María Eugenia Carreño le hizo seguimiento en detalle a la cuestionada adjudicación de la Ruta del Sol.

Ayer el anulado ex procurador Alejandro Ordóñez trinó que Juan Manuel Santos mintió cuando dijo que él no había luchado contra la corrupción. En realidad el Presidente no dijo eso, y en todo caso, Ordóñez sí tiene cosas que mostrar contra la corrupción. Pero lo que sí es claro es que la Procuraduría de Ordóñez no vio problema en los negocios de Odebrecht que, como se sabe hoy, se lograron gracias a 11 millones de dólares de sobornos.

Cuando el gobierno Uribe adjudicó la Ruta del Sol, que fue el primero de los dos hechos del escándalo, la licitación era tan grande que tuvo el acompañamiento preventivo de la Procuraduría y de la Contraloría, que no lograron detectar la corrupción.

 

El entonces Procurador puso esa tarea en cabeza de una de sus funcionarias de confianza, María Eugenia Carreño, quien durante sus 7 años en el cargo fue Delegada para la Vigilancia Preventiva de la Función Pública y para la Vigilancia Electoral, y quien destituyó a Alonso Salazar de la alcaldía de Medellín (decisión que luego anuló el Consejo de Estado), tergiversó un documento de la Organización Mundial de la Salud para evitar que se incluyera la píldora del día después en el POS, hizo duros pronunciamientos contra el Presidente en plena campaña de 2014 y fue fundamental en la estrategia de Ordóñez para ponerle límites al presidente-candidato en esa campaña.

La misma Procuraduría anunció en su momento que hizo una visita especial al Ministerio cuatro días antes de la audiencia de adjudicación, revisó las propuestas presentadas y fue atendida por el entonces viceministro Gabriel García Morales, quien ya aceptó que recibió 6,5 millones de dólares en sobornos para que Odebrecht y sus socios se la ganaran.

Además, la Procuraduría tuvo funcionarios presentes en la audiencia de adjudicación, logró suspenderla un día para revisar documentos, pero no encontró nada y finalmente acompañó la adjudicación.

Por eso, aunque bajo Ordóñez la Procuraduría destituyó unos 3 mil funcionarios, no vio este gran escándalo bajo las narices de una de sus funcionarias estrella.

Fui usuario y luego periodista de La Silla Vacía. Tras más de una década haciendo de todo en esta escuela de periodismo, de la que fui director editorial, me fui a ser lector y SuperAmigo. Ahora me desempeño como redactor jefe de El País América Colombia.