La fuerza de la senadora Martiza Martinez del Partido de la U en el Meta, es el resultado de una mezcla de maquinaria, plata y algo de opinión. Y para estas elecciones su victoria parecía otra vez arrolladora hasta que apareció Álvaro Uribe. La incursión del expresidente en la campaña ha forzado a Maritza, como a decenas de candidatos al Senado en otras regiones, a multiplicar su esfuerzo en la campaña con el fin de contrarrestar semejante rival.
No se necesitan diez minutos en las calles de Villavicencio, la capital del Meta, ni cinco en las de Puerto López, a orillas del Río Meta, para darse cuenta que la campaña de Maritza Martínez es la más poderosa en esta región de los llanos orientales. A diferencia del resto de candidatos, Maritza está en todos lados: en las vallas, en los postes, en las tiendas, en las casas, en los carros, en los buses, en los mototaxis. Es la cacica llanera.
En Puerto López, un municipio donde en las elecciones al Congreso votan alrededor de 10 mil personas, la candidata espera sacar 3 mil votos; tiene tres sedes; son pocas las cuadras donde no hay publicidad suya; y para el día D tiene una maquinaria lista para mover la gente de la casa a las urnas.
Los mototaxistas del Puerto se habían alineado con Wilmar Barbosa, otro candidato al Senado de la U. Sin embargo, hace unas semanas la campaña de Maritza les ofreció 100 mil pesos por tener publicidad en los días preelectorales y otros 100 mil por transportar a los votantes el 9 de Marzo. Muchos se cambiaron la camiseta, le contó a La Silla un conductor de la zona.

La fuerza de la senadora es el resultado de una mezcla de maquinaria, plata y algo de opinión. Y para estas elecciones su victoria parecía otra vez arrolladora hasta que apareció Álvaro Uribe. La incursión del expresidente en la campaña ha forzado a Maritza, como a decenas de candidatos al Senado en otras regiones, a multiplicar su esfuerzo en la campaña con el fin de contrarrestar semejante rival.
“En la campaña dijeron que me iban a dar una plata”, apunta un señor que camina por las calles de Puerto López, con la camiseta de la candidata cerca al parque principal, a la Alcaldía donde está parqueada una Mitsubishi de vidrios negros con publicidad de Maritza. “Tiene la maquinaria”, opina Timoteo Romero, candidato del Polo Democrático. “Es la candidata del Alcalde (de Villavicencio)”, afirma un periodista local. “Los políticos están con ella”, explica Jaime Macías, un dirigente político de la región del Río Meta. “La que más fuerza tiene aquí, la que más se siente, es la señora”, dice un taxista.
La maquinaria política de Maritza Martínez tiene muchas raíces. La principal es la de su esposo, el ex gobernador del Meta y ex senador Luis Carlos Torres, quien ha sido investigado por nexos con los paramilitares y que fue destituido e inhabilitado por la Procuraduría en el 2008 porque el Ministerio Público consideró que Torres, siendo gobernador, había omitido ser el representante legal del Meta a través de convenios para canalizar la contratación.
‘Lucas’ – así le dicen los metenses – fue gobernador entre 2001 y 2003, y después de ocupar dicho cargo acumuló tanto poder en la región que se convirtió en un barón político del Meta.
“Tiene una red de apoyo en todos los municipios y gente dentro de las entidades públicas del Meta”, le explicó a La Silla un periodista regional.
“Manejó por años los hilos en el departamento lo que le permitió reunir muchos líderes a su alrededor”, le dijo a La Silla la cabeza de lista a la Cámara del Centro Democrático, Fernando Sierra.
El grupo político del esposo de la senadora Martínez ha participado de todas las elecciones en los últimos años.


En las locales de 2003 pusieron gobernador con Edilberto Castro, quien terminó condenado por el asesinato de su contendor en campaña y de otros dirigentes políticos con lo que había tenido diferencias.
En 2006 ‘Lucas’ llegó al Senado con 66 mil votos. En 2007 Maritza se lanzó a la Gobernación y aunque perdió con Darío Vásquez -que ahora la apoya-, sacó 118 mil votos, a sólo 10 mil de Vásquez. En 2010, se convirtió en senadora con 61 mil votos, 44 mil provenientes de las urnas del Meta. En 2011 pusieron al actual Alcalde de Villavicencio, Juan Guillermo Zuluaga, que ganó con 59 mil votos.
Dos dirigentes políticos y dos periodistas de la región con los que La Silla habló coincidieron en que Zuluaga, desde la Alcaldía, le está ayudando a Maritza en su campaña. Sin embargo, no detallaron cómo lo está haciendo y La Silla no pudo confirmar esta información por otro lado.
Además de su propia maquinaría, Martínez también cuentan con otros motores. El clan del ex gobernador Darío Vásquez le está apostando a la reelección de Maritza en el Senado.
Y el ex alcalde y rey electoral de Puerto Gaitán – municipio famoso por manejar recursos millonarios de las regalías – Oscar Bolaños sigue la misma línea.
Bolaños, quien es reconocido en la región por tener mucha plata, saltó a la fama nacional cuando Pirry denunció en su programa RCN que las obras que su gobierno había construido estaban inconclusas o no servían a la comunidad. A la hora que el programa de Pirry salió en televisión, casualmente, en Puerto Gaitán se fue la luz, lo que fue denunciado como censura. El alcalde actual del Puerto es Edgar Silva, quien es del combo político de Bolaños.
El respaldo de Bolaños a la senadora Martínez incluye a su candidata a la Cámara, la ex concejal de Villavicencio y ex diputada Lucy Contento.
Aunque Contento, una de las candidatas más visibles a la Cámara, hace también fórmula con el senador Armando Benedetti, gran parte de su campaña acompaña públicamente la candidatura al Senado de la cacica llanera. Benedetti explicó a La Silla que Contento va en fórmula con él con el 20 por ciento de su estructura, y a Martínez le pone el 80.

Una de las sedes de Maritza Martinez en Puerto Lopez, Meta. Esta es compartida con la candidata a la Cámara Lucy Contento, quien tambien es fórmula del Senador Armando Benedetti.
A todo lo anterior se le suman concejales, ex concejales, alcaldes y ex alcaldes de municipios de distintas vertientes a lo largo y ancho del Meta, además de los diputados. En Puerto López, por ejemplo, Maritza cuenta con el respaldo de nueve de los 13 concejales, según le confirmó a La Silla Jaime Macías, coordinador de la campaña de Martínez en el Meta. También dijo que al menos siete diputados acompañan a la senadora.
Además de los apoyos públicos, un miembro de la campaña de Martínez le contó a La Silla off the record que “por debajo de cuerda” la candidata está de fórmula con el liberal Ángelo Villamil, la carta más fuerte entre los aspirantes a la Cámara del Meta por contar con el respaldo del gobernador Alan Jara.
Esta estructura política de dirigentes locales con la que cuenta Maritza, no la tienen en la campaña del Centro Democrático.
La plata
Hace dos semanas en un debate entre los candidatos al Senado oriundos del Meta, promovido por el PNUD y otras organizaciones en la Cámara de Comercio de Villavicencio, la senadora Maritza Martínez dijo que no sabía cuánta plata había gastado en su campaña.
“He recorrido toda la región, las ciudades, los municipios pequeños, las veredas, y es sorprendente ver cómo su campaña – la de Maritza – está en todos lados. Hay propaganda y gente trabajando a la que le pagan entre 20 mil y 30 mil pesos diarios. Es admirable y sorprendente la plataforma que tienen montada,” dijo a La Silla Guillermo Márquez, un sacerdote de La Uribe que aspira a llegar a la Cámara como candidato de la UP.
Ese pago a los denominados pregoneros que ayudan a la campaña se lo confirmó a La Silla Jaime Macías, el coordinador de la candidata en Puerto Lopez.
En el Centro de Villavicencio, por ejemplo, donde los pendones de Maritza están en muchos locales, pagan 30 mil pesos diarios para colgarlos. Ya se refirió el caso de los mototaxistas. Y hay que sumar las vallas grandes que están regadas y la publicidad de volantes y afiches para repartir. Todo eso demanda plata y el grupo político de la Senadora ha demostrado que la tiene.

Uno de los tantos afiches de Maritza Martinez en el Meta
Aunque la maquinaria parece jugar el papel central, la senadora también tiene votos de opinión, por ella y por el recuerdo de su esposo.
Por un lado, al ser la única senadora de la región en el Congreso, Maritza ha buscado posicionarse como la representante del Llano en el Senado, lo que ha calado entre muchos metenses.
Su slogan “El llano en el Senado” lo dice todo. Pero además sus mensajes de campaña más sofisticados – que van más allá de la foto y el número – se ha centrado en eso, promoviendo, por ejemplo, su voto negativo al “raponazo a las regalías” (como le dicen a la ley de regalías que reparte una porción de las regalías entre las regiones más pobres y no productoras) y los proyectos de infraestructura que ha gestionado no sólo para el Meta sino para toda la Orinoquia.
Ese vínculo con la región es el argumento de muchos electores con los que La Silla habló en el Meta para votar por Maritza Martinez.
“Hay que votar por ella, es de aquí, llanera,” cuenta un vendedor ambulante en una plaza de Villavicencio. “Ha gestionado obras para la región…ha sido una buena representante del Llano en el Senado, y no sólo por la región sino por el país ha apoyado proyectos en beneficio de una humanidad” apunta un pregonero de su campaña.
Por otro lado está la imagen de ‘Lucas’, a quien algunos metenses recuerdan como un buen gobernador.
Roberto Sanabria, una fuente local que conoce la movida política en el Meta, le explicó a La Silla que ‘Lucas’ cuando estuvo en la Gobernación “se dedicó a hacer polideportivos y escuelas en muchos pueblos,” obras que hoy la gente todavía le retribuye con votos a su esposa. Sin embargo, Sanabria aclara que en todo caso lo que más pesa es la maquinaria política de dicha familia.
Una de las razones que explican que la senadora se haya empleado tan a fondo en esta campaña es que esta vez tiene un rival fuerte: Álvaro Uribe.
Aunque en la lista de La U al Senado hay otro candidato metense, Wilmar Barbosa (que se quemó en su aspiración a la gobernación en 2011 con 132 mil votos), que le podría quitar votos a Maritza Martínez, el verdadero temor dentro de su campaña y fuera de ella es el uribismo.
“Le va a quitar muchos votos,” indica un coordinador de la campaña de Martínez en Puerto Lopez. “Así como hay 100 por ciento maritzistas, hay 100 por ciento uribistas y toca respetar su posición” afirma un pregonero de la campaña. “Entre Uribe y Maritza, Uribe”, dice una electora.
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La sede de campaña del Centro Democratico en Villavicencio.
El Meta ha sido un departamento uribista y de hecho, cuando Maritza llegó al Senado hace cuatro años, era la candidata uribista. Incluso militantes del Polo Democrático, férreos opositores de Uribe que han estado en campaña durante esos meses pues aspiran a la Cámara, reconocen el uribismo ferviente entre los metenses.
En la campaña del uribismo, que tiene siete vallas en el departamento y ha gastado alrededor de 100 millones en la correría, según le confirmó a La Silla la cabeza de lista a la Cámara del Centro Democrático Fernando Sierra, rebosa el optimismo.
Para la Cámara esperan 35 mil votos y con la lista al Senado aspiran a recoger 80 mil votos montados en el lomo del expresidente Uribe lo que pondría en riesgo el liderato de La U y de Maritza. En 2010 de 226 mil votos totales, siendo el partido de Uribe, La U sacó 96 mil votos (casi la mitad de Maritza) que podrían terminar gran parte en las cuentas del Centro Democrático. Hace cuatro años sin que Uribe fuera directamente el candidato, sin que estuviera de frente en correria ni tuviera candidatos propios a la Cámara, el sólo logo de La U se llevó siete mil votos.
La metense en la lista al Senado de Uribe – renglon 19 – es Nohora Tovar. Tovar fue directora ejecutiva de Fenalco en Meta entre 2007 y 2001. Fue secuestrada por las Farc cuando su esposo, Guillermo Pérez, era concejal de Villavicencio. En 2011 fue candidata a la alcaldía de Villavicencio con el aval de Aico. Quedó de quinta, con menos de nueve mil votos. Actualmente es gerente de una empresa que vende carros. Terminó en la lista porque la pelea entre otros dos metenses que querían el cargo (Carolina Pulido, esposa del ex alcalde de Puerto Gaitán, y Hernán Gómez Niño, fallido candidato verde -pero de corazón uribista – a la gobernación), los terminó hundiendo a los dos, pues Uribe prefirió una carta novedosa. Tovar además de los votos que le pueda sumar, es la cara visible de los principales patrocinadores del uribismo en el Meta: los empresarios.


En el extremo político contrario al uribisimo y La U de Maritza, la izquierda del Meta no tiene fuerza para medrise a estos titantes en las urnas. Los tres candidatos del Polo a la Cámara, que son los promotores de la campaña de Robledo al Senado en la región, son Timoteo Romero, Nestor Restrepo y Carlos Cano. Entre los tres, dicen ellos, en volantes, afiches y las correrías, se han gastado menos de lo que vale una sola valla (es decir, menos de siete millones). En otras palabras, lo que invierte la campaña de Maritza en una cuadra de Villavicencio, puede valer más de lo que se va a gastar el Polo en toda la carrera. Y con esta campaña, apalancados sobre todo en las organizaciones sindicales, esperan que Robledo pueda sacar 5000 votos en el Meta, aspiración muy distante a de Maritza – que con todo el esfuerzo quiere mantener o superar sus 44 mil votos – o la del Centro Democrático.
La otra campaña de izquierda es la de la UP, que no tiene candidatos al Senado locales y una lista a la Cámara de tres – que podría impulsar a los de la UP que aspiran al Senado por Alianza Verde – con una campaña poco visible. Guillermo Márquez, uno de los tres, le contó a La Silla que la campaña ha estado enfocada a amigos y a conocidos o a comunidades con las que han trabajado y los invitan a reuniones, y que se han gastado 7.500.000. Además, según Márquez, en alguna ocasión durante la campaña en una circunstancia extraña unos motorizados se acercaron al vehículo de campaña a tomar las placas lo que, con el fantasma de la violencia contra la UP, fue suficiente para que reviviera el estigma de que para ellos es difícil hacer política en Colombia.
Con una izquierda poco significativa en términos electorales, los conservadores y liberales sin fichas fuertes, la batalla campanal por los votos al Senado en el Meta es sido entre La U, con su cacica llanera Maritza Martinez redoblando esfuerzos, y el Centro Democrático recostado en el fervor de los metenses por el expresidente Uribe.