Foto: Twitter Diana Rojas

Diana Rojas ha sido la sorpresa en las elecciones a la Alcaldía de Cali. En su primera vez como candidata a ese cargo, compite con Alejandro Éder y Roberto Ortiz, los repitentes que lideran las encuestas. Lo ha hecho con una campaña que se considera independiente y en contra de las maquinarias de la política tradicional: “Nuestra única maquinaria es la gente”, es uno de sus eslogan. Sin embargo, su candidatura está apalancada por un grupo político con amplia experiencia en elecciones y que tiene su fortín en el vecino municipio de Palmira.

Se trata de Somos Juntos, liderado por el exrepresentante liberal Juan Fernando Reyes Kuri. El movimiento se hizo fuerte en la Alcaldía de Maurice Armitage en Cali en 2015 y la de Óscar Escobar, el actual alcalde de Palmira. Somos Juntos cuenta con el apoyo de una fundación con el mismo nombre, dedicada a canalizar apoyos económicos del sector privado, que aportó a la campaña de Rojas, según ella le confirmó a La Silla.

Tras el fin de la administración de Armitage, al menos 200 contratistas caleños encontraron refugio en el municipio vecino y en esta campaña hay movimiento a favor de Rojas desde Palmira, lo que ha suscitado críticas de rivales políticos. No hay evidencia de que la campaña se esté beneficiando del presupuesto de Palmira, pero sí hay un choque con el discurso antimaquinarias de Rojas.

La Silla revisó el listado de trabajadores que se trastearon de Cali a Palmira, y encontró que varios contratistas, exfuncionarios e incluso miembros activos del gabinete de Palmira están impulsando a la “Caleñísima”, como se hace llamar Rojas, en redes sociales. Además, varios de esos exfuncionarios trabajan hoy en la campaña de la candidata.

Los guiños de funcionarios y contratistas

Desde que comenzó la campaña, Diana Rojas se ha diferenciado de los demás candidatos por ser una candidata “ciudadana” y alejada de las lógicas tradicionales de la política. Recogió 165 mil firmas para su movimiento Cali Caleñísima y a diferencia de sus dos competidores principales, no recibió avales de ningún partido.

En medio de dos hombres con sellos de la política tradicional, Éder y Ortiz, su propuesta ofrece una alternativa: “Olvidémonos de pensar que es con las estructuras politiqueras que vamos a gobernar esta ciudad. El poder lo tiene la gente”, dijo Rojas en entrevista con La W. Su discurso está sustentado en la oposición que le hizo al alcalde Jorge Iván Ospina desde el Concejo y en su trabajo en la alcaldía de Maurice Armitage, quien llegó como “outsider” a las elecciones de 2015.

Sin embargo, su candidatura “antimaquinarias” sí cuenta con engranajes que, aunque no son las grandes locomotoras del Valle, representan una estructura que se ha fortalecido a partir de la administración pública y que podría moverse a su favor.

La Silla conoció un listado de más de 200 nombres que trabajaron en la Alcaldía de Maurice Armitage y que han sido contratados en la Alcaldía de Óscar Escobar. Varios de ellos en cargos directivos y como ordenadores de gasto. En total, más de 23 mil millones de pesos del presupuesto habrían sido destinados para contratos con excontratistas de Armitage. El exalcalde ha estado activo en la campaña de Rojas y, de cumplirse la lógica, sus antiguos colaboradores podrían respaldarla.

La Silla “stalkeó” las redes sociales de varios contratistas, funcionarios y exfuncionarios de la Alcaldía de Palmira y encontró varios guiños a la “Caleñísima”. Manuel Alejandro López, quien hasta octubre pasado fue director de Medio Ambiente, ahora es el candidato de Somos Juntos a la Asamblea del Valle y acompaña a Diana Rojas en sus recorridos. Yénifer Yepes, exsecretaria de Gobierno, también renunció para aspirar al concejo con el apoyo de Juntos.

Otros siguen dentro del gabinete del Alcalde Escobar y replican propaganda en redes sociales como Twitter y Linkedin. Se trata de Faysuly Manrique, secretaria de Desarrollo Institucional; Rodrigo Garcés, subsecretario de Seguridad Vial; y Juan David Escobar, director TIC.  

La Constitución, en su artículo 127, indica que los funcionarios públicos de la rama judicial, los órganos electorales, de control y de seguridad no pueden tomar partido en actividades electorales. Para el resto de funcionarios deja abierta la posibilidad “en las condiciones que señale la ley”. El problema es que dicha ley no existe todavía. Lo que sí existe es el Código Único Disciplinario, que considera una falta “utilizar el cargo para participar en las actividades de los partidos y movimientos políticos y en las controversias políticas”.

“Si nos atenemos al Código Único Disciplinario existe una restricción, pero la Constitución no la establece, entonces hay una contradicción”, explicó Armando Novoa, experto en derecho electoral. “Eso daría lugar a una acción disciplinaria, pero hay una zona gris. No sé si eso pueda ser una participación manifiesta en actividades electorales”, concluyó.

Para Rodrigo Garcés, uno de los funcionarios citados, un retweet no representa una opinión personal y mucho menos una participación en política. “En mi Twitter retuiteo a mucha gente, no solo a Diana. Si yo estuviera solo reposteando lo de ella, sí podría ser un indicio de que estaría participando en política cuando claramente no lo puedo hacer”, opinó el subsecretario.

Varios contratistas también replican constantemente las publicaciones de Rojas. Entre ellos hay periodistas que ahora trabajan en Palmira, como Juan Andrés Valencia y Fabio Posada. También Mónica Cadavid, que hizo parte de la UTL de Juan Fernando Reyes Kuri en el Congreso. La lista la completan Álvaro Cárdenas, Maria Camila Rebellón, Julián González Lema y Ángela González Lema. Estos dos últimos son primos de Camilo Lema, estratega político y exesposo de Diana Rojas, que lideró la campaña de Escobar, el alcalde de Palmira, y estuvo en su administración hasta principios de agosto. 

La Silla habló con dos de los contratistas: Fabio Posada y Juan Andrés Valencia, y ambos coincidieron en que su apoyo se da de manera espontánea, sin presiones y por la afinidad que tienen con Rojas. A diferencia de los funcionarios de libre nombramiento y remoción, los contratistas no tienen ningún impedimento jurídico para apoyar en campañas, pero su apoyo genera críticas desde sectores opositores.

“Diana Rojas se quiere vender como que no hace parte de nada cuando realmente es de un grupo político que paga cuotas burocráticas”, afirmó el concejal de Palmira Edwin Marín, del Partido Liberal, que durante los últimos años ha criticado el trasteo de contratistas desde Cali. “Utilizan la burocracia de Palmira para apoyar esa candidatura”, agregó.

Según una fuente que conoce el funcionamiento interno de la Alcaldía de Palmira, contratistas dentro de la administración están citando a reuniones políticas para apoyar las candidaturas de Somos Juntos: “No a manera de amenaza sino como incentivo, pero la gente de manera indirecta se siente presionada”, le dijo a La Silla con la condición de mantener su nombre bajo reserva. Además, afirmó que al menos la mitad de los contratistas de la Alcaldía están apoyando activamente sus candidaturas y que muchos están dejando de cumplir con sus funciones para participar en la campaña, sin mencionar a ningún nombre en particular ni mostrar pruebas de ello. 

Rojas, por su parte, niega que dichos apoyos correspondan a prácticas clientelistas. “Simpatizan con mi campaña porque hicimos parte de una misma administración y hemos visto cómo Jorge Iván Ospina acabó con los proyectos”, le dijo a La Silla. También reconoció que es amiga del alcalde Óscar Escobar, con quien trabajó en la alcaldía de Armitage y en Somos Juntos, pero niega cualquier tipo de influencia en su administración.

“Ojalá muchos más políticos decentes quieran sumarse a su campaña. Mi lucha no es contra la política sino contra la politiquería. Yo me siento orgullosa de ser política, pero los que hacen politiquería piensan que nos sentimos avergonzados del equipo de trabajo. Yo me siento orgullosa porque nos hemos hecho a pulso”, agregó.

Por su parte, el alcalde Óscar Escobar, quien dio la sorpresa hace cuatro años al vencer al candidato de Dilian Francisca Toro, argumentó que la selección de su planta obedeció al contexto político.

“La gente con la que yo había trabajado estaba o en Bogotá o en Cali, entonces evidentemente me apoyé en mucha gente que ha trabajado conmigo en el gobierno de Armitage”, le dijo a La Silla. “Ha sido un reto poder gobernar y armar equipo de gobierno en una ciudad donde hace 12 años había gobernado el partido de la U y donde, por lo tanto, todas las personas que habían estado en lo público de una u otra forma habían estado con ese partido”, explicó.

Respecto a los supuestos apoyos a la campaña de Diana Rojas en su Alcaldía, dijo que: “Nadie está usando recursos públicos para financiar ninguna campaña” y que incluso algunos exfuncionarios están en la campaña de Alejandro Éder.

La estructura “milenial” de Somos Juntos

Somos Juntos nació hace más de 20 años en Palmira como un colectivo que buscaba promover la participación de los jóvenes en la política. Allí dieron sus primeros pasos líderes como Juan Fernando Reyes Kuri, Óscar Escobar, Nicolás Orejuela y Diana Rojas, que se reencontraron en la Alcaldía de Maurice Armitage. Rojas como secretaria privada, Reyes como secretario general, Orejuela como jefe de gabinete y Escobar como director de las TIC.

En su momento, tuvieron una gran influencia sobre las decisiones al interior de esa Alcaldía. Después de su paso por el Centro Administrativo y de fortalecer sus relaciones políticas, Reyes Kuri encontró los votos necesarios para llegar a la Cámara de Representantes con la segunda mayor votación del Partido Liberal en el Valle.

Para las elecciones pasadas el grupo Juntos se inclinó hacia la candidatura de Alejandro Éder, que quedó tercero. Pero Escobar ganó en Palmira y representó un nuevo hito para Juntos. Actualmente, además de ser la gasolina de la Alcaldía de Palmira, cuentan con una fundación que se encarga de canalizar apoyos económicos del sector privado para sus diferentes candidaturas. Ha financiado campañas como la del senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical, a la de Reyes Kuri y recientemente aportaron para la recolección de firmas de Diana Rojas.

Ese bagaje, sumado al desgaste que implica ser gobierno, ha hecho que lo que comenzó como un grupo de amigos interesados en la política, comience a verse como una estructura. Comienzan a verse en problemas para marcar diferencias frente a la política tradicional, cuando les toca hacer acuerdos, alianzas y pactos naturales de la dinámica política, pero que ellos mismos han criticado. Sin embargo, para Reyes Kuri, el movimiento que fundó hace dos décadas conserva el espíritu alternativo y su trabajo colectivo funciona de manera orgánica y sin chantajes.

“La idea que yo tengo de una estructura es un poco perversa y coercitiva. Lo que nosotros hemos construido es gente muy buena, que ha trabajado en lo público y están convencidas de que quieren transformar realidades positivamente”, opinó al respecto el exrepresentante. Desde su perspectiva, Juntos no tiene una fuerza comparable con la de las estructuras tradicionales, lo que se demuestra con el fracaso de su candidatura a la Cámara el año pasado, cuando se quemó con 32 mil votos.

Además, considera que las dinámicas también son distintas, ya que parten de la convicción más que de la conveniencia: “Lo que queremos es que nos acompañe mucha gente, que podamos llegar al ejercicio del poder y hacerlo bien. ¿Con quien? Con la gente de confianza, que conocemos y puede hacer la tarea”.

La primera crisis

Diana Rojas está enfrentado la primera crisis de su campaña, justo cuando varias encuestas la muestran en tercer lugar, pocos puntos por debajo de Alejandro Éder. El pasado 13 de agosto, el exgobernador Juan Carlos Abadía dijo que se reunió con ella y con Maurice Armitage, y los señaló de haberle pedido su apoyo. Abadía, que enfrenta un juicio en el marco del escándalo del “cartel de la toga”, es una de las caras más recordadas de la política tradicional en el Valle del Cauca, por lo que su versión fue utilizada para criticar el discurso antimaquinaria de Rojas.

La candidata se defendió diciendo que sí existió tal reunión, pero que fue iniciativa de Abadía bajo el pretexto de comunicarle posibles planes en su contra cuando todavía estaba ejerciendo como concejal en 2022. Considera que las acusaciones recientes constituyen un plan coordinado para frenar su ascenso: “Esto es un ataque de la politiquería. Mi campaña le genera ronchas a muchos politiqueros que han decidido gobernar esta ciudad”.

Soy el periodista de La Silla Vacía en el Pacífico. Estudié periodismo de la Universidad de Antioquia. Crecí en el periodismo universitario y cofundé el medio de comunicación La Vuelta, enfocado en periodismo para juventudes. Ahora cubro el poder en el Valle del Cauca y la región Pacífica.