Hoy, en un foro en la Universidad Externado, representantes de 11 universidades y del principal tanque de pensamiento de justicia pidieron al Gobierno que dejara hundir la parte del proyecto de equilibrio de poderes que hace una reforma a la justicia. Aunque ese anuncio no tiene un gran peso político, sí le da argumentos a los críticos del proyecto y le da aire a los perjudicados por esas reformas.
Entre los que apoyan la solicitud hay miembros de universidades públicas y privadas, de Bogotá y de las regiones, de tendencia liberal y conservadora.
En total, son las facultades de derecho de las universidades Tecnológica del Chocó, de los Andes, de Antioquia, Sergio Arboleda, de la Amazonia, del Norte, Autónoma de Bucaramanga, de la Costa, Javeriana, Libre de Pereira y del Externado. Y las acompaña Dejusticia, un tanque de pensamiento clave en el sector.
Delegados de esas facultades estuvieron de acuerdo en que sería mejor sacar los asuntos judiciales de una reforma que, a su juicio, es más una reforma política. Sus argumento es que al mezclar las dos cosas se reduce el debate sobre la parte judicial y que, como hay poca evidencia de que lo que se propone resuelva los problemas de la justicia, lo mejor es hundirlo para hacer un debate más a fondo sobre la reforma que se necesita.
Si eso pasara, se postergarían varios cambios claves en el funcionamiento de la cúpula de la justicia. Por ejemplo, eleva los requisitos para ser magistrado de una Alta Corte, cambia la forma de elegir a esos magistrados y les quita las funciones electorales. Además, elimina el Consejo Superior de la Judicatura.