El senador polista Jorge Robledo denunció hoy que se archive el proyecto de ley para fortalecer a Corpoica -el brazo de investigación científica del Ministerio de Agricultura– porque, según él, con esa reforma se buscaría hacerle el juego a las multinacionales de semillas como Monsanto. Con esa noticia, a cuatro días de las elecciones, Robledo toca una de las fibras más sensibles de los recientes paros campesinos: las semillas, que ya habían estado en el centro del huracán con la resolución 970 del ICA. Sin embargo, esa denuncia es inexacta o exagerada por dos razones.

El senador polista Jorge Robledo denunció el proyecto de ley que busca fortalecer a Corpoica -el brazo de investigación científica del Ministerio de Agricultura– porque, según él, con esa reforma se buscaría hacerle el juego a las multinacionales de semillas como Monsanto. Con esa noticia, a cuatro días de las elecciones, Robledo toca una de las fibras más sensibles de los recientes paros campesinos: las semillas, que ya habían estado en el centro del huracán con la resolución 970 del ICA.

Sin embargo, esa denuncia de Robledo -titulada en “Proyecto de ley que les entrega el patrimonio genético de la Nación a las multinacionales es inconveniente e ilegal”- es inexacta o exagerada por dos razones.

Primero, según el senador, “Santos pretende entregarle a Corpoica las colecciones biológicas del país (semillas, embriones de animales y microorganismos), que el Estado ha recolectado durante décadas y que son un patrimonio estratégico e invaluable de la Nación”.

Eso es inexacto porque Corpoica -que es una entidad pública a cargo de la investigación científica del campo- ya tiene el manejo de esas colecciones. Corpoica, contratada por el ICA, custodia los bancos de germoplasma, que son esos recursos biológicos animales y vegetales del país, desde hace dos décadas. Y además las ha enriquecido, pasando de 11 mil muestras vegetales -llamadas accesiones- en 1994 a 34 mil hoy.

Lo que cambia el proyecto de ley -que ya fue aprobado en las dos comisiones tercera del Congreso y pasará a plenaria, y apunta a darle más dientes a la entidad que dirige Juan Lucas Restrepo– es que ésta ya no va a manejar esa colección por delegación sino que va a tener directamente esa función y tendrá por primera vez un presupuesto fijo del Gobierno para ello.

Aunque La Silla no pudo hablar con Robledo porque está en Barranquilla con la campaña de Clara López, un integrante de su equipo nos explicó que su preocupación central es que, al quitarle al ICA ese control, Corpoica se queda sin un supervisor. Y que, al ser Corpoica “una entidad pública de carácter científico y técnico, de participación mixta, sin ánimo de lucro, regida por las normas del derecho privado”, el tema es más complejo que si se mantuviera en el Ica.

El otro gran argumento de Robledo es que el proyecto “les entrega el patrimonio genético de la Nación a las multinacionales” porque “en la junta directiva de Corpoica tiene asiento el gremio de trasnacionales como Monsanto, Bayer y Syngenta, compañías interesadas en patentar las variedades que se puedan obtener de este patrimonio genético”.

En efecto, el gremio de las semillas tiene uno de los 18 asientos de la junta directiva de Corpoica, pero Robledo saca una conclusión apresurada al afirmar que al entregar formalmente esas colecciones a Corpoica y estar ellos en esa junta, terminarían quedándose con ese material biológico.

Corpoica tiene una junta directiva, escogida cada dos años en una Asamblea de su centenar de miembros, con nueve miembros titulares y nueve suplentes. Estos se reparten de la siguiente manera: un renglón -con titular y suplente- para el Ministerio (que preside la junta), uno del Ica, dos designados por el Ministerio, dos de los gremios agropecuarios (como la SAC, Fedegan y Fenalce), uno de las universidades (actualmente las del Tolima y La Salle), uno de los departamentos y uno de los centros de investigación privados (como Fedearroz).

Entre los designados por el Ministerio están, por un lado, la empresa chocolatera Casa Luker (en representación de la agroindustria) y -como su suplente- el Instituto Humboldt, que dirige Brigitte Baptiste y que protege la biodiversidad. Y, por el otro, la empresa de alimentos Yupi y -como su suplente- Acosemillas.

Acosemillas, que es el gremio al que se refiere Robledo, tiene 18 miembros, incluyendo las tres multinacionales que menciona el senador y trece productoras de semillas colombianas como El Aceituno, Semillas del Huila y Unipalma. A ellos se sumarán pronto dos distribuidoras nacionales de semillas de fresa.

En lo que sí tiene razón Robledo es que la reforma a Corpoica fue incluida dentro de un proyecto de ley sobre crédito agropecuario (violando, según el senador, la unidad de materia) y se discutió en la comisión tercera -que trabaja temas económicos- y no en la quinta, que toca los agrarios y donde está él.

“Les solicito que esta iniciativa no sea discutida en la Plenaria del Senado hasta tanto se excluyan del proyecto de ley los artículos relacionados con el traslado de las colecciones biológicas”, dice la carta que le envía Robledo al ministro Rubén Darío Lizarralde y al presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo

Además le pide al ministro declararse impedido por tener un conflicto de interes, al haber sido presidente de Indupalma e integrar la junta directiva de Fedepalma, ambos miembros -junto con un centenar de empresas, centros y universidades- de Corpoica.

Mientras tanto, Robledo lanza una alarma sobre un tema sensible para los campesinos en plena época electoral. 

Contexto

Fui periodista de La Silla Vacía especializado en temas ligados al Acuerdo de paz (desarrollo rural, política de drogas, justicia transicional y cómo las víctimas reconstruyen sus vidas) y al ambiente. Soy pata de perro y tengo más puestos que una buseta: soy editor del Centro Latinoamericano de...