Gina Parody dijo a La Silla Vacía que la posibilidad de competir por la Alcaldía de Bogotá todavía es bastante remota, “aunque no imposible”. Dijo que está evaluando su situación académica y el escenario político. Y que mientras toma la decisión, todo son “simples especulaciones”.

Gina Parody dijo a La Silla Vacía que la posibilidad de competir por la Alcaldía de Bogotá todavía es bastante remota, “aunque no imposible”. Dijo que está evaluando su situación académica y el escenario político. Y que mientras toma la decisión, todo son “simples especulaciones”.
Es cierto que a casi diez meses de las elecciones locales muchas cosas pueden cambiar, pero los posibles candidatos ya empiezan a moverse, y ella no es la excepción.
Aunque todavía le faltan cuatro meses para terminar su maestría en administración pública de la Escuela de Gobierno de Harvard, lleva un tiempo discutiendo con otros colombianos que están en la universidad su programa de gobierno para Bogotá, así como estrategias para su campaña; ya le dijo a algunos de sus compañeros en Boston que no entrará a estudiar a MIT, como se había dicho inicialmente; reactivó su Twitter y su Facebook y tiene a una persona manejándole las redes sociales, donde volvió a opinar sobre temas relacionados con la ciudad; además, hace un mes estuvo en Bogotá entrevistando gente para contratarlos como parte de su equipo de campaña, que arrancaría a trabajar en forma en enero. Entonces, hay bases para la ‘especulación’.
Y es que la Alcaldía de Bogotá está en la mira de Parody desde hace años. Además de la maestría en administración pública en Harvard, que termina en mayo, Parody hizo un máster a distancia en Gestión de las Ciudades del Siglo XXI con Jordi Borda, en la Universidad Abierta de Cataluña, y pasó un tiempo en Curitiba, en Brasil, aprendiendo sobre proyectos de sostenibilidad urbana. En el Congreso, impulsó varios proyectos de ley para Bogotá: desde el congelamiento del tamaño del Concejo hasta un proyecto de chatarrización que se hundió.
¿Con quién?
Lo que no es claro todavía es con qué partido se lanzará o si recogerá firmas. Cuando se postuló al Senado en 2006 recogió inicialmente firmas y solo hasta enero, tres meses antes de las elecciones, negoció con el entonces director de la U, Juan Manuel Santos, el número 1 de la lista uribista para los comicios tres meses después. Es posible que esta vez suceda lo mismo. Solo que ahora las condiciones para ella son un poco diferentes.
Gina Parody ya no es la consentida de Álvaro Uribe, como lo fue en el 2002 cuando llegó por primera vez a la Cámara de Representantes por Bogotá con Cambio Radical, montada sobre la popularidad del futuro presidente. Cinco años antes había arrancado en la política, con tan solo 24 años, trabajando junto a Rafael Pardo en la campaña del entonces precandidato liberal Alfonso Valdivieso, que terminó dándole su apoyo al conservador Andrés Pastrana.
Luego, entre 1998 y 2000, fue parte de la unidad de trabajo legislativo de María Isabel Rueda y muy cercana a Claudia Blum. Cuando Blum se lanzó al Senado, ella y Uribe vieron en Gina la persona ideal para representar a la U en Bogotá y la impulsaron para que compitiera por la Cámara de Representantes a donde llegó con una de las más altas votaciones.
Parody fue una aliada de Uribe en sus primeros años de gobierno pero luego, ya como senadora, comenzó a apartarse de sus políticas. Se opuso a sus iniciativas de corte moral como la de prohibir la dosis personal, su posición frente al matrimonio gay y la eutanasia. Pero sobre todo criticó de frente su proyecto de ley de Justicia y Paz, que buscaba prácticamente amnistiar a los jefes paramilitares.
Junto con Rafael Pardo, esta abogada de la Universidad Javeriana dio una valiente pelea para garantizar que las víctimas del paramilitarismo tuvieran un mínimo de justicia y algo de verdad. También defendió a capa y espada el castigo de la ‘silla vacía’ para los partidos que tuvieran congresistas condenados por parapolítica y farc política.
Cuando Claudia López comenzó a publicar las primeras columnas en Semana.com en 2005 denunciando la parapolítica estas pasaron relativamente desapercibidas hasta que Gina Parody le advirtió públicamente a Juan Manuel Santos que sí él dejaba entrar a la lista de la U a personajes, que de acuerdo a los mapas de López habían obtenido resultados electorales sospechosos, ella retiraría su nombre de la lista.
Con su denuncia, las investigaciones que Claudia López y Semana.com llevaban haciendo hacía un par de meses comenzaron a ser tenidas en cuenta por los demás medios y explotó el escándalo de la parapolítica.
Todo esto la distanció de Uribe y aún más cuando se opuso públicamente a la segunda reelección. La presión sobre ella aumentó, y en enero de 2009 renunció a su curul y al Partido de la U y se fue a vivir a Estados Unidos. Cortó con la política en Colombia, entró al Kennedy School de Harvard y se dedicó a aprender sobre los temas urbanos que siempre han sido su pasión.
Su futuro
Su rompimiento con el expresidente no fue asimilado bien por el uribismo. Desde la Casa de Nariño, asesores cercanos a Uribe le montaron a Gina una campaña de difamación entre los periodistas retratándola –en el mejor de los casos– como una desequilibrada mental. Con el senador Armando Benedetti, con quien ella había hecho una disidencia dentro del uribismo, también se distanció.
Con esos antecedentes con el uribismo, no es tan obvio que pueda o quiera volver a la política como candidata de la U. El expresidente Uribe ha sido muy explícito en decir que uno de sus objetivos el próximo año es promover un candidato suyo a la Alcaldía de Bogotá (posiblemente él mismo) con lo cual mantendrá –como lo hizo con las presidenciales en el 2010– la carrera por la capital en ascuas hasta el último momento. A Parody le quedaría muy difícil enfrentarse a su exjefe y mentor.
Pero también es cierto que hasta ahora fuera de Uribe, el uribismo no tiene un candidato fuerte para Bogotá capaz de enfrentarse al exalcalde Enrique Peñalosa, del Partido Verde. Y mucho menos a una eventual coalición, de la que ya comienza a hablarse, entre él y David Luna, del Partido Liberal.
Parody podría, entonces, ser una carta fuerte de Juan Manuel Santos en Bogotá con la cual podría neutralizar de una manera elegante a Uribe y al mismo tiempo llevar a una tecnócrata de su partido al Palacio Liévano.
Al final, seguramente, el desenlace de estos escenarios dependerá de lo que digan las encuestas y de cómo Parody registre en ellas. Si Parody actúa como lo ha hecho en el pasado solo se dejará contar hasta el último momento.