La Procuraduría General, en primera instancia, destituyó e inhabilitó por 18 años al gobernador de La Guajira Francisco “Kiko” Gómez. Pero eso no quiere decir que sus problemas se queden ahí ni que su poder se haya acabado.
Hace unos minutos la Procuraduría General, en primera instancia, destituyó e inhabilitó por 18 años al gobernador de La Guajira Francisco “Kiko” Gómez. Pero eso no quiere decir que sus problemas se queden ahí ni que su poder se haya acabado.
La decisión de la Procuraduría no fue por los líos penales que lo vinculan a dos asesinatos en La Guajira. Se tomó en un proceso disciplinario por presuntas irregularidades en la contratación, incluyendo haber entregado una licitación de construcción de vías por casi 50 mil millones de pesos a una unión temporal que no cumplía los requisitos.
Aunque Gómez puede apelar la decisión disciplinaria (y enventualmente seguir el camino de Gustavo Petro, interponiendo tutelas si la Procuraduría la confirma), tiene otro dolor de cabeza más grande: justo ayer amplió la indagatoria en uno de los procesos que lo tienen detenido, por presuntos vínculos con grupos paramilitares. Además, la próxima semana la Fiscalía planea imputarle cargos por el asesinato de la ex alcaldesa de Barrancas Yandra Brito y su esposo Henry Ustáriz, además de que ya está siendo procesado por otros tres homicidios.
A pesar de tener encima todos esos procesos, su poder sigue vivo. Su grupo político controla las alcaldías de Maicao, Barrancas, Albania, Riohacha, Villanueva y San Juan. Su aliado político Antenor Durán Carrillo es candidato a la Cámara por Aico. El representante José Alfredo Gnecco -familiar de Gómez- está tratando de saltar al Senado avalado por La U y pinta con mucha fuerza.