buenavista, en el periodo de Gutiérrez (en 2015), para alquilar los vehículos que transportaron electores y pagarles por el voto a favor de Guzmán. Posteriormente, ambos fueron dejados en libertad, pero siguieron vinculados al proceso. 

En 2020 Miguel Guzmán, alfil y exfuncionario de Gutiérrez, fue condenado por corrupción electoral a cinco años de cárcel por ese incidente. 

Después de tres décadas mandando en Buenavista, el año pasado Gutiérrez impulsó a su pareja sentimental, Ana Paola García, por el Partido de La U a la Cámara, y fue electa con 53 mil votos.

En Buenavista fue la representante más votada con cinco mil votos, cinco veces más votos que el segundo, el conservador Wadith Manzur.

Para lograr esa curul fue clave la alianza que hizo con el grupo del corrupto exsenador Bernardo “el Ñoño” Elías. García, la pareja de Gutiérrez, hizo fórmula con el hermano del “Ñoño”, el senador Julio Elías. En Sahagún, fortín político de la Ñoñomanía, García sacó 7 mil votos.

Para las elecciones locales de este año, Gutiérrez aún está evaluando las cartas para mantener la Alcaldía de Buenavista y ser clave en la elección de gobernador de Córdoba.

No obstante, de aquí en adelante, la ascendente carrera política del cacique de Buenavista cargará con la sombra de una acusación de paramilitarismo del exjefe paramilitar que mandó en Córdoba. 

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe y a los partidos Conservador y Cambio Radical. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Trabajo en La Silla Vacía desde el 2019. Participé en la antología "Diez años son nada, antología de la Cola de...