Al acercarse el fin de su periodo, destacamos los insultos que el Presidente dejó consignados para la posteridad.

Esta mañana, Álvaro Uribe salió en los medios a decir que “nosotros no podemos a través de una diplomacia meliflua y babosa dejar desamparado al general Freddy Padilla de León”, después de que Ecuador lo vinculó al proceso por el bombardeo del campamento de las Farc en Ecuador.  El Presidente, que fue todo menos melífluo, seguramente cazará peleas hasta el último día de su mandato. En los últimos ocho años, atacó públicamente a personas o instituciones en las que él encontraba a sus oponentes, se enfrentó a sus contradictores y se ganó a más de un enemigo tanto dentro como fuera del país. Al acercarse el fin de su periodo, destacamos los insultos que el Presidente dejó consignados para la posteridad. Por supuesto hay más intervenciones suyas con las que pretendía dejar en su sitio a sus interlocutores –como cuando le dijo a Germán Varón que era un “manzanillo perfumado de cuello blanco”–, pero en esta lista están las más memorables. (No están en orden de importancia).
 

Con Luis Fernando “La Mechuda” Herrera Zuluaga

En 2007, Raúl Grajales Lemos, señalado como el líder del cartel del Norte del Valle, denunció que Luis Fernando Herrera, hasta poco antes de eso asesor de la Presidencia, fue a extorsionarlo a la cárcel de Palmira, pidiéndole 15 millones de dólares para que evitara que hablara con sus contactos en la Fiscalía y la DEA y lo hiciera extraditar. El Presidente Uribe, al enterarse de esto, “muy berraco”, hizo una llamada –que por alguna casualidad quedó grabada– para exigirle a Herrera que aclarara las cosas ante el Fiscal y ante “esa gente del Tiempo” y, sin dejarlo hablar, le advirtió que él no se juntaba con gente corrupta. “Si lo veo, le voy a dar en la cara, marica,” dijo el Presidente Uribe y le colgó el teléfono a la mitad de su explicación. Parece ser que hasta ahí llegó su “berraquera”, pues nunca se inició proceso judicial en contra de “La Mechuda”. (ver aquí)

Con Daniel Coronell

En 2007, el columnista y director de Noticias Uno y el Presidente tuvieron un  encuentro poco amable a través de la emisora de radio La F.M.. Aunque el Presidente estaba hablando sobre su pelea con la Corte Suprema de Justicia, en algún momento en la entrevista se le mencionó la columna que Coronell acababa de escribir. Era un texto sobre las acusaciones que le hacía Virginia Vallejo en su libro como abordar un helicóptero propiedad de Pablo Escobar para ir a rescatar al papá recién asesinado y visitar presos condenados por el Proceso 8.000. Uribe exigió que se contactara al periodista y, al aire, ambos le regalaron al país un enfrentamiento verbal para recordar. “Para que de una vez le quede claro, como lo he dicho en tantas ocasiones de mi vida, ninguna relación tuve con Pablo Escobar. No fui amigo de Escobar ni cuando estaba de moda,” le dijo Uribe al periodista. “Deje ese cinismo que usted mantiene detrás de su, entre comillas, ética periodística”. Coronell se defendió citando los documentos que confirmaban sus denuncias y Uribe, entonces, lo llamó miserable. Coronell le colgó y Uribe se quedó diciéndole “chistoso, cínico” y luego pasó a hablar de la universidad que quería fundar.

Con Hugo Chávez

Aunque durante los ocho años en los que ambos fueron presidentes de las naciones vecinas, Chávez y Uribe mantuvieron siempre una relación tensa y llena de conflictos, probablemente el momento más crítico entre los mandatarios fue en la Cumbre para la Unidad Latinoamericana en la que estaban reunidos los presidentes de los países del Grupo de Río en Cancún. En una reunión a puerta cerrada, Uribe le reclamó a Chávez por su embargo económico contra Colombia, lo que molestó a Chávez, quien a su vez reclamó que la seguridad de su país se veía afectada por grupos paramilitares colombianos, sugiriendo que el gobierno de Uribe tendría algo que ver con ellos. Uribe dijo que ningún sector del gobierno colombiano era responsable y Chávez intentó abandonar la sesión, momento en el que Uribe le dijo: “Sea varón, quédese aquí porque a veces usted insulta en la distancia, pero cuando estamos cara a cara no hablamos”, a lo que Chávez respondió con un “vete al carajo”. Los demás presidentes tuvieron que mediar en la disputa y, al final, el colombiano y el venezolano se fueron, intentando obviar el incidente.

Con José Miguel Vivanco

En 2008, el chileno José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, que recientemente había sido expulsado de Venezuela por un informe crítico contra Chávez, le pidió al Presidente Uribe, a quien ya había tratado de “intolerante”, que no obstaculizara la investigación contra sus allegados por parapolítica. Uribe respondió a la petición diciendo que “antes de que el señor Vivanco, cómplice de las FARC, viniera aquí a criticar la política de seguridad democrática, nosotros estábamos haciendo un esfuerzo por sacar este país adelante”. También se quejó de quienes se preocupan por los derechos “de muchos delincuentes disfrazados de sindicalistas” y no por los de los militares y policías. Además, unos días antes ya había dicho que “el señor Vivanco no es nuestro profesor de derechos humanos y no lo recibimos como tal. Aquí le perdimos el respeto hace rato”.

Con César Gaviria

Durante los ochos años de gobierno, Uribe se enfrentó varias veces a César Gaviria. Y frente a cada crítica del ex presidente le sacó a relucir los lunares de su mandato entre 1990 y 1994. Las críticas de Gaviria se centraron principalmente en la reelección, a lo cual el Presidente respondió atacando la Constituyente y también su política de sometimiento de los narcos. El encuentro más fuerte fue cuando, para la segunda vuelta presidencial de este año, Gaviria anunció que votaría por Juan Manuel Santos y le pidió que se desvinculara de Uribe y de sus funcionarios, a quienes criticó ferozmente. En un comunicado, Uribe trató a Gaviria de “oportunista” y le recordó los triunfos de su gobierno como, por ejemplo desmantelar la estructura criminal de “Los Pepes”. Gaviria ya le había respondido días antes diciendo que “Los Pepes” no habían desaparecido, sino que “este gobierno los mantenía en el patio de la Casa de Nariño”. El Presidente decidió llamar a Gaviria para enfrentarlo y entre los dos hubo un intercambio de improperios de tres minutos, en el que ambos se tildaron de “cobardes” y que sólo terminó cuando el ex-Presidente le dijo al mandatario actual “vaya termine de mandar en lo que le queda de este gobierno suyo, que es un verdadero asco”.

Con Piedad Córdoba

Otra contradictora constante del Presidente ha sido Piedad Córdoba, una de las grandes críticas del gobierno. Cuando las FARC exigían la presencia de la senadora para liberar a Pablo Moncayo, Uribe hizo lo posible por excluirla y declaró: “no podemos permitir ahora que las FARC le den otra oportunidad de vestirse con el ropaje humanitario a quienes en la conciencia de los colombianos están incursos en la ‘Farcpolítica’”. Finalmente Córdoba estuvo en la comitiva y los ataques siguieron yendo y viniendo por todos los frentes hasta que, en mayo de este año, se dieron desde uno inesperado: Twitter. En este servicio de mensajes cortos, el Presidente decidió escribir “La seguridad es una artesanía que no se hace soplando, es una artesanía que se hace trabajando”, a lo que Córdoba respondió con “@AlvaroUribeVel seguridad xa quiénes? .. q dirán de la seguridad los miles de jóvenes #falsospositivos q este gobierno asesinó a sangre fria”. Más tarde, Uribe escribió “No podemos aflojar’ en materia de protección de sindicalistas” y la senadora le respondió: “@AlvaroUribeVel El #DAS a su servicio y mandato entregó listas d sindicalistas a paramilitares xa amenazar y asesinar..¿seguridad xa quien?”. 

Con las ONGs

En 2003, 90 ONGs publicaron un libro titulado “El embrujo autoritario” criticando las fallas del gobierno de Uribe en materia de derechos humanos, haciendo varias denuncias graves de asesinatos y desapariciones forzadas por actores del Estado. Al conocer el libro, Uribe estalló en rabia. “Mientras la guerrilla de las Farc todos los días viola los derechos humanos, aquel sector politiquero de los derechos humanos sale a defender a ese grupo con el pretexto de defender los derechos humanos”, dijo; además, aseguró que “cada vez que en Colombia aparece una política de seguridad para derrotar el terrorismo, cuando los terroristas empiezan a sentirse débiles, inmediatamente envían a sus voceros a que hablen de derechos humanos”, que “muchas de estas críticas las han tomado de la página del Internet de las Farc” y que “no tienen vergüenza ni limitaciones. Sacan libros en Europa sobre rumores y calumnias”. Las ONGs manifestaron su indignación ante estas palabras. Varios de los autores fueron luego perseguidos por el DAS.

Con la Corte Suprema de Justicia

Desde 2007, cuando la Corte Suprema llamó a indagatoria por parapolítica al primo del Presidente Mario Uribe está cazada la pelea con Uribe.  En 2008, el Presidente acusó a la Corte de estar “utilizado a la yidis-política para desacreditar al Gobierno y para tratar de meter los ministros a la cárcel”. Luego de la reunión de “Job” en la Casa de Nariño con funcionarios de Uribe y del caso ‘Tasmania’, que el Presidente había puesto como ejemplo de la conspiración de la Corte contra el gobierno, se demostró que de hecho se trataba de un montaje del gobierno en contra de la Corte misma. La pelea continuó este año cuando Mario Aranguren y Eduardo Daza fueron acusados de investigar ilegalmente a los magistrados de la Corte. “Órganos superiores de justicia [han] presionando jueces y fiscales, para que metan a la cárcel a gente honesta, que no ha robado”, dijo Uribe. El enfrentamiento no se quedó ahí pues cuando los medios de comunicación transmitieron la noticia errada de que el General Padilla sería llamado a indagatoria por el caso de los “falsos positivos”, Uribe llamó a los funcionarios judiciales “tinterillos, idiotas útiles que buscan maltratar la Seguridad Democrática”. Este año, también, cuando se profirió la histórica condena al Coronel Plazas Vega, el Presidente Uribe recriminó a la Corte pues, según él, “una alianza criminal entre el narcotráfico y la guerrilla” la ha asesinado.  A todo esto se le suma la disputa entre la Corte y Presidencia por la elección del nuevo Fiscal General que lleva casi un año en el que se han cuestionado nombres, ternas, procesos y más de diez votaciones que, finalmente, no han logrado concretar ningún nombramiento.

Con Semana y Cambio

En 2006, antes de que terminara el primer periodo de Uribe, las revistas Semana y Cambio publicaron graves denuncias a su gestión, denunciando escándalos de corrupción administrativa en el DAS, el Incoder y Finagro y además, que había habido fraude electoral en la elección presidencial. Además, Semana denunció la existencia de una lista de profesores y sindicalistas amenazados por las autodefensas, supuestamente en poder del DAS. Uribe insultó por radio a Alejandro Santos y Mauricio Vargas, directores de ambas publicaciones, negó las acusaciones y opinó que “hay un error muy grave en el que incurren algunos medios, que no solamente buscan sustituir la justicia, sino que enseguida deslegitiman un gobierno que ya está terminado, no le hacen daño a Álvaro Uribe, sino a la confianza internacional que se ha logrado en los últimos tres años”. En la entrevista, en la que le dijo a Santos “aquí no estamos en un juego de muñecas”, defendió nuevamente a Jorge Noguera (hoy condenado) y aseguró que estos medios simplemente querían manchar su buena gestión, tratándolos de “irresponsables” y acusándolos de no emitir información, sino “distorsión difamante”. La justicia le dio la razón a los periodistas.

Con Pastrana y con Samper

Una de las discusiones más agitadas del mandato de Uribe se dio en 2007 cuando se reunió con sus dos antecesores en la Casa de Nariño. Según lo informado en radio y televisión, ambos ex-presidentes criticaron fuertemente a Uribe por su negativa rotunda a un acuerdo humanitario, crítica durante la cual Pastrana confesó que la Zona de Despeje fue una exigencia del gobierno de Bill Clinton para aprobar el Plan Colombia. Luego, Samper y Pastrana le protestaron a Uribe porque, según ellos, el nuevo mandatario no era capaz de reconocer nada bueno de los gobiernos anteriores y creía que él era el único que había trabajado por el país, que antes de él “todo era caos”. El Presidente se negó a reconocerles sus logros y en cambio, le respondió a Pastrana: “usted ha sido desobligante, usted ha tachado este gobierno de narcotraficante y paramilitar”. Pastrana recordó que José Obdulio Gaviria, entonces asesor presidencial, lo había insultado tratando sus declaraciones como “un sartal de sandeces” y le reclamó a Uribe que un asistente tan cercano se dedicara a la ofensa y el insulto y dijo “a mí no me da lecciones de moral el primo de semejante capo del narcotráfico”, haciendo alusión a Pablo Escobar. Uribe, muy molesto, se levantó para retirarse, pero Pastrana se paró primero diciendo: “Presidente, no se vaya que aquí el que se tiene que ir soy yo”. (Lea toda la pelea aquí)

Con Correa

En marzo de 2008, cinco días después del bombardeo al campamento de Raúl Reyes, se reuinieron en Santo Domingo los líderes de las naciones miembros del Grupo de Río. Allí Uribe tuvo un encontronazo con Rafael Correa, presidente de Ecuador. Aunque las relaciones entre Uribe y Correa habían sido cordiales y el mandatario ecuatoriano, en un principio, había declarado que el gobierno colombiano le había informado de la situación y que sólo estaba en orden una investigación, Correa le exigió disculpas públicas a Uribe. El ambiente en la reunión era tenso y Uribe lo empeoró con su intervención en la que trató a Correa de “terrorista” por no reconocer el éxito de los golpes dados contra “bandidos” en aquella operación y lo recriminó por albergar terroristas en su territorio. Además, lo acusó de tener nexos con las FARC, basándose en pruebas que habrían aparecido en el computador de Raúl Reyes. En su turno, Correa respondió diciendo: “sepa cuidar sus fronteras. No son sus vecinos los culpables de sus problemas es usted mismo, es Colombia y nosotros somos víctimas no victimarios”. Uribe, entonces, lo interrumpió para reclamarle: “no me aplique el cinismo que tienen los nostálgicos del comunismo”. Más adelante, en su intervención, Correa se defendió de las acusaciones de Uribe, menospreciando su palabra: “¡qué difícil es creerle algo a alguien que ha mentido tanto y tantas veces! Allá si ustedes creen algo de todas las barbaridades que habló el presidente Uribe y propuso formar, “en este momento, una fuerza internacional de paz que del lado de la frontera colombiana vaya a controlar la frontera que el presidente Uribe no sabe o no puede controlar”.

Fui reportero político de La Silla Vacía. Soy Literato y periodista. Soy miembro fundador y periodista de Radio Pachone y cofundador y escritor del blog de fútbol La Catedral. Publiqué el libro Historias del fin del mundo.