El conflicto con Venezuela, agudizado desde que Colombia firmó un acuerdo con EE.UU. para permitir el uso de bases colombianas por parte de militares gringos, se está traduciendo en retaliaciones comerciales.
“En Venezuela hay un embargo unilateral, ilegal e injusto contra Colombia”, dijo el presidente Álvaro Uribe hoy. “Tanto se han quejado del embargo contra Cuba, y ahora Venezuela lo que tiene es un embargo contra Colombia. Está creando aquí un Muro de Berlín contra Colombia”.
El Presidente exagera, pero no demasiado. Claramente, no existe un embargo pues el comercio entre los dos países continúa. En el primer semestre fue de dos mil millones de dólares. No es igual a Cuba, ya que Estados Unidos no le vende ni le compra nada a la isla y Venezuela todavía lo hace en nuestro caso. Y no se está creando un Muro de Berlín pues la circulación tanto de mercancías como de personas subsiste en la frontera.
”En Venezuela hay un embargo unilateral, ilegal e injusto contra Colombia”
Sin embargo, lo que está ocurriendo es grave. Como retaliación contra el acuerdo que le permite a los militares de Estados Unidos usar las bases colombianas, Chávez está haciendo efectiva la amenaza que lanzó en agosto de iniciar “un desmontaje progresivo hasta llevarlo a cero de los nexos comerciales de alto nivel, las grandes compras” con Colombia. La Cámara Colombo-Venezolana, que agrupa a los empresarios con negocios en el vecino país, calculó que el comercio entre los dos países caería este año un 16 por ciento. Ahora cree que debido a la tensión diplomática de los últimos meses la caída será del 30 por ciento.
Esto es grave sobre todo porque Venezuela es el mercado ideal para las pequeñas y medianas empresas (pymes) y está afectando a las regiones de manera desigual. Un análisis sectorial, realizado por el Centro Cerec de la Universidad del Rosario, demuestra que los más afectados por la crisis con Ecuador y Venezuela son los empresarios de vehículos y autopartes en Bogotá-Cundinamarca, de prendas de vestir en Antioquia, de papel y cartón en Valle, de máquinas y partes en el Eje Cafetero, de cárnicos en Santander y Atlántico, así como los de plásticos en Bolívar.
Estas son las tres principales medidas de retaliación:
Suspensión de certificados fito y zoosanitarios
Todos los productos animales y vegetales requieren de una inspección en la frontera para certificar que no llevan enfermedades. Ese certificado fitosanitario y zoosanitario es una condición necesaria para la importación de los productos del agro. Pero desde el 15 de octubre, Venezuela retiró a los inspectores de la frontera, con lo cual las importaciones de productos agrícolas se vinieron al piso. Esto ha afectado las exportaciones de hortalizas, de frutas y las maderas, aunque no se sabe todavía en qué magnitud dado lo reciente de la medida. Pero según datos de la SAC, el gremio de los agricultores, por la crisis en general, en septiembre de este año las exportaciones agroindustriales a Venezuela fueron de 23 millones de dólares, mientras que el año anterior en el mismo mes habían sido de 111 millones. Fedegán cree que perderán unos 400 millones de dólares en el segundo semestre. Con la restricción del certificado, la caída será aún mayor. El gobierno de Colombia se quejó ante la Organización Mundial del Comercio por esta medida, y los venezolanos dijeron que estudiarían la queja.
Vencimiento de licencias de importación
Venezuela expide unos certificados de importación para productos que vienen de Colombia. Desde hace unos meses, han comenzado a dejar vencer estas licencias, con lo cual las exportaciones de confecciones, textiles y otros productos manufacturados se han visto seriamente afectadas, según información de la Cámara Colombo-Venezolana. Iván Amaya, presidente de Ascoltex, el gremio de productores textiles, dijo que las exportaciones de su sector al vecino país están en cero. “En agosto, septiembre y octubre ‘se pasó en blanco’”, le dijo al diario Vanguardia Liberal. Y agregó que el mismo pronóstico se esperaba para noviembre y diciembre. En 2008, los textileros exportaron 1.200 millones de dólares, y en el primer semestre de este año solo 450 millones, de los cuales Cadivi les debe 75 millones de dólares.
Demorar el pago de las exportaciones a través de Cadivi
La compra y venta de dólares en Venezuela es regulada por la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI). Esta entidad tiene discrecionalidad para determinar el monto o cupo disponible de divisas para la venta de los dólares a la tasa oficial, que está hasta tres veces por debajo del precio del dólar que se compra en la calle en Caracas. Dado el problema de liquidez de Venezuela, el Cadivi ha optado por restringir los pagos. Y aunque la situación ha mejorado – en agosto del 2008 había 800 millones de dólares en mora mientras que en junio se habían reducido a 300 millones – la incertidumbre en los pagos ha afectado a muchos empresarios que ahora solo venden contra una garantía de pago o un anticipo. Colombia no es el único país afectado por esto. A los empresarios brasileros le deben más de dos mil millones de dólares. Pero la decisión de los desembolsos es discrecional y un informe reciente de la Cámara Colombo-Venezolana demuestra que Cadivi desde mediados de 2007 dispone de menos divisas oficiales para las importaciones cada mes. Este es el as bajo la manga más fuerte que tiene Chávez. “El bloqueo a Colombia esta más cerca de una cesación de pagos que a una jugada geoestratégica”, dice Alejandro Peláez en su blog de la Silla Vacía.