Ayer, la Federación Nacional de Departamentos finalizó su cumbre sin la presencia del presidente Gustavo Petro. El mandatario rechazó la invitación al evento y, en paralelo, reunió en la Casa de Nariño a los 15 gobernadores electos que considera sus aliados. Entre ellos, los dos del Pacto Histórico: Luis Alfonso Escobar, de Nariño, y Óscar Sánchez, de Amazonas. También asistieron aquellos que son de la cuerda de congresistas de la coalición de gobierno, como el gobernador electo de San Andrés, Nicolás Gallardo, o Rodrigo Villalba, quien triunfó en la Gobernación del Huila. 

En la cumbre de gobernadores convocada por Petro, el gobierno materializó su renuencia a aceptar la derrota en las elecciones regionales, en las que la izquierda no pudo conquistar ninguna de las principales ciudades del país. Y la no invitación a los demás gobernadores electos fue leída por la oposición como una señal de que Petro utilizaría la chequera para castigar a la oposición regional. 

Sin embargo, y pese al ruido mediático por las cumbres paralelas, el gobierno Petro atenuó la división. Lo hizo enviando a Jorge Iván González, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), una institución clave para impulsar los proyectos de inversión en las regiones, a la cumbre de Fededepartamentos. También convocando encuentros con los demás gobernadores a través de Carlos Ramón González, director del Dapre, y Sandra Ortíz, consejera para las regiones, quien recientemente se puso en contacto con mandatarios electos como William Villamizar, de Norte de Santander, o Erasmo Zuleta, de Córdoba, quienes no fueron invitados el martes a palacio.

El ruido de las cumbres paralelas

Incluso desde Bogotá, el presidente mostró una faceta más pragmática. “El presidente los escuchó de muy buen ánimo. La reunión estaba programada para una hora, y se alargó hasta casi tres horas. El mensaje central fue que estamos listos para trabajar en equipo. Pero no sólo con ellos. Con todos los gobernadores”, le dijo a la Silla la consejera para las regiones, Sandra Ortíz.

En Bogotá, el presidente atendió a 14 de los gobernadores que, desde el 2 noviembre, a través de su cuenta de X, declaró como parte de la coalición de gobierno, y en los que incluyó a políticos como Yamil Arana, del Clan Blel, quien ganó la Gobernación de Bolívar con el aval del Partido Conservador.

El gobernador electo de Boyacá, Carlos Amaya, quien fue invitado a la reunión, también hizo énfasis en la apertura del presidente. “En ningún momento dijo que sólo iba a trabajar con nosotros. El presidente habló de sus prioridades: la seguridad, la política social, específicamente la educación y la salud y la adaptación al cambio climático, y luego escuchó a los gobernadores”, dice Amaya, quien entró dentro del grupo de los gobernadores aliados, pese a competir con el Pacto Histórico en su departamento y haber respaldado a Rodolfo Hernández en la segunda vuelta de las presidenciales del 2022.

En la reunión del martes, además del presidente, estuvieron el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. También fueron el director González, del DNP, Sandra Ortíz, la consejera para las regiones, y Carlos Ramón González, director del Dapre, quien se ha convertido en el hombre fuerte de la Casa de Nariño y ha estado, junto a Ortíz, atendiendo a múltiples mandatarios locales electos.

Petro, según dos políticos que estuvieron en la reunión, empezó su intervención haciendo un análisis sobre cómo la geopolítica mundial está transformando las condiciones de seguridad en el país. Es un discurso que el presidente ha plasmado en temas como las drogas y la migración. Luego hizo énfasis en la importancia de los gobernadores para aterrizar las reformas a la Salud, una de las iniciativas más controvertidas del gobierno, y a la Educación, un sector en el que el gobierno inyectó un presupuesto histórico para el 2024. 

Después de su intervención, el presidente escuchó, uno a uno, a los 14 gobernadores invitados, quienes hablaron sobre los proyectos de inversión de sus respectivos departamentos. “Lo sentí tranquilo. Echó su rollo y los escuchó a todos. Fue un error que la reunión fuera tan mediática”, le dijo a La Silla un político que estuvo en la reunión, quien pidió la reserva de su nombre, a propósito de las críticas de la oposición por no invitar a todos los gobernadores. 

“Somos 32 departamentos, no 15; Colombia es una sola”, dijo en Blu Radio el gobernador saliente del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo, justo el primer día de la cumbre de Fededepartamentos en Santa Marta. Jaramillo ha sido junto al gobernador del Meta, Guillermo Zuluaga, y el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, uno de los altos mandatarios locales más vocales en contra del gobierno Petro. En mayo, los tres estuvieron en el evento que la Federación organizó en Rionegro, Antioquia, y en el que firmaron un documento para impulsar una “Colombia Federal”.

El gobernador Gaviria estuvo acompañado por su sucesor, el uribista Andrés Julián Rendón, quien triunfó en Antioquia con un discurso duro en contra del gobierno Petro, cuestionando su política de seguridad y advirtiendo que desde Bogotá existe una estrategia en contra del departamento, que es el principal bastión de la oposición. “Esta es la primera vez que un presidente ideologiza sus relaciones con los mandatarios seccionales. Eso no está bien”, le dijo Rendón a La Silla.

Las ramas de olivo del gobierno

“No quiero un show mediático”, dijo el miércoles la consejera para las regiones, Sandra Ortíz, confirmando que el presidente Petro no iba a asistir a la clausura del evento de Fededepartamentos. Sin embargo, al evento asistió Jorge Iván González, director del DNP, la institución clave para alinear el Plan Nacional de Desarrollo con los programas de los nuevos mandatarios, y para garantizar la viabilidad y la aprobación de los proyectos de inversión en las regiones.

El miércoles, por ejemplo, el director González tuvo un breve encuentro con el gobernador Rendón, de Antioquia, quien le habló sobre su propuesta para que los departamentos cuenten con una mayor autonomía fiscal. La propuesta incluye que las entidades territoriales puedan retener el impuesto de renta y de patrimonio, una medida que, según las cuentas del gobernador electo, triplica el presupuesto de su departamento. “Ojalá encontremos en los demás ministerios la actitud que vimos en el director de Planeación”, dice Rendón a propósito del encuentro con González, quien ha sostenido que las ciudades con mayor capacidad institucional, como Bogotá y Medellín, deben tener incluso la potestad de establecer sus propios impuestos.

La presencia de González en Santa Marta no ha sido el único signo de apertura del gobierno con otros mandatarios. Según la consejera Ortíz, en los últimos días ha hablado con gobernadores electos como Adriana Matiz, del Tolima, y William Villamizar, en Norte de Santander, a quienes Petro incluyó dentro de los gobernadores “independientes cercanos a la oposición”. Matiz y Villamizar no fueron invitados a la primera reunión de Petro con los gobernadores. “Me dijeron que entendían la decisión del presidente. Los gobernadores invitados fueron personas que ayudaron al presidente desde el principio”, dice Ortíz.

La próxima semana, además, el gabinete en pleno va a asistir a un evento en Cartagena organizado por la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), una sociedad del Estado a través de la cual se estructuran grandes proyectos de inversión, y al que están invitados todos los gobernadores y alcaldes del país. Está programado que el discurso de clausura lo haga el presidente Petro.

Los incentivos para cooperar

Luego de la campaña, tanto el gobierno nacional como las nuevas autoridades territoriales tienen más incentivos para coordinarse. Existe la necesidad, por el lado del gobierno Petro, de mejorar los niveles de ejecución del presupuesto general. Recientemente, el vicecontralor, Carlos Mario Zuluaga, advirtió que la ejecución del presupuesto de inversión estaba rezagado. Según Zuluaga, a corte del 31 de octubre este rubro ha sido ejecutado en un 54,4%, cerca de cuatro puntos porcentuales menos si se compara con el mismo período del año pasado (58,2%). 

Al interior del gabinete son conscientes de ese rezago. De hecho, a mediados de agosto, el presidente les advirtió a sus ministros que su permanencia en el gobierno estaba supeditada a la mejora en las cifras de ejecución presupuestal. “La orden del presidente es ejecutar y ejecutar. Nada de plata en los bancos. El presupuesto debe estar en proyectos sobre el territorio”, dice Ortiz.

En 2024, además, y gracias a la reforma tributaria del exministro José Antonio Ocampo, el gobierno tendrá un presupuesto histórico de 502,6 billones de pesos, de los cuales 99,3 son de inversión. Según el economista Diego Dorado, quien fue subdirector Territorial del DNP durante el gobierno de Iván Duque, para ejecutar con éxito el presupuesto de inversión es fundamental la buena interlocución con los grandes departamentos del país, como Antioquia, Atlántico y el Valle, territorios donde ganaron opositores al gobierno. “Son, finalmente, quienes tienen mayor capacidad institucional y mejores empresas para ejecutar los grandes proyectos en las regiones”, dice Dorado.

Por el lado de los nuevos gobernadores, y pese a las críticas frente al gobierno, está la necesidad de la financiación nacional para los proyectos estratégicos de sus territorios. 

“Petro tiene un compromiso con el Pacífico y con el Valle del Cauca, que fue uno de los departamentos que más aportó a su elección. Su decisión es respetable. De todas maneras tenemos que trabajar juntos”, dijo la gobernadora electa del Valle, Dilian Francisco Toro, a propósito de la cumbre de gobernadores aliados a la que no fue invitada. 

Toro, pese a su cooperación intermitente con el gobierno a través de su bancada en el Congreso, le asestó varias críticas a Petro durante la campaña, particularmente por las demoras en los pagos a las EPS. Sin embargo, la nueva gobernadora necesita de la financiación del gobierno para proyectos claves de su departamento, como la ruta Mulaló-Loboguerrero, de 31,8 kilómetros, y que quedó incluido en el Plan Nacional de Desarrollo con un costo de 400 mil millones de pesos. 

La Casa Char, en el Atlántico, también ha demostrado gestos de conciliación con el gobierno Petro. El 1 de noviembre, el electo alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, le envió una carta al presidente con tres proyectos alineados con las políticas de transición energética del gobierno nacional, y el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, quien asumió la vocería de los gobernadores electos que no fueron invitados a la Casa de Nariño, utilizó un tono moderado para pedirle al presidente “unidad nacional”. 

Incluso el gobernador Rendón, de Antioquia, quien ha mostrado mayor hostilidad frente al gobierno, muestra cintura para relacionarse con Bogotá. “Yo espero que las inversiones se den lejos del dogmatismo y la ideología, con sentido práctico, buscando ayudar a la gente y al territorio”, dice a propósito de los requerimientos de su departamento, como el cierre financiero de las autopistas 4G. 

Con esta mutua necesidad, y luego de los altos decibeles de las elecciones regionales, el gobierno Petro y los mandatarios locales dan signos de bajar las armas para trabajar juntos y aprovechar la abultada chequera que tiene el país en el 2024. Y los tonos ríspidos del presidente en Twitter ya empiezan a ser entendidos como parte del paisaje. 

Cubro al gobierno del presidente Gustavo Petro en La Silla Vacía. Estudié Periodismo en la Universidad de Antioquia.