El asesor principal de la campaña reelecionista, el venezolano JJ Rendón, no sólo está afrontando el escándalo por asesorar a narcos colombianos en un fallido plan de sometimiento a la justicia, sino que ayer recibió un nuevo golpe al mito de estratega infalible: el candidato presidencial que lo contrató en Panamá perdió en un desconcertante tercer lugar después de puntear en algunas encuestas.

El asesor principal de la campaña reelecionista, el venezolano JJ Rendón, no sólo está afrontando el escándalo por asesorar a narcos colombianos en un fallido plan de sometimiento a la justicia, sino que ayer recibió un nuevo golpe al mito de estratega infalible: el candidato presidencial que lo contrató en Panamá perdió en un desconcertante tercer lugar después de puntear en algunas encuestas.

La firma de J.J. estaba detrás de la campaña del exalcalde del distrito de Panamá, Juan Carlos Navarro, del Partido Revolucionario Democrático (PRD). Fichas claves de la firma de J.J., que asesoraron la pasada campaña de La U al congreso, viajaron a Panamá para acompañar la campaña de Navarro en la recta final. Sin embargo, al final, y aunque en la última encuesta del Ipsos empataba con el oficialista José Domingo Arías, el candidato de J.J. terminó – con menos del 30 por ciento de los votos – de tercero por detrás de Arias y del ahora presidente electo Juan Carlos Varela. 

El mito de que Rendón no pierde ningúna carrera se ha venido desvaneciendo en la región desde 2011, cuando muchos de sus candidatos perdieron las elecciones locales en Colombia

La irrupción de JJ Rendón en la campaña presidencial panameña causó polémica en su momento. El hoy presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, entonces trinó: “J.J. Rendón, asesor político de campañas sucias en especial de rumores falsos ha sido contratado por el PRD para su campaña presidencial”.

Rendón llegó hace unos días a Colombia para enderezar la campaña del Presidente Santos que sigue sin despegar en las encuestas mientras Óscar Iván Zuluaga sí sube. Falta ver si J.J. revierte la tendencia y salva a Santos y su propio mito. O si, de lo contrario, el escándalo que se armó a su alrededor le pega al presidente-candidato y cultiva una nueva derrota en su portafolio.