Si J.J. Rendón está detrás del video de Óscar Iván Zuluaga sería más una táctica de “contraste” que un montaje.
En su entrevista anoche con Hora 20, Óscar Iván Zuluaga se defendió del escándalo en el que está inmerso alegando que era víctima de un montaje. “Esto es fruto de una estrategia usada muchas veces por el asesor del presidente Santos, J.J. Rendón. Hay ejemplos claros de acciones similares en campañas en que trabajó J.J. Rendón en México, Venezuela, El Salvador y Panamá”, dijo Zuluaga, haciendo referencia al estratega político de Santos, que tuvo que renunciar hace unas semanas por otro escándalo. La misma línea de defensa asumió el ex presidente Uribe y también el ex vicepresidente Francisco Santos.
Pacho Santos, en un análisis sobre las preguntas que no se han hecho los periodistas respecto al video sobre la visita de Oscar Iván Zuluaga a la oficina del hacker, dice que “Sepúlveda trabajó con Rendón en campañas en Centro América donde se dieron escándalos asociados a hackers hasta finales del año pasado.”
La Silla Vacía le preguntó a a tres miembros del Centro Democrático qué ejemplos concretos habría de estos montajes en otras campañas en las que estuvo involucrado el estratega venezolano o de escándalos asociados con hackers. Hasta ahora no ha tenido respuesta.
Tampoco encontró en Google mención a episodios parecidos al que sacude la campaña colombiana en la prensa de esos países en las contiendas en las que participó el estratega venezolano, lo que indicaría que si existieron no fueron tan notorios ni tantos como dicen en la campaña de Zuluaga.
Hay una excepción, y son las recientes elecciones de Panamá, donde sí hubo un escándalo por la presencia de un hacker que habría intentado alterar los resultados electorales del Tribunal Electoral. Pero la denuncia no iba contra el candidato asesorado por Rendón (Juan Carlos Navarro) sino contra la ficha del saliente Ricardo Martinelli, José Domingo Arias. Así lo denunció Anonymous y luego se desató un escándalo del que tuvo que defenderse el mismo Presidente.
Otro evento semejante fue el video que apareció en la campaña presidencial de México en 2012 en la que un miembro de #YoSoy132 (un colectivo estudiantil similar a la Ola Verde colombiana pero que no apoyaba a ningún candidato) decía que detrás de ese grupo estaba el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador. Eso habría beneficiado a la campaña de Enrique Peña Nieto, quien ganó las elecciones y en la que trabajó Rendón, aunque no encontramos ningún dato concreto que vincule a Rendón con ese video, que en todo caso no era un montaje.
Otra situación, potencialmente similar pero que no se concretó, fue denunciada en Colombia, en 2007. En aquella época se dio en el Congreso un debate para deportar a J.J. Rendón porque el entonces representante de la U Nicolás Uribe contó cómo Rendón lo había amenazado con hacerle un montaje de fotos con prostitutas para acabar con su carrera política si no despedía a una funcionaria de Colombia Joven.
En esa sesión parlamentaria, que La Silla reconstruyó cuando Santos nombró a J.J. como su asesor en la campaña de 2010, también hablaron otros representantes de La U, de Cambio Radical e incluso del Polo Democrático. Todos coincidieron en que Rendón estaba detrás de varios montajes en contra de partidos y candidatos, y que era un personaje muy cuestionado, aunque no aportaron información concreta.
La constancia de los parlamentarios quedó hecha, pero al final el Canciller no fue citado ni Rendón fue expulsado del país. Y tres años más tarde, seis de los representantes que promovieron el debate contra Rendón en ese momento, acompañaron a Santos en su candidatura y tuvieron a J.J. como estratega principal.
Tres años antes, en mayo del 2004, en República Dominicana, el entonces candidato opositor y luego presidente de ese país, Leonel Fernández, advirtió que Rendón estaba detrás de un “audio apócrifo” donde supuestamente él le pedía a una tercera persona “retirar su dinero del país para crear un clima de desestabilización”.
Cuando La Silla escribió el perfil de J.J. Rendón, que fue luego publicado en el libro Súper Poderosos, habló con varios consultores políticos del continente quienes coincidieron en su apetito por la notoriedad, sus “inexactitudes”, el uso de supuestos “auto atentados” a sus candidatos para llamar la atención, montajes de conversaciones y el gusto por las campañas negativas. Pero cuando se les preguntó por los casos concretos no quisieron referirse a los detalles de lo que han visto han sido las actuaciones de JJ.

Como contó La Silla, JJ Rendón, se ha especializado en la técnica del “contraste”, que una persona que trabajó con él define así: “Basado en las acciones públicas de los contendores, les cuenta a los ciudadanos la información que no tienen. Por ejemplo, lo de la relación de “El Cebollero” y Aníbal Gaviria; lo de que Mockus decía una cosa y después se arrepentía”.
Uno de los casos de “contraste” que Rendón más le gusta recordar es el de las elecciones para la alcaldía de Mazatlán, México, en que el opositor había atropellado a un transeúnte, no lo ayudó y luego trató de esconder el incidente.
Rendón dijo que decidieron sacar publicidad en un partido de fútbol de gran sintonía denunciando este hecho que era desconocido para la gente y el candidato perdió 18 puntos ese mismo día.
Rendón tiende a “autoplagiarse”: aplica lo que le funciona en un país o en una campaña en la siguiente. Por ejemplo, usó en 2011 en las elecciones para la Alcaldía de Bogotá estrategias similares a las que le funcionaron con Santos el año anterior en las presidenciales.
En la última semana antes de elecciones, en la campaña de Enrique Peñalosa, a quién él terminó dandole consejos cuando se alió con el Partido de la U para el que trabajaba Rendón, comenzaron a mover mensajes, principalmente por BlackBerry, que dejaban mal parado a su contrincante, Gustavo Petro y que, además, tenían la estructura de un mensaje ya usado por el estratega.
Para las elecciones presidenciales, Rendón había hecho mover un mensaje que decía “Mockus era ateo y ya no; iba a extraditar a Uribe y ya no; yo iba a votar por Mockus y ya no”. En esta ocasión, el mensaje decía “Petro era del M-19 y ahora no; era del Polo y ahora no; yo iba a votar por Gustavo Petro y ahora no”.
Rendón también convenció a Peñalosa de que cambiara su lenguaje. Así como en los debates del año anterior Santos acostumbraba a referirse a Mockus como “profesor”, en los debates de las semanas anteriores a las elecciones de ese año, Peñalosa se refirió a su principal rival, Petro, como “senador”. Sólo que esta vez, Petro reaccionó y la estrategia se le devolvió a Peñalosa. Más recientemente, en la actual campaña, Santos comenzó a referirse a Álvaro Uribe como “senador”.
Como contó La Silla en su momento, el día de las elecciones a la Alcaldía, la campaña de la entonces candidata Gina Parody denunció que muy temprano se hicieron llamadas telefónicas con grabaciones pidiendo votar a favor de Gina Parody, lo que molestó a muchas personas que fueron despertadas en la madrugada.
La candidata independiente dijo que esto hacía parte de una campaña sucia en su contra y, aunque no señaló directamente al responsable, en la campaña de Parody sí dijeron que esa misma situación había ocurrido en Medellín afectando a la campaña de Aníbal Gaviria. Y en Medellín, los de la campaña de Gaviria creían que esa exacta estrategia que se hizo una semana antes había sido coordinada por Rendón para favorecer a su cliente Luis Pérez.
En una entrevista con Caracol, Rendón dijo que él no había tenido nada que ver con las llamadas y que creía que era un problema del servicio que ofrece esas llamadas automáticas y que él no desperdiciaría el último día de elecciones “pataleando” y peleando por cosas como esa.
Sin embargo, en Panamá, en la campaña en la que J.J. Rendón asesoró al candidato Navarro, los ciudadanos también “denunciaron la violación de la privacidad en sus hogares debido a que en horas de la noche son sometidos a un “bombardeo” de llamadas telefónicas con grabaciones y mensajes de candidatos para instarlos a votar”, según denunció un diario local. Podría ser una coincidencia o de pronto no.

En esas campañas locales de 2011, a J.J. Rendón le atribuyeron otras ‘estrategias’. En el Huila, por ejemplo, cuando él asesoraba a Cielo González, la Fiscalía le abrió investigación a la candidata de la U a la Gobernación por irregularidades en el proyecto del Reservorio. Lo mismo hicieron la Procuraduría y la Contraloría.
Después de esto, comenzaron a aparecer rumores en el Huila según los cuales el senador Jorge Géchem habría dicho que el candidato del Partido Liberal y de Cambio Radical (que en ese momento lideraba las encuestas), Carlos Mauricio Iriarte, estaba buscando aliarse con el candidato conservador Jorge Perdomo para así hacerle frente a la candidatura de González.
Pero tanto Perdomo como Iriarte desmintieron esos rumores y señalaron que venían de la campaña de la candidata de J.J.
También circuló un rumor según el cual Perdomo adheriría a González. Pero el candidato conservador, en esta ocasión, también salió a desmentir la información y dijo que La U quería “enlodar el proceso electoral”.
Estos rumores concentraron a la prensa y la opinión huilense en la posibilidad de alguna alianza, crearon una cortina de humo y desviaron la atención de los procesos abiertos a González, algo similar con lo que ha ocurrido ahora con el escándalo de Zuluaga que desvió la atención mediática de la denuncia de Daniel Coronell contra Rendón.
A la postre, Cielo González, la candidata de J.J., comenzó a subir en las encuestas y, finalmente, ganó, aunque luego fue destituída.
En conclusión, J.J. Rendón ha utilizado varias tácticas polémicas para ganar elecciones. Y no es totalmente descabellado pensar que también esté detrás -como aseguran en la campaña de Zuluaga- de la revelación del video que ahora afecta la campaña uribista dada la larga relación previa que tuvo con el hacker y la forma tan conveniente como el escándalo de Sepúlveda y Zuluaga sepultó la denuncia sobre su intermediación entre los Comba y el gobierno de Santos.
Sin embargo, hasta ahora, Zuluaga no ha podido explicar qué parte del video no es cierta ni tampoco ha negado que sea él el que aparece allí escuchando a Sepúlveda hablar de información de inteligencia obtenida ilegalmente. Por lo tanto, hasta ahora, si Rendón está detrás del video pareciera más una táctica de “contraste” que un montaje.