Isabel Londoño es la feminista que suelen odiar los hombres tradicionales. Tiene una causa y la defiende con vehemencia a toda hora: la equidad de género. Londoño no pierde la oportunidad de señalar la discriminación de género en la vida cotidiana y la vida política y en estimular a las mujeres más jóvenes para que también la veamos y no optemos por asumir que no existe porque no nos duele tanto como a otras.
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Isabel Londoño ha ayudado a Noemí Sanín y a Marta Lucía Ramírez a hacer campaña a la Presidencia. Ahora se lanza ella con una bandera: hacer una política de género. Fotos: Laura Rico Piñeres. |
Isabel Londoño es la feminista que suelen odiar los hombres tradicionales. Tiene una causa y la defiende con vehemencia a toda hora: la equidad de género. Londoño no pierde la oportunidad de señalar la discriminación de género en la vida cotidiana y la vida política y en estimular a las mujeres más jóvenes para que también la veamos y no optemos por asumir que no existe porque no nos duele tanto como a otras.
Fue fundadora y directora de Colfuturo, la fundación que le ha prestado dinero a miles de colombianos para irse a estudiar postgrados en el exterior. Fue brevemente directora de Acción Comunal en Bogotá durante la Alcaldía de Mockus y es fundadora de la ONG Mujeres por Colombia, que congrega a mujeres profesionales. Esta es su tercera campaña política: se lanzó al Concejo de Bogotá con el Nuevo Liberalismo, a la Cámara de Representantes por el Valle del Cauca con el Movimiento Sí Colombia y luego con una lista de la Fundación Mujeres por Colombia. Siempre perdió.
También acompañó las campañas a la Presidencia de Noemí Sanín, Marta Lucía Ramírez y Antanas Mockus. Aunque ha saltado de un partido a otro (ahora está en la lista a la Cámara por Bogotá del Partido Liberal como fórmula de Clara Rojas), su compromiso siempre ha sido uno: apostarle a hacer una política efectiva de género. De llegar al Congreso, se convertirá en la piedra en el zapato de los congresistas machistas. Que son varios. La Silla Vacía la entrevistó.
LSV: ¿Qué tan diferente es para una mujer hacer política que para un hombre?
Isabel Londoño: Al principio hay barreras de entrada. Pero cuando crees que ya entraste y que el campo para todos es igual, empiezas a encontar otras barreras mas sutiles. Tiene que ver con la financiación, con la forma cómo se asignan puestos en lista, con la forma cómo se asignan las oportunidades de visibilidad. Pardo sale con Simón, con Salamanca, y a mí no me ha acompañado para nada. Para las mujeres, hay una inercia de invisibilidad.
¿Cómo así?
En el foro de salud, donde se discutiría la agenda de salud del partido, había 14 conferencistas, 14 hombres. Yo protesté y entonces, metieron a Cecilia López y a cuatro mujeres. Pardo dice: ‘Se nos fueron las luces’, pero, ¡a los hombres se les van las luces cada 15 minutos! Es normal que esto suceda cuando hay un proceso de cambio. Intelectualmente estás consciente, pero tu forma de actuar no ha reaccionado a ese entendimiento.
¿Pero eso tiene que ver con ser mujer o con la capacidad que tiene cada uno de poner votos?
Muy pocas mujeres están entrando a hacer política de manera tradicional, son candidatas de opinión. No llegas con líderes de barrio, ni grupos cautivos. Estas construyendo nuevo liderazgos. Ellos no saben muy bien el potencial de uno. Entonces lo primero que hacen es subestimarlo. En Colombia, todo el mudo quiere ser ganador. Nadie hace apuestas, solo si se perfila como ganador le apuestan. La gente no es curiosa, ni abierta a lo nuevo, la gente quiere ganadores. Es humano pero es estúpido.
¿Yo insisto: la subestiman porque no tiene votos o por ser mujer?
La mayoría de mujeres están haciendo política de opinión. Los nuevos no pueden hacer política sino así, si no están heredando una estructura política sino construyendo desde cero. Si me voy a Bosa, los líderes están capturados. Yo estoy armando mis grupos de líderes, solo que en una forma distinta de ellos.
Hay una complicidad de mujeres superberracas con hombres abandónicos. La legislación de la responsabilidad de los padres por los hijos es un canto a la bandera.”– Isabel Londoño
¿Cómo lo hace?
Por esta casa, han pasado 400 personas, mis líderes de acción, y cada uno convence a 100 personas. Mi reto a la gente es que así como en la zonas marginales de Bogotá los líderes de barrio construyen su poder agrupando 100 personas, ¿por qué no pueden los profesionales ser líderes y agrupar a 100 personas?
En nuestros barrios marginales, de menos recursos, existe una estructura de liderazgo poderosa. Pero si pasan por la universidad se vuelven seguidores. Si queremos construir nuevos liderazgos hay que construirlo uno mismo. Uno no se preocupa por influir el voto de los demás.
Usted dice que hay cosas que nosotras las mujeres no sabemos al hacer política. ¿Qué ha aprendido?
No sabía que el partido le puede prestar plata a uno con cargo a los votos. El partido tiene plata para hacer la campaña. Ellos no le cuentan a uno. Uno no sabe lo importante que es pegarse como una garrapata al candidato. El día de la inscripción me le pegué a Pardo y salí en todos los medios.
¿Cuáles son sus banderas para llegar al Congreso?
Son las dos causas que han acompañado mi trabajo y mi vida: educación y el tema de mujer.
¿Qué propone en educación?
Dos cosas importantes: crédito educativo a 20 años ofrecido por el sistema financiero y no por un monopolio del Estado. Y además, sin restricciones de edad, y cubriendo desde carreras técnicas hasta postdoctorado.
¿Eso lo puede hacer desde el Congreso o es una tarea más bien del Ejecutivo?
Hay que crear los estímulos para que los bancos asignen recursos al crédito educativo, y resolver el problema de garantías y de incentivos para que el producto sea rentable. Por el otro lado, los bancos tienen que hacer un ejercicio de responsabilidad social. Es absurdo que para un carro, presten a 5 años. Y para pagar la universidad, a seis meses. Por otro lado, uno no puede tener un monopolio estatal. Icetex es el único autorizado para hacer crédito educativo y con un límite de edad, que no le presta a personas de más de 35 años.
¿Y cuál es la otra propuesta de educación?
Estamos apenas empezando el problema del aprestamiento escolar de los niños de 0-5 años. Hay que sacar a las mujeres de la trampa de la pobreza. Para pasar de estrato uno y dos a clase media, tienes que tener un incremento de 800 mil a 1 millon de pesos para compensar todos los subsidios de pobreza. Prefieres quedarte en la pobreza porque tienes estos ingresos adicionales. El tema mas crítico es el cuidado de los niños. Yo promoveré la creación de guarderías subsidiadas para personas de estrato 3 y 4 para facilitar el tránsito de la pobreza a la clase media.
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¿Y en los temas de mujeres?
La agenda es ilimitada. No tiene fin porque tenemos una estructura jurídica que se pensó solo para hombres.
¿En qué sentido?
Toda la legislación está hecha para un ciudadano que es hombre. No tiene lenguaje femenino.
Mas allá de los y las… un ejemplo
Un ejemplo interesante es cuando se discute la política de choque para resolver el problema de empleo, se resuelve metiéndole plata a obras públicas y construcción. ¿Qué empleo femenino genera eso? Los clusters de desarrollo del país son minería, gas, carbón, empleos predominantemente masculinos. En el sector de energía, empleo femenino es del 5 por ciento. Y en el militar, que es el otro sitio en el que nos gastamos la plata pública, nosotras sentémonos a mirar. Las mujeres terminan en todos los sectores deprimidos, con baja rotación.
¿Qué sector debería crecer entonces?
Siendo que el 60 por ciento de la gente en la universidad son mujeres, deberíamos promover el outsourcing y el profesional independiente. Por ejemplo, backoffice, contabilidad, call centers, auditorías, arquitectura, todo lo que es diseño, software, diseño de aplicaciones, mantenimiento de aplicaciones a distancia. Tenemos que pensar cómo vamos a manejar el grueso del empleo femenino. Esos sectores de alto crecimeinto y buena remuneración.
¿Vale la pena hacer una defensa tan acérrima de las mujeres cuando el 80 por ciento de la población está excluida por la pobreza?
La mayor parte de la gente pobre son mujeres. Las mujeres son particularmente vulnerables a los malos empleos o al desempleo porque tienen que manejar esa responsabilidad sobredimensionada de los hijos. El nivel de abandono de los hijos por parte de los padres es sobrecogedora. Los hombres abandonan y las mujeres se sienten orgullosas de cuidar los hijos solas, se sienten heroínas. Hay una complicidad de mujeres superberracas con hombres abandónicos. ¿Qué vamos a hacer con la legislación de la responsabilidad de los padres por los hijos? Es un canto a la bandera. Las leyes de alimentos es un canto a la bandera. Ni las mujeres millonarias consiguen que los tipos les paguen. En los temas álgidos de discriminación hay un nivelador social.
¿Cómo así?
Nos pegan a todas, indistinto de si somos de clase alta o baja. Nos abandonan a todas. Nos toca luchar para que nos ayuden a cuidar a los hijos. Hay discriminación salarial a pobres y ricas, y jóvenes y viejas. Uno de los problemas y por lo que no nos hemos hecho cargo de este problema es porque las mujeres de clase alta creen que las mujeres las tienen fácil. La discriminación por clase es mayor que la de género, ser una mujer de clase alta es super chévere. Pero, ¿que la genera? Su clase.
Cambiando un poco el tema, y hablando sobre el estilo de liderazgo de mujeres, parecería haber dos modelos: el de la mujer seductora estilo Noemí, que siempre está sonriendo. Y el de la mujer más confrontacional estilo Cecilia López o usted…
Y ¿Angélica Lozano sería qué?
Me parece que las más jóvenes no cuadrarían tanto entre esos estereotipos.
Si hay como una invitación a cualquiera de esos extremos y nos metemos en esos estereotipos. Las mujeres jóvenes, en general, tienden a pensar que no hay discriminación. La descubres cuando tienes un hijo. La investigadora Ximena Peña, descubrió que existe una diferencia salarial del 10 por ciento entre mujeres con hijos y mujeres sin hijos. Eso, encima de la discriminación por ser mujer. El tema es que las mujeres jóvenes antes de tener hijos no tienen una actitud confrontativa, tienen posiciones en temas nada que ver con la mujer. La mujer mas madura, que ha experimentado discriminación por ser mujer, esa mujer ya posiblemente tiene una carga emocional. Yo tengo una carga emocional. Yo no estoy brava con nadie, pero estoy impaciente porque la vida no ha cambiado demasiado con lo que me pasó a mí a los 30 años y a mi hija. Entró a trabajar al Ministerio de Ambiente, y le pagaron 500 mil pesos menos que a su colega en una institución pública. Cuando se quejó, le dijeron: él pidió más. Yo siento una gran impaciencia, yo no quiero pasar por esta vida y dejar las cosas igual. Cecilia López tiene lo mismo.
Vemos que los cambios no pasan. Las mujeres no se dan cuenta que el mundo está suspendido. La situación de la mujer se ha dañado.”– Isabel Londoño
¿Cómo se ha dañado la situación de la mujer?
En embarazo adolescente tenemos cifras de hace 18 años; en mortalidad materna estamos como hace 18 años. Si una mujer llega a un hospital en Colombia y no tiene EPS o no tiene con qué pagar, como el parto no es emergencia médica no la tienen que atender. Entró una ley al Congreso para remediar eso y no salió; el porcentaje de mujeres en la fuerza laboral formal ha disminuído un 10 por ciento en los últimos 20 años. En 2002, eramos el 15 por ciento del Congreso, en el 2006, el 9 por ciento, en el 2010 no lograrémos ni el 7 por ciento porque el número de candidatas disminuyó. El único indicador que sigue subiendo es la educación.
¿Qué tanto cambia la situación para las mujeres tener una gobernante mujer?
Una de las tragedias de Colombia es que las mujeres que entran al poder tienden a venir de estratos sociales altos donde creen que no hay discriminación o de otros sitios que no tienen conciencia de género porque todo lo demás es tan duro que no se dan cuenta que ser mujer es duro. Gloria Inés Ramírez, por ejemplo, ha tenido que luchar contra tanta cosa en su contra, que ser mujer parece lo de menos. No hay una clara conciencia de la necesidad de transformar la sociedad en eso.
¿Y la comisión de mujeres creada en el Congreso no contribuyó en eso?
El ejercicio de formar la comisión de mujeres contribuyó a levantar la conciencia de género de las mujeres. Sin tenerse que volver activistas del feminismo, descubrieron rendimientos políticos pero también personales. Yo coordiné durante dos años esa comision. Sacamos la Ley de violencia contra la mujer. La ley la firmaron 24 mujeres, liberales como Cecilia López y tradicionales como Claudia de Castellanos. Ser capaces de encontrar puntos de encuentro, es un ejemplo para Colombia. Yo se que se puede con estrategias de trabajo conjunto atravesando edades, partidos, aprendiendo a trabajar en la diversidad con un propósito común, claro, concreto y bien definido. Llego nueva pero a trabajar en un equipo con todas las mujeres del Congreso, es un equipo poderoso.
Hablando del rédito político, ¿cómo se explica que en las encuestas Juan Manuel Santos tenga más apoyo de mujeres que Noemí Sanín o Marta Lucía Ramírez?
Colombia tiene 15 millones de votantes. El 52 por ciento de los votantes son mujeres, más de 8 millones de votos. ¿Qué pasaría si votaran por mujeres? En el 2006, si sumabas los votos de todas las senadoras, no daban 800 mil votos.
¿Por qué es eso?
Porque las mujeres piensan que la política es sucia, y no se informan. El líder se informa, cuenta, e influye la decisión de otros. La que no se informa, sigue. ¿A quién sigue, si los protagonistas son hombres? Vota por un hombre.