¿Firmará Juan Lozano el acta de defunción de La U?
![]() |
---|
|
![]() |
---|
El Partido de la U creció paralelamemte a la Presidencia de Álvaro Uribe. Durante esos años en las regiones se consolidó como el partido “uribista” y por eso, hoy sin el ex presidente al mando, no hay nombres de liderazgo que puedan ocupar las principales posiciones en todo el país. Ya se habla de su desaparición.Foto: Ángela Díaz |
El partido de la U eligió Presidente de la República con nueve millones de votos, tiene Presidente del Congreso, 76 congresistas, siete gobernadores y más de cien alcaldes que ganaron con su aval. Pero, por dentro, el partido está a punto de reventarse.
El presidente del Senado, Armando Benedetti, ha sido lapidario y ha dicho que en las elecciones de alcaldes y gobernadores de octubre, el partido de la U va a desaparecer y culpó de eso al presidente del Partido, el senador Juan Lozano. Lozano, en un artículo que firmó él mismo en El Tiempo de ayer, dice que las credenciales que llevaron a la U a ganar la Presidencia con Uribe y con Santos son la tarjeta de presentación para lograr consolidarse en octubre. Y, sin decirlo directamente, Lozano le responde a Benedetti: “atrás quedaron aves de mal agüero. Triplicaremos o multiplicaremos por cuatro lo logrado hace cuatro años, y lo veremos el 30 de octubre”.
Aunque a primera vista parece más una pelea entre Lozano y Benedetti, que aspira a derrocar a Lozano y quedarse con la Presidencia del Partido de la U para unirlo al Partido Liberal, en las regiones y en las bases de La U el problema es mucho peor. Y el descontento con el procedimiento de la Dirección Nacional para entregar los avales para las elecciones de octubre ha escalado hasta el punto que la primera campaña que tendrá que hacer Lozano será para ganarse nuevamente los votos de su partido.
La Silla Vacía intentó en varias ocasiones lograr la respuesta del senador Lozano, sin embargo, no obtuvo respuesta.
![]() |
El senador Juan Lozano es el presidente del Partido de La U. Su gestión al frente del partido ha sido objeto de críticas, especialmente en las regiones donde la entrega de los avales se ha convertido en su dolor de cabeza. |
![]() |
El senador Armando Benedetti es el Presidente del Congreso. Su visión sobre el futuro del partido es lapidaria. Asegura que luego de las elecciones de octubre, el Partido de La U desaparecerá y por eso quiere llegar a la Presidencia para consolidar la unión con el Partido Liberal. |
Descontento con los avales
La entrega de los avales es el principal problema al que se enfrenta hoy el Partido de La U. Por culpa de esa selección, muchos hoy se han separado del partido y en algunas regiones ya dan por perdidas las elecciones.
Desde la Presidencia del Partido se están escogiendo los candidatos y las alianzas y eso tiene insatisfechos a los concejales, diputados y líderes comunales que quisieran tener un candidato escogido desde la región o un candidato propio. Y por ello las disidencias son hoy el pan de cada día en La U.
El ejemplo más obvio es el de Bogotá. Para las elecciones de marzo de 2010, La U logró casi 500 mil votos y, sin embargo, no tienen un candidato propio. La U terminó acompañando al candidato del Partido Verde Enrique Peñalosa y confiando en que los votos de Uribe en Bogotá les permitan lograr algún espacio en la administración de la ciudad.
El mismo Benedetti asegura que los votos de La U en Bogotá -incluso los suyos- son realmente de Uribe y es de él de quien depende que los estratos uno y dos apoyen a Enrique Peñalosa, cosa que según la encuesta de Datexco publicada ayer podría estar pasando. Por primera vez el ex alcalde aumenta la intención de voto en esos estratos.
Pero esta decisión ya le está costando a La U. En Cali, durante un taller democrático del partido organizado por Roy Barreras, Peñalosa fue invitado a participar, lo que originó una fuerte discusión entre los militantes del Partido Verde que estaban indignados porque la primera vez que iba Peñalosa a Cali fuera a un evento proselitista de la U (el hijo de Roy está de candidato al Concejo) y, además, entre los seguidores de La U. Los jóvenes verdes le pidieron la renuncia a Peñalosa y los de la U reclamaron a la dirigencia local y les pidieron respeto a los militantes verdes. El apoyo a Peñalosa también le costó a la U el apoyo de algunos ediles que ante su desacuerdo terminaron enviando una carta de apoyo al candidato liberal, David Luna.
Una de las situaciones más graves para el Partido se registra en el Meta donde Lozano decidió dar el aval para la Gobernación a Wilmar Barbosa, una cuota del congresista Jaime Rodríguez. La escogencia no dejó a nadie contento. Incluso, en una reunión privada, los dirigentes del partido aseguraron que con su decisión, Juan Lozano le había ‘regalado’ la Gobernación al candidato liberal, Alan Jara. El descontento fue tal que los dos precandidatos que no fueron elegidos decidieron armar toldo aparte y ahora están reuniendo firmas para competir por la Gobernación como independientes.
Tampoco los tiene contentos la designación del ex alcalde Juan Guillermo Zuluaga como candidato a la Alcaldía de Villavicencio, pues desde su designación se han conocido noticias sobre una investigación que le sigue la Fiscalía por presunto peculado por apropiación de cuatrocientos millones de pesos.
En el Casanare tampoco es fácil la situación para Lozano. Con la designación de Marta Gonfrier como Gobernadora del departamento, una amiga de su esposa y ex gerente de El Tiempo en Villavicencio, lo que hizo el senador fue dividir al partido. De 350 precandidatos que buscaban aval de ‘la U’ para alcaldías, concejos y la Asamblea, 80 se retiraron en señal de protesta contra Lozano. El argumento, según el ex senador Carlos Cárdenas, es que el Presidente del partido “desconoció a la dirigencia regional a la hora de nombrar a la gobernadora encargada”.
El problema en Arauca ya tomó otros matices. La U decidió dar el aval a Facundo Castillo, en contra de las solicitudes de los dirigentes regionales. Contra Castillo interpusieron la semana pasada una denuncia porque supuestamente está inhabilitado y los jóvenes del partido anunciaron que esta semana presentarán su renuncia a hacer parte de la campaña a Gobernación y las alcaldías por las irregularidades que se han denunciado.
En la Costa el problema también se replica. En Cesar, Juan Lozano apoya la candidatura a la Gobernación de Luis Alberto Mosalvo Gnecco, quien fue representante a la Cámara en 2002 por el Partido Liberal y que es miembro de una de las familias más poderosas de la región. A principios de este mes, fue proclamado como el candidato oficial del partido de la U, lo que no cayó bien en el departamento.
Su tío, ‘Pepe’ Gnecco y Rodrigo Ríos Uribe, precandidatos a la gobernación, así como el precandidato a la Alcaldía de Valledupar, Fredy Socarrás, decidieron renunciar al partido a raíz de la nominación de Monsalvo. Los renunciantes dijeron que no apoyarían la candidatura de Monsalvo y argumentaron que la dirección nacional había dilatado demasiado la elección y que todo había terminado con una elección a dedo que terminaría por destrozar al partido en la región.
Pese al descontento, algunos políticos cesarenses admiten que es posible ganar la Gobernación con Monsalvo, pero no justifican una decisión llegada desde Bogotá y sin consulta.
Lo mismo sucede en Antioquia, donde un segmento del Partido está muy descontento con la designación del candidato a la Gobernación, Carlos Mario Estada, y a la Alcaldía de Medellín, Federico “Fico” Gutiérrez. Sobre todo la escogencia de Gutiérrez enfureció a muchos seguidores de Uribe que apoyaban a Gabriel Jaime Rico. Piensan que estos candidatos no tienen la suficiente fuerza para ganar (Fico registra menos del 5 por ciento en las encuestas y Estrada está a años luz de Fajardo). Y creen, además, que detrás de la selección de Gutiérrez lo que quiere la Dirección Nacional es terminar adhiriéndose a Luis Pérez, quien fue el gerente de la campaña de Juan Manuel Santos en Antioquia. Allí se ha impuesto una frase que en muchas otras regiones del país quisieran replicar: “Uribe en el corazón y Santos en el tarjetón”.
El descontento también está en las regiones donde, pese a tener una mayoría de parlamentarios de La U, no tienen candidato propio, sino que apoyan a un candidato de otro partido, como ocurre en Bogotá. En Cauca, por ejemplo, se decidió entregar el respaldo definitivo a la Gobernación al candidato liberal Miguel Eduardo Muñoz Guevara. Igual que ocurrió en Cundinamarca, donde La U se unió a una coalición en torno al candidato liberal, Álvaro Cruz.
Y hasta Armando Benedetti, quien ha rechazado públicamente el que La U no tenga candidatos propios en la mayor parte del país, apoya en su región dos candidatos de otros partidos: a la candidata de Cambio Radical a la Alcaldía de Barranquilla, Elsa Noguera, y a los conservadores Ricardo Gerlein o José Antonio Segebre, para la Gobernación del Atlántico.
Una de las críticas más fuertes es que los avales se hayan demorado porque, con ello, muchos precandidatos que no resultaron elegidos por la Presidencia del partido gastaron mucha plata en sus campañas y ahora no tienen cómo recuperarla y además porque eso hizo que buenos candidatos se cansaran de esperar y terminaron buscando el apoyo de otros partidos.
La explicación de la U
Parte del problema de Lozano es que La U es un partido relativamente nuevo, creado alrededor del poder de Uribe, pero con una identidad en construcción y con muy pocos líderes fuera de Uribe, a quien cada vez parecen escuchar menos, y de Santos, cuyas ideas son en varios campos opuestas a las del ex presidente. Entonces, aunque tienen los votos -pues tienen el poder y los puestos- carecen de candidatos fuertes.
La demora de Lozano para entregar los avales, o que haya terminado escogiendo candidatos que no son los que cuentan con el mayor respaldo de los directorios departamentales, puede tener que ver en parte con su personalidad extremadamente conciliadora y en parte con un esfuerzo meticuloso por no terminar respaldando candidatos con hojas de vida dudosas. Sobre todo porque La U es el partido con mayor récord de parapolíticos en el pasado y, con la nueva reforma política, el jefe del partido es responsable de los avales de todo el partido. Aunque a juzgar por los cuestionamientos que ya existen sobre algunos de los avalados, el proceso no está blindado.
El secretario general La U, Juan Camilo Restrepo, explicó a La Silla Vacía que más de 14.800 personas solicitaron un aval para representar ese partido en las elecciones de octubre. Y, por esa razón, por la cantidad tan grande de solicitudes, la Dirección del Partido sacó unas resoluciones donde se fijaron las pautas y mecanismos que se tomarán en cuenta para entregar esos avales. “Es la primera vez que se fijan las reglas claras porque aquí se tocan intereses políticos y muchos no quedan contentos”, dijo.
Según Restrepo, los directorios municipales y departamentales debían ponerse de acuerdo y hacer una recomendación sobre los candidatos a Concejos y Asambleas y, si no lo hacían, la última palabra era de la Dirección General. Pero las candidaturas a las alcaldías y las gobernaciones sí están en manos exclusivamente de la Presidencia, es decir, de Juan Lozano.
“En 2007 elegimos 120 alcaldes, seis gobernadores, 1.800 concejales, 96 diputados y con esta proporción lo que se quiere es aumentar no sólo en cantidad sino también en calidad”, asegura Restrepo quien, sin embargo, advierte que el Partido no permitirá las disidencias y les advierte a quienes ya pidieron el aval y les fue negado que no pueden lanzarse por ningún otro partido.
La decisión de la Presidencia de La U es mantener su postura a la hora de entregar los avales y, aunque aseguran que los candidatos que están apoyando tienen posibilidad de ganar, otra cosa piensan los dirigentes regionales que acusan a Lozano de firmar el acta de defunción del partido que tiene Presidente, pero que posiblemente no tendrá gobernadores y muy pocos alcaldes.